Volvió a declarar la tesorera de Sur Finanzas, la financiera vinculada a Chiqui Tapia: “No quería perder mi puesto de trabajo”


La tesorera de Sur Finanzas, Micaela Sánchez, detenida junto con dos choferes por ocultar documentación de la empresa, volvió a declarar en la justicia: dijo estaba “abocada a no perder mi puesto de trabajo” y que no ocultó ni destruyó prueba, sino que necesitaba poner a punto computadoras para una sucursal de la financiera.
Sánchez pidió volver a declarar ante el juez federal Luis Armella y la fiscal Cecilia Incardona. Lo hizo este martes y su descargó fue por escrito, sin responder preguntas. Lo mismo hicieron Sergio Da Silveira y Juan Cervín, los choferes y portavalores, también detenidos, informaron a Clarín fuentes judiciales. Los tres son defendidos por la misma abogada y volvieron a pedir su libertad o la prisión domiciliaria.
La empleada y los choferes fueron detenidos la semana pasada cuando sacaban computadoras y documentación de un depósito de la localidad bonaerense Turdera. La Policía Federal había llegado hasta allí por un anónimo. Todo quedó grabado, lo que fue revelado esta semana por Clarín.
Sur Finanzas, compañía de Ariel Vallejo, es investigada por presunto lavado de dinero, parte del cuál se habría canalizado a través de clubes de fútbol a los que llegó por su buena relación con el presidente de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA), Claudio “Chiqui” Tapia. Sur Finanzas fue allanada en su sede central y todas sus sucursales y se secuestró documentación, computadoras y celulares, entre ellos el de Vallejo.
Por eso, la sospecha de la Justicia es que en el depósito de Turdera se buscaba ocultar información. “Yo sigo órdenes”, dijo Sánchez cuando fue indagada el fin de semana. No dijo quién se las daba y le ofrecieron ser arrepentida. La misma oferta recibió de la justicia esta semana. “Ella está acusada del delito de encubrimiento que no permite el arrepentimiento y además no cometió ningún ilícito”, le dijo a este medio una fuente de la defensa de la mujer.
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Causa Sur Finanzas, este es el galpón de Turdera allanado
En su nueva indagatoria, Sánchez buscó alegarse de cualquier responsabilidad. Contó que comenzó a trabajar en Sur Finanzas hace tres años como cajera y que luego pasó a realizar tareas de logística y administrativas. Contó que tras las allanamientos, la empresa entró en conflicto y que les pidieron a todos los empleados mayor trabajó.
Contó que la situación la preocupó por una posible perdida de trabajo ya que es madre y único sostén de una menor de edad. “La única respuesta que tengo a todo lo sucedido es la siguiente: yo me encontraba abocada a no perder mi puesto de trabajo y, entonces, a que la empresa continúe funcionando”, sostuvo Sánchez.
En su presentación, la mujer relató que el jueves pasado llamó a Da Silveria para ir al depósito de Turdera a buscar computadoras para la sucursal de Sur Finanzas de Adrogué. Pero no dijo quién le solicitó ir al deposito. Hasta el lugar fueron también con Cervín y retiraron cuatro que a su vez llevaron a un técnico para que las receté. El técnico declaró como testigo y confirmó que le hicieron ese pedido y que se quedó con tres de esas computadoras porque la otra era muy vieja.
Luego volvieron al depósito, contó en su versión, a dejar la cuarta PC y se encontraron con una camioneta Kangoo que consideraron sospechosa. Era la de la Policía Federal que hacía tareas de inteligencia. Sánchez relató que ante el miedo de que los roben se fueron y que la camioneta los siguió hasta que se identificaron como policías y fueron detenidos.
La mujer contó que entregó su celular con la clave, que reiteró en el escrito que presentó, y negó que los cinco móviles que se secuestraron hayan estado en un doble fondo de la camioneta Toyota en la que circulaban.
La Policía Federal secuestró en el galpón dos cajas de seguridad, siete cajas fuertes de las cuales cuatro son de grandes dimensiones, posnets, documentación vehicular, dos CPU, una computadora all in one, un DVR, material y equipamiento médico, 30 cajas con documentación y cinco cajeros automáticos.
La mujer y los choferes quedaron detenidos por el delito de encubrimiento y porque en libertad podrían entorpecer la investigación.
“Nunca quise ocultar o destruir pruebas. De haberlo querido hacer no hubiese ido a devolver un CPU al mismo deposito donde lo retiré. Tampoco hubiese dicho de llevar las cosas a un técnico, sino que, simplemente, las hubiera hecho desaparecer”, sostuvo Sánchez en su presentación. Lo mismo dijeron los dos choferes que hicieron descargos similares.
La casa de Sánchez fue allanada. Allí también se secuestraron elementos importantes para la causa, como llaves de departamentos y casas. “Estos elementos, secuestrados, fueron los que me permitieron continuar trabajando desde mi casa y, a su vez, cuidar a mi hija. No hubiese sido posible de otra forma”, sostuvo.
Fuente: www.clarin.com



