Triple femicidio fue motivado por presunto robo de droga

El triple femicidio de Morena Verdi, Lara Gutiérrez y Brenda del Castillo “fue una venganza narco”. Así lo subrayaron ayer los fiscales Carlos Adrián Arribas, Claudio Fornaro, Diego Rulli y Lorena Pecorelli en su teoría del caso, donde explicaron que los crímenes fueron motivados por un robo de drogas cometido por allegados o conocidos de las tres víctimas a una “organización de estructura celular con clara estabilidad y permanencia en el mercado del narcotráfico”.
La banda está integrada, para los investigadores, por los 9 detenidos que tiene la causa, más Pequeño J (capturado en Perú) y cuatro sospechosos que continúan prófugos. Según la acusación, todos habrían ideado un plan criminal con el único objetivo de vengar el robo.
El macabro operativo habría comenzado mucho antes del secuestro de las jóvenes. “Mediante maniobras de engaño, y a través de ardid (aprovechándose de su especial condición de vulnerabilidad), integrantes de la organización, en su mayoría hombres, lograron establecer un vínculo de confianza con las nombradas”, detallaron los fiscales en un oficio emitido ayer.
Las autoridades señalan que los sospechosos continuaron fingiendo el vínculo hasta el 19 de septiembre a las 21. Esa noche, en la localidad de Ciudad Evita, La Matanza, “consiguieron que las nombradas aborden una camioneta Chevrolet Tracker blanca, en la que fueron trasladadas hasta el domicilio de la calle Chañar de Villa Vatteone, Florencio Varela, para ir a una supuesta fiesta”.
Para los fiscales todos los sindicados actuaron de común acuerdo. En la casa de la calle Chañar, “los agresores les hicieron saber sus verdaderas intenciones (recupero de la droga presumiblemente sustraída), por lo que retienen a las víctimas en contra de su voluntad, privándolas de esta manera ilegalmente de su libertad, obligándolas a permanecer en el lugar, para lo cual fueron maniatadas y amordazadas”.
Luego, las torturas se convirtieron en homicidio. Las mataron de a poco. “Comenzaron a lesionar a las víctimas de manera tal que… aumentaron de forma deliberada e inhumana el sufrimiento de las jóvenes, provocándoles lesiones agónicas (amputaciones, luxo fracturas, entre otras) que, indefectiblemente, las fueron llevando a la muerte”, se lee en el documento.
“Tras haber logrado el objetivo del plan homicida, las tres víctimas fueron enterradas en la propiedad, en un pozo que fuera realizado con anterioridad”, finalizaron la teoría.
Con esta argumentación, los fiscales de la UFI de Homicidios de La Matanza decidieron sumar dos nuevas calificaciones a los imputados. Se trata de homicidio criminis causa (matar para ocultar un delito previo) y privación ilegítima de la libertad por haber retenido contra sus voluntades a Brenda del Castillo, Morena Verdi y Lara Gutiérrez.
Las nuevas imputaciones se combinan en concurso real con la ya existente: tres hechos de homicidio agravado por premeditación, alevosía, ensañamiento en un contexto de violencia de género. A las mujeres no se les endilga la agravante de violencia de género.
En paralelo, los fiscales decidieron acusar de manera alternativa por el delito de encubrimiento agravado a Andrés Parra y Iara Ibarra, a quienes también les endilgan haber participado de los femicidios.
“A sabiendas del hecho ilícito, limpiaron parte de la finca” donde fueron asesinadas las tres víctimas. Para los investigadores, “alteraron de esta manera los rastros de la escena del triple crimen”.
En sentido contrario, Ariel Jeremías Giménez, el acusado de tapar el pozo, le imputaron los femicidios cuando desde un principio había quedado detenido solo por el encubrimiento.
Fuente: eltribunodejujuy.com