Volver al pasado: ahora usan la inteligencia artificial para reconstruir historias que nadie registró

Cuando se habla de inteligencia artificial (IA) se piensa en el futuro. ¿Pero por qué no darle una oportunidad al pasado?
En definitiva, el combustible de la IA son los datos. El poder de computo ordena y analiza millones de datos en tiempo récord (segundos) y con ellos predice el futuro. A riesgo de simplificarlo demasiado, se podría decir que un sistema es capaz de escribir un texto o conformar una imagen porque se basa en textos e imágenes ya realizadas. Predice como podría ser aquello y lo hace.
Ahora, varias organizaciones, empresas, universidades y un museo se unieron para predecir lo que ya pasó. Es como un volver al pasado, pero aquel del que no se tiene registro grabado. No hay texto, no hay imagen, nada. Solo la transmisión oral de sus protagonistas con sus hijos, nietos, vecinos. Tal vez en esas enormes bases de datos aparezca algún objeto. Un florero, una mesa, un ticket de colectivo. No más.
Cómo funciona el proyecto y qué busca preservar
En el proyecto, Irene Clark recordó como en las facultades de medicina de los Estados Unidos, se experimentaba con cadáveres de personas afroamericanas. La historia oral será ahora convertida en miles de datos y luego ordenada. La idea es que después, esa historia se pueda ver como si efectivamente alguien la hubiera registrado.
La organización Griot and Grits está recopilando memorias de afroamericanos en los Estados Unidos, creando un archivo de relatos orales y videos que, de otro modo, podrían perderse o al menos comenzar a diluirse.
Desde su nombre queda clara la intensión: Griot eran los ancianos que en África tenían el deber de transmitir su cultura a otras generaciones. Y Grits es un plato de comida del sur de los Estados Unidos en base a sémola de maíz. Quizá en los ingredientes de las fusiones haya algo. Algo que los manuales de escuela no cuentan pero que ahora miles de datos pueden revelar.
Tecnología abierta para reconstruir memorias
En diciembre de 1955, la costurera Rosa Park se negó a ceder el asiento a una persona blanca (como indicaban las normas) cuando iba en colectivo y esa decisión cambió la historia.Griot and Grits se unió con historiados, tecnólogos y Red Hat, la compañía tecno emblema del código abierto, que le ordenará sus datos mediante IA. También sumó a la Universidad Shaw, de Carolina del Norte (siempre muy relacionada con la comunidad afroamericana) y Mass Open Cloud, una nube de investigación de bajo costo, fruto de la colaboración entre académicos, centros de investigación, el gobierno y la industria.
El objetivo es crear una biblioteca digital completa y con capacidad de búsqueda de relatos orales y en video grabados sobre las vidas de los afroamericanos. También resaltar eventos clave del contenido grabado que puedan ser asociados con momentos similares para crear una historia más rica.
Por ejemplo, “hasta principios de los años 60 a los afroamericanos no los dejaban subirse al colectivo en los Estados Unidos. Todo esto es tan reciente, pero se está perdiendo. La idea es preservar lo que vivieron para que no se pierda. Preservar y tambien utilizar IA para que sus descendientes o quien quiera pueda interactuar. Otro ejemplo, tenés una vieja vasija, y está ahí y no hay conexión entre las personas que hablan y esa vasija. Pero con la IA la historia nos va a hablar. Va a haber una interacción con la base de datos y la historia, algo que nunca vimos”, se entusiasma Alexandra Machado, directora del Programa de Innovación Social de Red Hat, quien visitó Buenos Aires.
Además, la idea es generar una representación geográfica de las historias para permitir que las personas busquen también por ubicación.
El segundo paso va a ser un video. Pero encontrando las brechas e incluyéndolas. Con todo, la misión es recrear una vista similar a un documental de historias individuales para complementar eventos clave con información de fondo, fotografías y videos.
Una vez que el contenido esté en el repositorio, los modelos de IA de código abierto enriquecerán los datos y llenarán los vacíos con información, videos, audio e imágenes de dominios públicos de museos y bibliotecas. Trabajar junto con estas entidades públicas le proporciona al proyecto el acceso a importantes archivos de historia, que también se utilizarán para entrenar los modelos de IA generativa.
Estos modelos de código abierto se utilizarán para crear contenido enriquecido, como videos, imágenes, resúmenes de eventos clave y narradores de IA que harán que las historias familiares sean más atractivas. El resultado será un índice de contenido con un buscador, basado en los metadatos y eventos clave, que permitirá a los usuarios explorar la historia a través de un motor de búsqueda o un mapa geográfico visual.
“Cuando yo estudiaba, el poder de computo no alcanzaba para correr un programa simple de IA. Las apps de IA son muy complejas. Recuerdo que cuando yo realicé mi master en la Universidad Politécnica de Catalunya (N de R: hace poco más de 15 años) me propuse clasificar música. El programa debía decir por ejemplo, esto es música country, esto es rock… para lograr eso tenía que dejar el programa corriendo todo el fin de semana. Bueno, ahora con el poder de cómputo que tenemos eso se realiza en un minuto. Tenemos el poder de procesamiento para procesar eso. Y cuando la IA se cruce con la computación cuántica ya vamos a estar realmente en otro nivel”, explica Machado.
Alexandra Machado, de Red Hat.El proyecto Griot and Grits va a estar disponible en uno de los museos más importantes de Washington (no se puede dar a conocer el nombre todavía por cuestiones legales), pero lo interesante es que no hará falta viajar hasta allí para acercarse a estas historias nunca contadas. La idea es que todo se publique en Internet.
Como detrás de la movida está el código abierto, todos pueden colaborar son sus testimonios en una dirección de Internet que ya está recibiendo información.
“Estimo que a principios de 2026 vamos a tener algo concreto, porque la solución ya la tenemos. Pero quizá lo más destacado de todo esto es que después se puede llevar a otras comunidades y otros museos. Esta es la ventaja del código abierto. Una vez que tenés desarrollada una solución, la puedes mover a otra nube y utilizarla adaptándola a tus necesidades, pero ya no empezás de cero. Sería maravilloso que la idea prenda en Argentina y se pueda replicar en la historia de comunidades locales”, cierra Machado.
Fuente: www.clarin.com



