Un joven sobrevivió a la mordedura de una falsa viuda negra, una peligrosa araña venenosa


Un adolescente de Kent, Inglaterra, fue víctima de una terrible picadura de una araña venenosa cuando buscaba a su gato desaparecido en un parque. Tras un intenso tratamiento con antibióticos y asistir al médico cada tres días, el joven sobrevivió, pero quedó con una cicatriz del tamaño de una moneda.

Robert Saniola-Burlton, de 16 años, y su madre, Virva Saniola, de 54 años y peluquera, buscaban a su gato de dos años, Rusty, que había desaparecido a finales de junio, según contaron al medio local Kent Online.

La madre y el hijo registraban arbustos y ramas en un parque cercano el 3 de julio. Al regresar a casa esa noche, Robert notó un bulto grande en su rodilla derecha. Inicialmente, su madre Virva pensó que la hinchazón podría ser una picadura de abeja o avispa.

Sin embargo, el bulto rápidamente comenzó a formar dolorosas ampollas, que luego se convirtieron en una sola ampolla grande antes de reventar y supurar una mezcla de sangre y pus.

La preocupación de la madre aumentó cuando la rodilla de Robert se hinchó tanto que el adolescente comenzó a cojear, quejándose de que toda su pierna se sentía como si estuviera “en llamas”.

Tras llevar a su hijo al centro de atención urgente, los médicos confirmaron que Robert había sido mordido por una araña falsa viuda, cuyas picaduras son conocidas por producir necrosis del tejido, y que su pierna estaba gravemente infectada.

“Robert llevaba sus vaqueros y creemos que lo que pasó fue que, cuando estábamos en los arbustos, la araña trepó por su pierna y le mordió la rodilla”, contó Virva, la madre de Robert, al medio local Kent Online.

La steatoda nobilis, conocida en Inglaterra como la noble falsa viuda negra, es confundida con la viuda negra del género Latrodectus y otras arañas venenosas por su aspecto parecido.

En Inglaterra, tiene la fama de ser una de las pocas especies locales que es capaz de infligir una mordedura dolorosa y que puede causar la muerte a los seres humanos, aunque sus efectos no suelen ir más allá de los de una picadura de abeja.

Robert, residente de Sittingbourne, relató que no sintió la picadura inicialmente, solo vio el bulto al regresar, y pensó que se trataba de una picadura de abeja. “Estuve luchando para caminar en un momento dado, estaba como un burro. No pensé que las picaduras de araña fueran tan comunes en el Reino Unido”, comentó.

Debido al grave estado de su infección, Robert tuvo que regresar cada tres días al centro médico para la limpieza de la herida. En una de estas visitas, los médicos se vieron obligados a retirar una capa de piel muerta de la herida con un bisturí. La madre de Robert, Virva, comentó que los médicos estaban “conmocionados” y que si no lo hubiera llevado, “podría haberse convertido en sepsis o haber empeorado aún más”.

El estudiante de 16 años logró una recuperación completa después de un tratamiento de dos semanas de antibióticos. Sin embargo, la cicatriz que le queda a Robert es del tamaño de una moneda de una libra esterlina y nunca desaparecerá.

Fuente: www.clarin.com

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