Una “cláusula de cocaína” y 325 millones de dólares en juego: el escandaloso divorcio de Nicole Kidman y Keith Urban

De manera sorpresiva, Nicole Kidman y Keith Urban alegaron “diferencias irreconciliables” tras 19 años juntos y comenzaron el proceso de divorcio. El matrimonio, que tiene dos hijas, había firmado un acuerdo prenupcial en vísperas de su boda en 2006, donde fijaron detalles de una millonaria división de bienes.

Lo que pactaron en aquel momento deberá ser tenido en cuenta, pero también está en juego el patrimonio neto combinado de la expareja, valuado en más de 325 millones de dólares.

Según consigna el Daily Mail, los documentos judiciales y registros públicos de la compra de propiedades que concretaron demuestran que su fortuna matrimonial creció de forma desmedida en las últimas dos décadas, gracias a inversiones inmobiliarias, la mayoría en lujosas torres en Australia, el país natal de la actriz.

Kidman, reconocida por su trayectoria, está en un gran momento profesional a los 58 años. En 2024 fue nombrada por la revista Forbes como la actriz mejor paga de 2024, con una recaudación anual de 31 millones de dólares, y siendo la única mujer del top 10 de los actores y actrices mejores pagados de la industria hollywoodense.

Actualmente se estima que Kidman tiene un patrimonio de 250 millones de dólares, mientras que Urban registra 75 millones de dólares. De ahí el número de 325 millones de dólares como fortuna conjunta.

Además, en los escritos judiciales obtenidos por el Daily Mail ambos reconocen ingresos mensuales de 100.000 dólares cada uno. Y allí no se contempla su exorbitante cartera inmobiliaria, con departamentos de pisos enteros, mansiones para vacaciones y otros que pueden convertirse en millonarias ventas a futuro.

Cuando Kidman conoció a Urban, ella ya era una megaestrella de Hollywood, y habían pasado cinco años de su separación de Tom Cruise, con quien estuvo casada desde 1990 hasta 2001, y con quien adoptó a sus dos hijos, Isabella, de ahora 32 años, y Connor, de 30.

Consciente de lo que implicaba una separación millonaria, antes de su casamiento con el cantante de country oriundo de Nueva Zelanda, Kidman firmó un acuerdo prenupcial.

En 2006 ambos dejaron por escrito varias cuestiones en caso de divorcio futuro. Una de las condiciones que contempló ese documento fue una “cláusula de cocaína”, dado que Urban batallaba contra una adicción, y tan solo cuatro meses después de casarse con Kidman, entró en rehabilitación.

“Urban puede recibir el dinero solo si no consume alcohol y drogas durante su matrimonio”, asegura el mismo medio británico, y revelan que Kidman aceptó otorgarle 900.000 dólares por cada año de matrimonio en caso de divorcio, siempre y cuando él haya estado sobrio cada uno de esos años.

Ese monto, multiplicado por los 19 años que compartieron, da más de 17 millones de dólares. Pero deberá comprobar que tal como dijo en varias entrevistas, aquel ingreso a una clínica en 2006 fue el comienzo de la sobriedad que mantiene hasta la actualidad.

Durante una entrevista con Oprah Winfrey el mismísimo cantante reconoció que fue Kidman quien organizó una intervención con amigos y familiares, para convencerlo de buscar ayuda profesional.

“En el momento justo donde ella podía irse y tomar la decisión de dejarme, se quedó y organizó esa intervención que me salvó la vida con tanto amor, de una forma tan perfecta, que pensé: ‘Pónganme las esposas, vámonos”, le contó a Winfrey.

Desde que se casaron hicieron grandes compras en el mercado inmobiliario. Una de las primeras fueron los seis apartamentos en una torre de gran altura con vistas al famoso puerto de Sídney.

En 2009 adquirieron un departamento de 420 metros cuadrados en el piso 21, valuado en 6 millones de dólares. Tres años más tarde, compraron la unidad de al lado, de 380 metros cuadrados, con mejores vistas al puerto, por otros 7 millones de dólares.

Y la lista sigue. En 2011 invirtieron 2,68 millones de dólares en el departamento del piso 19 del mismo edificio, que la ganadora del Oscar utilizó como oficina.

En mayo de 2023 compraron el sexto departamento en Landmark Latitude en Milsons Point en North Shore, por 7,7 millones de dólares. La suma de todas sus inversiones en ese lujoso complejo indica que desembolsaron 27,5 millones de dólares.

También tienen una finca rural de 45 hectáreas en la región montañosa Tierras Altas del Sur de Australia, que compraron en 2008 por 6,5 millones de dólares, la misma que ahora vale casi el doble, 12 millones de dólares.

En Estados Unidos también cuentan con propiedades, destinadas al uso familiar. En 2008 compraron una mansión de 20 habitaciones en Nashville, la capital de la música country, por 4,89 millones de dólares.

La propiedad palaciega cuenta con siete habitaciones, ocho baños, una cancha de tenis, piscina, cine en casa y una “sala de pasatiempos”. Ese mismo año se convirtieron en dueños de una residencia de cinco dormitorios y cinco baños en Beverly Hills, por 6,77 millones de dólares.

La carrera de millones continúa. En 2010 gastaron 13,53 millones de dólares en un dúplex en el exclusivo barrio de Chelsea en Manhattan, donde suele estacionar la camioneta todoterreno Q7 que Kidman suele conducir, fabricada por Audi y valuada en 54.000 dólares.

En 2020 adquirieron un apartamento de dos habitaciones en TriBeCa, Nueva York, por 3,5 millones de dólares. Este listado de propiedades si se analiza en conjunto asciende a un valor estimado de 282 millones de dólares.

El 6 de septiembre Kidman firmó un plan de crianza notariado, mientras que su exmarido lo ratificó el 29 de agosto.

No tendrán que deliberar sobre la manutención de sus hijas, Sunday Rose, de 17 años, y Faith Margaret, de 14, porque de común acuerdo definieron los términos de tiempo compartido y manutención.

Aseguraron que se comprometerán a “ofrecer una relación amorosa, estable, consistente y enriquecedora con sus hijas”, y tomarán juntos decisiones importantes sobre sus hijas, incluidas actividades educativas y extracurriculares.

También declararon que no van a “hablar mal el uno del otro” y motivar a las adolescentes a sentirse cómodas en ambas familias, y confirmaron que asistirán a un “seminario obligatorio para padres”, dentro de los 60 días posteriores a la presentación del divorcio.

Además se indica que Kidman no le exigirá aportes económicos mensuales a Urban. “Keith ya ha pagado por adelantado todas las obligaciones de manutención infantil”, indica el documento, pero sí le solicita dividir los costos judiciales en partes iguales.

En cuanto a tiempos con sus hijas, Kidman tendrá asignados 306 días, y Urban los 59 restantes del año.

“Urban cuidará a las niñas desde las 10 de la mañana de los sábados hasta las 6 de la tarde de los domingos cada dos fines de semana, y Kidman las cuidará el resto del tiempo”, expresa el documento.

En tiempo récord, la expareja ya asignó incluso qué fiestas pasará cada uno: Kidman estará con sus hijas en el Día de la Madre y Pascuas, mientras que Urban el Día del Padre y el Día de Acción de Gracias.

Todos estos detalles legales se enmarcan en el rumor de que Urban ya tendría una relación romántica incipiente con una mujer más joven de la industria musical, lo que puede generar más tensión en los términos del divorcio de los flamantes exesposos.

Por ahora, la verdadera batalla se libra en los tribunales, para determinar cómo dividir las ganancias matrimoniales, la revisión de las cláusulas previas, y el usufructo de cada costosa propiedad que compraron juntos.