Solsticio de verano este 21 de diciembre: qué significa y por qué es el día más largo del año


Con la llegada de diciembre y el aumento de las temperaturas, muchas personas se preguntan por qué este período del año tiene días más largos y una mayor presencia del sol.
La respuesta está en un fenómeno astronómico que ocurre cada año y marca un punto clave del calendario: el solsticio de verano. Este evento no solo señala el inicio oficial de la estación más cálida, sino que también explica por qué se registra la mayor cantidad de horas de luz solar.
“No se trata de una casualidad ni de que la Tierra esté más cerca del Sol, sino de la inclinación de su eje, que determina cómo llegan los rayos solares a cada parte del planeta a lo largo del año”, explican desde la NASA.
El 21 de diciembre será el día más largo del año como consecuencia del solsticio, un fenómeno astronómico que ocurre dos veces al año y marca el momento en que el Sol alcanza su máxima o mínima altura aparente en el cielo. De este modo, da origen al día más largo o al más corto del año, según el hemisferio.
La Tierra gira alrededor del Sol con una inclinación aproximada de 23,5 grados. Esta característica provoca que, en determinados momentos, uno de los hemisferios reciba los rayos solares de forma más directa. Durante el solsticio de verano en el hemisferio sur, el Sol se posiciona en su punto más alto sobre el Trópico de Capricornio, lo que genera jornadas más extensas y noches más cortas. Por ese motivo, se lo conoce como el día con mayor cantidad de horas de luz del año.
Este fenómeno no está relacionado con la distancia entre la Tierra y el Sol. De hecho, el planeta se acerca más al astro en enero, durante el perihelio, y se aleja en julio, en el afelio. Las estaciones no dependen de esa distancia, sino de la inclinación del eje terrestre, tal como lo señala el Servicio Meteorológico Nacional de Estados Unidos.
Además de su importancia científica, el solsticio tuvo a lo largo de la historia una fuerte importancia cultural y simbólica. En civilizaciones antiguas, como la maya, este momento del año se asoció a rituales y observaciones astronómicas, ya que el recorrido del Sol generó efectos visuales únicos en templos y construcciones.
Así, el solsticio de verano no solo marca el inicio de una nueva estación, sino que también recuerda cómo los movimientos de la Tierra continúan definiendo el ritmo natural del tiempo, los días y las estaciones que organizan la vida en el planeta.
Fuente: www.clarin.com



