Museo de Bellas Artes rinde un homenaje a Raúl Conti

El Museo Nacional de Bellas Artes inauguró la muestra Raúl Conti “Obras de Itatí y Nueva York”, un recorrido que presenta dos momentos cruciales en la carrera del artista nacido en 1930 en Córdoba. La exposición, que se extenderá hasta el 30 de marzo próximo, reúne pinturas, esculturas y material documental que reflejan la transformación de su obra entre la exuberancia de la naturaleza correntina y la crudeza urbana de la metrópoli estadounidense.

La exposición puede visitarse en el museo sito en avenida del Libertador 1473, Ciudad Autónoma de Buenos Aires, de martes a viernes de 11 a 19.30, y los fines de semana de 10 a 19.30.

En su juventud, Raúl Conti se instaló en Itatí, una pequeña ciudad a orillas del Paraná, en la provincia de Corrientes. Allí encontró un universo visual rico en tradiciones, creencias y paisajes que marcarían profundamente su obra. Su trabajo de las décadas del 50 y 60, reunido en el primer núcleo de la muestra, plasma la vida cotidiana, la flora y fauna locales, y el sincretismo cultural de la región, donde el catolicismo convive con leyendas populares como la de San La Muerte.

“El artista captura el imaginario de Itatí con una paleta cálida y contrastada, con abundante carga matérica, que refuerza el esplendor del paisaje local”, explicó el director del Bellas Artes, Andrés Duprat. Las obras de este período reflejan un fuerte apego a la naturaleza, con especial atención a los arrozales, las lagunas y las aves que pueblan la región. Fue también en esta etapa cuando Conti realizó sus primeras tallas en madera, iniciando un camino escultórico que se mantendría a lo largo de su carrera.

La segunda parte de la muestra se centra en la producción de Conti tras su llegada a Nueva York a fines de los años 70. La ciudad, con su ritmo frenético, su imponente arquitectura y su diversidad cultural, se convirtió en el escenario de una transformación en su estilo y en sus temas.

El tríptico “Spanglish” (1981), inspirado en un barrio neoyorquino, es una de las piezas clave de la muestra de Raúl Conti y ahora forma parte del acervo del Museo Nacional de Bellas Artes. La obra refleja la vida en Hell’s Kitchen, el barrio donde residió.

Además de su producción pictórica, la muestra presenta una serie de esculturas en las que Conti retoma las iconografías de las culturas originarias, en un claro diálogo con su fascinación por el arte precolombino, que exploró en sus viajes por Latinoamérica en los años 60.

La exhibición también incluye material documental sobre la vida y obra del artista, permitiendo un acercamiento más íntimo a su trayectoria. En este espacio, se destaca un homenaje a Edith Fariña Conti, su esposa y compañera de vida, representada en un retrato acompañado por un poema de su autoría.

Con más de 90 años, Raúl Conti ha dejado una huella indeleble en el arte argentino e internacional. Desde sus primeras exposiciones en Argentina hasta sus muestras en países como Perú, Ecuador, España, Suecia, México y Estados Unidos, su obra ha sido ampliamente reconocida.

Desde hace más de una década, el artista reside en Buenos Aires, cerrando un círculo que lo llevó de Córdoba a Itatí, de Itatí a Nueva York y, finalmente, de regreso a su país natal. La muestra en el Bellas Artes no solo revisita su vasta producción, sino que también rinde tributo a un creador que supo traducir en imágenes las experiencias de una vida atravesada por la exploración, la memoria y el contraste entre dos mundos.

 

Fuente: eltribunodejujuy.com

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