uno por uno el significado de las figuras de las ofrendas en Jujuy

El Día de los Fieles Difuntos se celebra cada 1 de noviembre en Jujuy con un profundo sentido espiritual. Esta tradición, que mezcla creencias andinas y cristianas, busca honrar a quienes ya partieron y celebrar la conexión que permanece entre los vivos y los muertos.

A las 12 del mediodía, las familias preparan la mesa o altar de ofrendas, un espacio sagrado donde se colocan alimentos, flores y figuras de pan artesanal conocidas como ofrendas. Estos panes, elaborados con harina, levadura, grasa, sal y agua, se moldean con formas específicas que representan distintos significados dentro del mundo espiritual.

Uno por uno el significado de las ofrendas

Cada figura tiene su simbolismo. El varón y la mujer representan a los miembros de la familia esperados para este reencuentro espiritual. El perro y el gato simbolizan a las mascotas que acompañaron en vida. El angelito recuerda a los bebés o niños fallecidos, mientras que la cruz representa a Jesucristo, protector de las almas.

Otras figuras también cumplen un papel clave: la llama simboliza el medio de transporte de las almas; el caballo, el animal que lleva las ofrendas; y la escalera, el camino por el cual las almas descienden desde el cielo para visitar a sus seres queridos. La paloma representa al Espíritu Santo, mientras que el denario, formado por pequeñas cuentas, evoca el rezo de los diez Padres Nuestros y un Ave María.

Día de los Fieles Difuntos: uno por uno el profundo significado de las ofrendas en Jujuy

Día de los Fieles Difuntos: uno por uno el profundo significado de las ofrendas en Jujuy

Día de los Fieles Difuntos: uno por uno el profundo significado de las ofrendas en Jujuy

Día de los Fieles Difuntos: uno por uno el profundo significado de las ofrendas en Jujuy

Día de los Fieles Difuntos: uno por uno el profundo significado de las ofrendas en Jujuy

Día de los Fieles Difuntos: uno por uno el profundo significado de las ofrendas en Jujuy

Una manifestación de amor y memoria

La preparación de las ofrendas no solo es un acto de fe, sino también una manifestación de amor y memoria. Cada familia adapta su altar con los alimentos y objetos que el difunto prefería en vida, porque se cree que las almas regresan para disfrutar de aquello que más amaban.

Esta ceremonia, que se mantiene viva generación tras generación, refuerza la identidad jujeña y su vínculo con las raíces ancestrales. En Jujuy, honrar a los muertos es también celebrar la vida, agradecer por los recuerdos y mantener abierta la puerta entre ambos mundos.

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Fuente: www.todojujuy.com

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