Un hombre de 35 años murió tras recibir una descarga de Taser: ¿Influyó la pistola?

En Nápoli, un hombre de 35 años fue reducido con una pistola Taser y murió camino al hospital. La fiscalía inició una investigación para saber si la policía falló o no en el procedimiento.

Los carabinieri intervinieron en una disputa familiar protagonizada por el hombre -identificado como Antony Ihaza Ehogonoh-, una mujer y un menor en un edificio del barrio de Chiaia alrededor de las 8:30 de la mañana del lunes. Los vecinos alertaron tras oír gritos y ruidos de cosas que se rompían provenientes del departamento donde se alojaban estas personas.

Según medios locales, como el Corriere della Sera e Il Mattino, el hombre estaba enajenado, incontrolable, y había pasado la noche de fiesta en el piso de la mujer. Se sospecha que había consumido alcohol o drogas. Cuando le abrió la puerta a los agentes estaba desnudo y “en estado de agitación”.

Al verse frente a frente con ellos, Antony los agredió y salió corriendo del edificio. Desconectó varias tuberías y tiró al suelo algunas motos que había estacionadas en el lugar. Los carabinieri respondieron echándole gas pimienta en los ojos, pero esta primera defensa no hizo efecto.

Tampoco pudo con él un grupo de siete agentes que intentó reducirlo por la fuerza. Por ese motivo, y supuestamente después de haber hecho las alertas correspondientes, los carabinieri le dispararon con una pistola Taser. Antony cayó rendido, afectado por la descarga eléctrica, pero murió en la ambulancia, camino a un hospital.

“Estaba arriba, miré hacia afuera y vi a los carabinieris usar la pistola Taser contra el hombre en el hall de entrada. Todos tosían por el gas pimienta que habían usado antes. Luego lo bloquearon fuera del edificio”, relató un vecino, según el Corriere.

La puerta del edificio donde Antony fue reducido con la Taser. Foto: captura Il MattinoLa puerta del edificio donde Antony fue reducido con la Taser. Foto: captura Il Mattino

La Fiscalía de Nápoles pidió que se investigara el hecho y ahora el ejército italiano se está haciendo cargo. El cuerpo del hombre fue llevado a la morgue de un Policlínico para efectuar una autopsia. Cuando estén los resultados se determinará si las fuerzas de seguridad que participaron en la detención recibirán o no cargos por defensa propia excesiva u homicidio involuntario.

¿Cómo funciona una Taser?

En su sitio web oficial, la Ciudad de Buenos Aires define a las pistolas Taser como Dispositivos Electrónicos de Inmovilización Momentánea que “permiten inmovilizar a personas violentas o desequilibradas sin causarles daño permanente”. Son de “baja letalidad”, señala.

Las pistolas envían una descarga eléctrica de 400 voltios durante cinco segundos a través de dardos que, una vez disparados, se clavan en la piel o en la ropa.

Una pistola Taser x26. Foto: APUna pistola Taser x26. Foto: AP

Un informe del Comité de Seguimiento de Seguridad Pública de Buenos Aires de 2016 titulado “Armas Taser x26” indica que la Taser genera en realidad 50.000 voltios en vacío, pero en contacto con la persona cae a 400 voltios con una corriente de 0.0021 amperios, lo que lo hace no letal per se (aunque, según Netpol, el Instituto Superior de Seguridad Pública español, la descarga desciende a 1.200 voltios al momento del impacto).

Aclara que el efecto letal de la corriente eléctrica depende de la intensidad, no del voltaje. Esta postura -dice el informe- fue sostenida por un estudio del Instituto de Medicinal Legal de Málaga en Cuadernos de Medicina N° 35 de 2004.

Recordemos que en Argentina, Córdoba fue la primera provincia en incorporar las pistolas Taser en 2023. Le siguieron la Ciudad de Buenos Aires, las fuerzas federales y, más recientemente, la Provincia de Santa Fe.

La posible influencia de la descarga eléctrica en la muerte de Antony Ehogonoh

¿Existe la posibilidad de que Antony Ehogonoh haya muerto como consecuencia de la descarga eléctrica de la Taser? Sí.

Consultado por Clarín, el médico cardiólogo Mario Fitz Maurice (MN83671), ex Director del Consejo de arritmias de la Sociedad Argentina de Cardiología (SAC) y Jefe del servicio de arritmias del Hospital Rivadavia, explica que elementos como las pistolas Taser “pueden alterar la conducción cardíaca y generar arritmias ventriculares, como la taquicardia ventricular, que desencadena una fibrilación ventricular con el consiguiente paro cardíaco”.

Antony Ihaza Ehogonoh, la víctima. Tenía 35 años. Foto: Il MattinoAntony Ihaza Ehogonoh, la víctima. Tenía 35 años. Foto: Il Mattino

El especialista enfatiza en que aquellos que tengan permiso para utilizar las Taser “tienen que entender que su uso puede tener como efecto no deseado en el objetivo la provocación de una arritmia ventricular con el desarrollo de fibrilación ventricular y la muerte”, y que contar con un desfibrilador “es la única chance” de cortar el “temblor” (fibrilación ventricular) del corazón.

Quizás si (los carabinieri) hubieran tenido un desfibrilador en el móvil con el que se movieron y lo conectaban no digo que se salvaba pero le hubieran dado un alto porcentaje de chances de llegar con vida al hospital”, aclara Maurice, siempre al tanto de que no hay información que compruebe que la policía intentó resucitarlo con el aparato ni una confirmación de que Antony falleció producto de una descarga eléctrica.

El médico destaca que la Ciudad de Buenos Aires equipó a sus patrulleros con desfibriladores “porque razonaron que si ellos disparan con la Taser y tienen la mala suerte -o el azar dispone- que esa energía genera una arritmia maligna desencadenando una fibrilación ventricular con el desfibrilador pueden rescatar a esa víctima”.

Los carabinieri en la calle donde ocurrió el ataque. Foto: captura Il MattinoLos carabinieri en la calle donde ocurrió el ataque. Foto: captura Il Mattino

En conclusión -finaliza Maurice- aquellos que vayan a usar estas tecnologías antivandálicas o pistolas de descarga “deben estar preparados para efectos no deseados y saber que el más frecuente y el más grave es la fibrilación ventricular, y por lo tanto deberían tener equipos de desfibrilador”.

Fuente: www.clarin.com

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