Sufrió un accidente, quedó en coma y le pidieron un órgano a cambio de mantenerlo con vida: “Sentí que me estaban chantajeando”


Joanna Kearney, una mujer británica de 35 años, aseguró que en un hospital le dijeron que si donaba uno de los órganos de su padre, lo mantendrían con vida conectado al soporte vital. John, de 64 años, se encontraba de vacaciones en Turquía cuando sufrió un accidente que lo dejó en coma. “Sentí que me estaban chantajeando para que donara un órgano”, dijo Joanna al medio Daily Mail.

Residente de Wirral, un municipio metropolitano de Merseyside, en el noroeste de Inglaterra, John se encontraba de vacaciones con amigos y su novia Sheila en la ciudad turística de İçmeler, un barrio del municipio y distrito de Marmaris, provincia de Muğla.

El fatídico accidente ocurrió el 30 de septiembre, durante la noche. En İçmeler, John alquiló una moto scooter para recorrer la ciudad. Sin embargo, la empresa no le proporcionó un casco. En Turquía es ilegal conducir una motocicleta o ciclomotor sin llevar equipo de protección para la cabeza.

John sufrió el accidente cuando regresaba al puerto para recoger a Sheila después de dejar a su amiga en su apartamento. A escasos metros de su destino, se cree que su pierna rozó el remolque de una camioneta 4×4, lo que lo hizo salir “volando” antes de que su cabeza impactara violentamente contra el suelo.

Fue trasladado de urgencia al hospital, donde le diagnosticaron una grave hemorragia cerebral y lo pusieron en un coma inducido. Los médicos señalaron que no podían operarlo, ya que la hinchazón cerebral lo mataría. John pasó casi dos semanas en el hospital de Mugla.

Joanna viajó rápidamente en avión para estar junto a su padre, pero relató que el personal del hospital le restringía las visitas a tan solo diez minutos. Los médicos le informaron a Joanna que las pruebas revelaban que ya no había flujo sanguíneo al cerebro de su padre y que deseaban apagar la máquina de soporte vital.

Desesperada, Joanna suplicó por más tiempo para que dos de los hermanos de John, quienes acababan de recibir sus pasaportes, pudieran ver a su pariente por última vez.

Fue en ese momento cuando el personal supuestamente le dijo a Joanna que si donaba uno de los órganos de su padre, lo mantendrían “encendido en la máquina”. “Había muchas complicaciones, pero necesitaban tomar una decisión, y la necesitaban rápidamente. Sentí mucha presión y, al final, accedí a que le trasplantaran un riñón, ya que hay dos”, contó.

Sin embargo, la coacción no terminó allí. Al día siguiente, Joanna se despertó con mensajes de WhatsApp de un médico que le indicaban que el órgano ofrecido “no era lo suficientemente bueno”. “¿Quieres ver a tu papá por última vez?”, le preguntó el médico, de acuerdo con Daily Mail, que accedió a los mensajes de texto.

A los pocos minutos, un taxi enviado por el hospital llegó a su hotel y llevó a Joanna, junto a un amigo de la familia y el padre de sus hijos, a ver a John, donde pudo tomarle la mano en sus momentos finales. Las máquinas de su padre fueron desconectadas y él falleció. “Para ser sincera, sentí que estaban deseando deshacerse de él”, dijo Joanna.

Inmediatamente después de la muerte de John, mientras Joanna era llevada a una sala de espera para llenar el papeleo, vio el cuerpo de su padre siendo retirado, “envuelto como una momia”. Le indicaron que siguiera el cuerpo y terminó en un ascensor junto al cadáver de su padre.

En la morgue del hospital, Joanna presenció cómo dos enfermeras “luchaban” para colocar el cuerpo de John en un compartimento refrigerado. “Era como estar en una película y todavía estoy intentando asimilarlo. Fue horrible. Y aun así nos preguntaron si queríamos ver la cara del cadáver después de haber metido a mi padre en la maldita heladera”, relató.

La compañía de seguros de viaje de John ofreció cubrir el costo de la repatriación de su cuerpo. Sin embargo, Joanna tendrá que afrontar los costos médicos, facturas que el hospital aún no le envió, a pesar de sus reclamos. Con el fin de cubrir estos gastos, Joanna creó una recaudación de fondos en GoFundMe.

Fuente: www.clarin.com

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