Un joven de 19 años decapitó al novio de su madre y puso su cerebro en una licuadora

En un vecindario de Staten Island, en la Ciudad de Nueva York, una vivienda se convirtió en una escena terrible que las autoridades calificaron como “macabra”.
Dentro de una casa familiar en Cary Avenue, West Brighton, la policía descubrió restos humanos en condiciones estremecedoras, entre ellos un cerebro en una licuadora.
El sospechoso, identificado como Damien Hurstel, de 19 años, confesó haber apuñalado y decapitado al novio de su madre, Anthony Casalaspro, de 45. De acuerdo con el informe policial, usó un cuchillo y una sierra para cometer el crimen.
El cuerpo fue hallado dentro de la ducha, con una cuchara clavada en el cráneo y un cucharón sopero sobre el torso.
Las autoridades informaron que el acusado extrajo el cerebro de la víctima con una cuchara y lo colocó dentro de una licuadora.
Según New York Post, Hurstel declaró ante la policía que planeaba deshacerse del cuerpo cortándolo en partes y triturando los restos en la licuadora, comenzando por el cerebro.
Los peritos trabajan para reconstruir con precisión la secuencia de los hechos y determinar si el joven actuó solo o bajo alguna alteración mental.
Hasta el momento, no se logró determinar cuál era su propósito con este acto, aunque los investigadores describieron la escena como una de las más impactantes de los últimos años en Staten Island.
Damien Hurstel fue trasladado esta semana desde el hospital a una celda de aislamiento en la cárcel de Rikers Island, donde enfrenta cargos por homicidio en segundo grado, homicidio involuntario y tenencia de armas.
Según reveló su entorno, el joven presenta un extenso historial de problemas psiquiátricos que se remontan a su adolescencia.
Su madre, Alicia Zayas, contó al New York Post que su hijo comenzó a sufrir alucinaciones a los 13 años y fue entonces cuando inició un tratamiento con antipsicóticos. Durante años supervisó su evolución, pero al cumplir los 18 perdió acceso a su información médica.
La mujer denunció además que, en enero, los médicos del Richmond University Medical Center modificaron la medicación del joven sin notificarle, y que desde entonces notó un deterioro evidente en su estado mental.
El abogado defensor, Mark Fonte, describió su encuentro con Hurstel antes de la audiencia judicial como “escalofriante”. En diálogo con el New York Post, explicó que su cliente tenía dificultades para distinguir entre la realidad y la fantasía, e incluso dudaba de los hechos ocurridos tras su arresto.
Hurstel manifestó no estar seguro de si había participado en una pelea en el hospital o si lo había imaginado. Actualmente, permanece en aislamiento en la cárcel, bajo estricta vigilancia psiquiátrica y protocolos de prevención de suicidio.
El 6 de octubre, la policía de Nueva York respondió a una llamada al 911 que alertaba sobre un posible asesinato en una vivienda de Cary Avenue. Al llegar, los agentes encontraron a Anthony ya sin vida en la bañera.
Según fuentes policiales, el joven acusado le confesó a su hermana menor que “había hecho algo malo” antes de que ella descubriera el cuerpo.
La adolescente, de 16 años, se topó con el baño ensangrentado y alcanzó a preguntarle a su hermano si planeaba lastimar a su madre. “¿Querés que mamá viva?”, le respondió él. “Sí, por favor”, contestó la joven antes de escapar y avisar a su madre, quien al regresar encontró la escena del crimen.
Fuente: www.clarin.com