El desafío Monumental que tendrá River hasta fin de año :: Olé

No hay un título en juego. Tampoco es un mata-mata y menos un clásico. Sin embargo, por cómo llega a este compromiso y por enfrentar a un rival -sin subestimar- con un plantel inferior en cuanto jerarquía y cotización, para River la de este domingo es una final que tiene la obligación de ganar. Y desde ese aspecto nace una señal de alerta, teniendo en cuenta que en este 2025, a diferencia de otros momentos, el equipo de Marcelo Gallardo no fue avasallante en el Monumental en los partidos chivos.

De hecho, en su última presentación, como hace mucho tiempo no sucedía, terminó bajo una lluvia de silbidos y reprobación por parte de más de 80 mil almas.

Aquella derrota frente a Deportivo Riestra, con pedido de disculpas del entrenador a la gente incluido, está hilvanada al 1-2 en la ida frente a Palmeiras, 90’ que condicionaron el curso de la serie. Y que los hinchas se hayan ido las últimas dos veces del Liberti hacia Figueroa Alcorta, Udaondo y el ferrocarril Belgrano Norte con la preocupación de haber perdido es una racha que tanto el Muñeco como los jugadores saben que no puede extenderse por múltiples factores.

En lo anímico, la gente ya expresó su malestar y puede volver a hacerlo en caso de que repita una caída, aunque el hecho de haberle ganado a Racing en la Copa Argentina pudo haber recompuesto la relación a la hora del reencuentro.

Porque la posterior caída frente a Central fue como visitante y River, a pesar del tercer tropiezo al hilo en el Clausura, luchó hasta el final en inferioridad numérica y el foco estuvo puesto en la expulsión de Juan Portillo y hasta en la reacción de Jorgelina cuando el ex Talleres tomó del cuello a Ángel Di María.

En lo deportivo, volver a levantar los ladrillos y reconstruir la fortaleza Monumental es otro desafío que el CARP tiene por delante en la recta final del año. Estudiantes y la eliminación del Apertura frente a Platense son las otras dos caídas en 2025, aunque hubo otros juegos clave en los que quedaron en evidencia los vaivenes en condición de local.

Los empates frente a Barcelona (0-0) y Universitario (1-1) que lo privaron de terminar mejor ubicado entre los primeros de la fase de grupos de la Libertadores, y el sufrimiento en los penales frente a Libertad en octavos reflejan la importancia de plantar bandera en el Liberti.

De hecho, si River pretende ganar la zona B para definir los playoffs del campeonato en casa y con el aliento de su gente, justamente debe hacer de su estadio un lugar sólido, seguro y más confiable.