Tras mantenerlo frenado en Diputados, Menem mandó la ley de DNU y el Senado insistirá con la media sanción

El presidente de Diputados, Martín Menem, jugó al fleje y dilató más de una semana el envío del proyecto de reforma de la ley 26.122, más conocida como ley de DNU, que aprobó la Cámara Baja con modificaciones y que la oposición en el Senado buscaba convertir en ley en una sesión que pretendía convocar antes de las elecciones legislativas del 26 de octubre.
En principio, el riojano cumplió con su misión de demorar el trámite legislativo de un proyecto que puede convertirse en un fuerte golpe para el gobierno de Javier Milei, que ante la flaqueza de apoyos en el parlamento suele valerse de Decretos de Necesidad y Urgencia (DNU) para avanzar con medidas que no pasarían el filtro legislativo.
Tal como informó Clarín, Menem demoró el envío del proyecto aprobado el 8 de octubre pasado en parte para evitar una derrota en el Senado a días de los comicios en los que el oficialismo apuesta a sumar nuevas bancas, ya que la intención del kirchnerismo era sacar despacho de comisión esta semana para llevarlo al recinto el próximo 23 de octubre.
Sin embargo, el presidente de la Cámara Baja recién envío la comunicación al Senado este jueves a la tarde pese a la protesta de los diputados de la oposición y al malestar que generó en la Cámara Alta, donde la duda estaba en cómo se iba a mover la Victoria Villarruel. La vicepresidenta está marginada de la toma de decisiones del Gobierno y cada vez busca diferenciarse más de las acciones de Milei.
Para evitar entrar en un nuevo frente de conflicto con la oposición, la titular del Senado apuró el giro a comisión de Asuntos Constitucionales, que tenía agendada una reunión para esta semana pero se suspendió. Vale aclarar que en el temario no figuraba el proyecto que limita a Milei el uso de los DNU aunque el peronismo podría haber aprovechado el escenario para sacar dictamen.
Ahora, la atención quedó puesta en lo que decida la cordobesa Alejandra Vigo (Unidad Federal), quien preside Asuntos Constitucionales. Si la senadora reúne los consensos podría convocar a la comisión para la próxima semana y sacar despacho en la antesala de la elección legislativa, marcándole la cancha al oficialismo.
Con el resultado de los comicios, el Senado volvería al recinto para tratar la reforma y distintos sectores de la oposición aseguran que están los votos para insistir con la primera media sanción y rechazar la modificación que se hizo en Diputados.
En la Cámara Baja, la propuesta fue aprobada en general con 140 votos, pero en la votación en particular no consiguió la mayoría absoluta (129 votos) para sostener el artículo 3 que establecía que con el rechazo de una sola de las cámaras se dejaba sin efecto los DNU del Ejecutivo. Además fijaba un plazo de 90 días corridos de vigencia desde la publicación en el Boletín Oficial y transcurrido ese lapso sin pronunciamiento del Congreso, el decreto quedaba automáticamente derogado.
El Gobierno consiguió ese alivio gracias al respaldo que tuvo de sus aliados y de algunos gobernadores que mandaron a sus legisladores a jugar con los libertarios.
En el Senado, la propuesta se aprobó con 56 votos y se necesitan 37 para sostener la versión original y rechazar los cambios que se aplicaron en Diputados. Si bien el resultado de la elección legislativa puede marcar el clima en la Cámara Alta será difícil para el Gobierno revertir la tendencia dado que el peronismo solo tiene 34 votos y precisa otros 3 senadores para ratificar lo aprobado.
Pero la apuesta de la Casa Rosada es dilatar la discusión en el Congreso para estirar lo más posible la firma del veto de Javier Milei, que tiene un plazo de hasta 10 días hábiles luego de la sanción.
De esta manera, el Gobierno espera estirar la definición hasta después del 10 de diciembre, cuando asumirá la nueva conformación del Congreso con la intención de -mediante una buena elección- contar con el tercio que necesita en Diputados junto a los propios y los bloques aliados para sostener el rechazo del Presidente.
No obstante, en la Cámara Baja, el oficialismo y los aliados reunieron 80 votos y si bien no alcanzaron el tercio del cuerpo hubo 17 abstenciones y 20 ausentes que pueden ser clave a la hora de defender el veto.
Fuente: www.clarin.com