Tratamiento antirreflejo: qué es y cómo mejora tu visión

En un mundo cada vez más digital, donde las pantallas de computadoras, celulares y televisores dominan el día a día, el cuidado de la vista se ha vuelto una prioridad. Una de las innovaciones más importantes en el campo de la óptica es el tratamiento antirreflejo, una tecnología que, a menudo, pasa desapercibida, pero que ofrece grandes beneficios para quienes utilizan lentes.
Este recubrimiento mejora la calidad visual y contribuye a una mayor comodidad diaria de los anteojos. El tratamiento antirreflejo es una capa delgada y especializada que se aplica sobre las lentes para reducir los reflejos de luz. Estos reflejos, que provienen tanto de la parte frontal como posterior del cristal, pueden ser una fuente de distracción, fatiga y menor claridad visual.
Al minimizar estos brillos, el tratamiento permite que más luz llegue al ojo, lo que resulta en una visión más nítida, brillante y con mayor contraste. Según expertos en optometría de Lentiamo, esta tecnología es fundamental para disfrutar de la mejor visión posible, sin molestias causadas por el resplandor.
El recubrimiento antirreflejo se aplica en forma de múltiples capas microscópicas de óxidos metálicos, como el óxido de magnesio o el óxido de silicio. La función de estas capas es neutralizar los reflejos. Cada una está diseñada para interactuar con las ondas de luz de forma específica, doblándolas y manipulándolas para que, en lugar de reflejarse, pasen a través de la lente.
Esta manipulación de la luz es lo que permite que las imágenes se vean más claras y definidas. Un dato curioso es que las variaciones en las fórmulas de los fabricantes pueden producir sutiles tonos de color —azul, verde o violeta— cuando se observan las lentes desde ciertos ángulos.
Es importante diferenciar entre los términos “antirreflejo” y “antideslumbrante”, que a menudo se utilizan como sinónimos. Mientras que el tratamiento antirreflejo se enfoca en reducir los brillos generados en la superficie de los lentes, las gafas polarizadas —a las que se suele referir como antideslumbrantes— filtran los reflejos de la luz que provienen de superficies brillantes como el agua, el asfalto o la nieve.
La tecnología antirreflejo está pensada para el uso cotidiano, mientras que la polarización es especialmente útil en actividades al aire libre y para conducir.
Más allá de la claridad visual, los beneficios del tratamiento antirreflejo son amplios. Mejora la apariencia de las personas que usan anteojos al eliminar los brillos que pueden ocultar sus ojos en fotos o videollamadas.
Pero su mayor ventaja es la reducción de la fatiga visual, especialmente en entornos con iluminación artificial, como oficinas o durante la conducción nocturna, donde las luces de los autos y el alumbrado público pueden ser muy molestos.
Fuente: www.clarin.com