Un piloto fue acusado de asesinar a otro hombre durante un “juego sexual”: una presunta transmisión en vivo y versiones cruzadas

Aaron Rainbow, un piloto británico de 50 años, está acusado del homicidio de Oscar Tornero Rovira, un joven español de 38 años que murió tras ser apuñalado seis veces luego de un encuentro sexual en Vallgorguina, localidad rural a 30 minutos de Barcelona, España.

Sucedió en febrero de 2023, pero el crimen vuelve a los titulares porque en breve dictarán la sentencia, que puede ser de hasta dos décadas de prisión. El expiloto comercial está bajo custodia hace tres años, a la espera del proceso judicial.

El caso genera conmoción por el tenor de los hechos, que incluye una maratón de drogas y una supuesta transmisión en vivo, sin consentimiento de los participantes, durante el acto sexual.

Aunque el acusado admitió haber herido a Oscar, mantiene su inocencia y asegura que fue en defensa propia. Su familia habló con los medios británicos sobre aquella trágica madrugada.

El escrito de acusación del juicio alega que Rainbow, exaviador originario de Surrey, “contrató a la víctima para una noche de sexo y drogas”, ni bien aterrizó en Barcelona.

Oscar, el joven asesinado, trabajaba en una tienda de moda en la ciudad española durante el día, pero también se ofrecía como acompañante masculino y conocía a Rainbow hacía seis años.

Se reunieron a las 21:45, y seis horas después, alrededor de las 2:45 de la madrugada, el piloto fue a la cocina y tomó un cuchillo, con el que apuñaló a la víctima.

Los forenses comprobaron que Oscar intentó escapar mientras se desangraba. Fue hasta la puerta, bajó las escaleras, encontró la puerta exterior cerrada, y desesperado saltó a la calle desde una altura de tres metros.

“Logró caminar unos pasos, pero se desplomó debido a la gravedad de sus heridas”, indicó el fiscal Félix Martín, que exige la pena máxima de 20 años.

En la escena del crimen se encontró un cóctel de drogas: la escandalosa y potencialmente mortal sustancia GHB, cocaína, metanfetamina, anfetamina y MDMA.

“Durante el encuentro instalaron un colchón en el salón de la casa y dispusieron diversos juguetes sexuales, viagra y las sustancias estupefacientes”, detalló el fiscal Martín.

Los vecinos escucharon gritos y llamaron a la policía. Cuando los agentes llegaron, encontraron a Oscar ya sin signos vitales, que yacía en el suelo a pocos metros de la salida que daba a la calle, y a Rainbow en un “estado de confusión”, que no respondía al pedido de los oficiales a poner las manos en alto y entregarse.

“Los policía dispararon sus armas al aire para reducirlo y esposarlo, e inmediatamente confesó el asesinato, pero insistió en que fue para proteger su vida”; revela el escrito judicial.

Rainbow asegura que estaba desorientado por el consumo de drogas, pero que sospechó que el joven lo estaba filmando sin su consentimiento mientras mantenían relaciones sexuales, y que sintió que su vida estaba en riesgo.

En diálogo con el Daily Mail, familiares del acusado exigen que se realicen pericias informáticas antes de que se dicte la sentencia. “Mi hermano quería salir de allí porque tenía un mal presentimiento; dijo que lo habían drogado, que sabía que había gente mirándolo en línea a través de varias cámaras y que temía por su vida”, indicó el hermano del piloto.

“Aaron dice que escuchó una respiración fuerte desde algún lugar de la habitación esa noche, y que Oscar empezó a hacer señales con las manos a una de las cámaras que mi hermano descubrió, y pensó: ‘Mierda, alguien está mirando, tengo que salir de aquí cuanto antes'”, continuó sobre la versión que le contó el recluso.

“El tipo corrió hacia la puerta ni bien lo confrontó sobre esta posibilidad de que lo haya filmado, mi hermano pensó que Oscar estaba dejando entrar gente a la casa, así comenzó la pelea y luego lo apuñaló fatalmente, pero todo fue una respuesta intuitiva al sentirse en peligro”, sostuvo.

“Hemos dispuesto nuestros propios peritos informáticos de defensa, para que se sepa la verdad, sobre todo en el análisis de un router que fue retirado de la escena del crimen al día siguiente del incidente, por un amigo del fallecido“, aseguró.

“Creemos que había gente conectada a ese enrutador en ese momento, pero fue saboteado profesionalmente y ahora no se pueden extraer todos los datos”, detalló.

Además, los familiares de Aaron aseguraron que él no les había hablado nunca sobre su orientación sexual, y que estas citas habían sido secretas y en lugares remotos, alejados de la ciudad.

“Ni siquiera sabíamos que Aaron era gay hasta que pasó todo esto. Está en prisión y le han arrebatado la vida; tiene una vida que recuperar y una carrera que retomar, porque es un ser humano amable y gentil, un profesional muy respetado que no tiene antecedentes de comportamiento violento ni antecedentes penales”, expresaron.

“Simplemente no confiamos en la policía porque dicen que no se encontró nada relevante en los dispositivos electrónicos, pero nosotros decimos que no han sido examinados adecuadamente y mi hermano enfrenta un largo tiempo tras las rejas”, manifestaron.

“Creemos que al menos otras dos personas estaban cerca de la casa y se conectaron a ese enrutador, que los registros entregados son falsos, porque el aparato fue dañado de forma severa de manera intencional, y cada uno de esos registros es fundamental para la legítima defensa de Aaron”, insiste la familia del piloto.

“Estamos convencidos de que ese lugar era un estudio de sexo secreto y que Aaron fue engañado para ir allí, drogado, con la intención de que todo lo que sucediera fuera filmado, y quién sabe qué sucedería al final”, cuestionaron.

“Si Aaron no hubiera hecho lo que hizo, ¿cómo sabemos que habría salido vivo de allí esa noche? Nosotros creemos que este caso encubre mucho más de lo que se sabe hasta ahora”, sostuvieron.

En cuanto a la versión de la familia, la fiscalía confirmó que el domicilio tenía cámaras de seguridad instaladas, pero fueron apagadas la noche del incidente. También exigió los registros de datos al proveedor Orange, y aseguraron que no se evidenciaban usuarios conectados al momento del homicidio.

En plena cuenta regresiva al juicio, que todavía no tiene fecha definitiva, pero se espera que sea en los próximos meses, el fiscal Martín se mantiene firme en la acusación, y considera que Rainbow agredió de manera imprevista a Oscar, cuando se encontraba “en la tranquilidad de su domicilio y en el contexto de relaciones íntimas”.