¿Sentís que envejeciste muy rápido? esto dice la ciencia

El envejecimiento es inevitable, pero gracias a los avances en diagnóstico y tratamiento médicos la esperanza de vida aumenta en casi todo el mundo. Así, la vejez es cada vez larga.

En este contexto de vejez más extensa -varios países como Japón destacan por el número de supercentenarios-, los científicos tratan de descifrar los mecanismos ocultos detrás del paso del tiempo.

En este sentido, para la mayoría de las personas, el envejecimiento representa un deterioro lento y progresivo, que aumenta con los años y que muchos se niegan a reconocer.

Sin embargo, varios estudios han determinado que hay etapas de la vida en las que se envejece más rápido que en otras.

Un artículo publicado en el New York Times informa sobre un estudio de la Universidad de Stanford que rastreó varios cambios moleculares asociados al envejecimiento en muestras de sangre recolectadas de adultos de entre 25 y 75 años.

“Comparando muestras de sujetos de distintas edades, el estudio descubrió que las personas parecían envejecer más rápidamente alrededor de los 44 años, y de nuevo alrededor de los 60”, dice el artículo.

Agrega que “los conjuntos de cambios en el primer pico parecían estar relacionados sobre todo con el metabolismo de las grasas y el alcohol, así como con la función muscular, y el segundo pico con la disfunción inmunitaria y la función muscular”.

Publicado originalmente en la revista científica Nature Aging, el estudio informa que los investigadores de Stanford observaron las variaciones ocurridas en cientos de miles de moléculas en personas de entre 25 y 75 años. “Este análisis reveló que, de media, el número de moléculas se transforma drásticamente alrededor de los 44 años y a principios de los 60 años”, dice la revista.

Luego explica que “el conjunto de datos utilizado procedía de 108 personas que donaron sangre y otros materiales biológicos a lo largo de varios años. Esto permitió a los investigadores rastrear determinadas moléculas, como ARN, proteínas y metabolitos, y, al mismo tiempo, controlar la composición del microbioma de cada participante”.

“Al analizar estos datos el equipo de investigadores llegó a la conclusión de que el 81% de las moléculas mostraban características de envejecimiento no lineal, es decir, que cambiaban más rápidamente a determinadas edades que de forma constante con el paso de los años”, dice la revista Esquire, que también publicó el estudio de Stanford.

“Al hallar los mayores grupos de cambios promediados en toda la población, descubrieron que las personas tienden a envejecer más rápidamente en torno a los 44 y a principios de los 60. Sin embargo, los periodos de edad no eran exactamente iguales”.

Por ejemplo, observaron un aumento de las moléculas relacionadas con las enfermedades cardiovasculares en ambas franjas de edad, pero las que afectan a la función inmunitaria se observaron, sobre todo, en la población de 60 años.

Los investigadores explicaron que, aunque el envejecimiento temprano a los 60 ya era una etapa ampliamente reconocida, el descubrimiento de un cambio a los 40 años sugiere factores adicionales.

El dato relativo a mediados de los 40 sorprendió un poco a los autores del estudio. Aunque, en un primer momento, pensaron que se debía a la perimenopausia y la menopausia, los datos no muestran ninguna diferencia perceptible entre hombres y mujeres en esta franja de edad.

El diario cita a Steve Horvath, pionero de las herramientas de envejecimiento biológico conocidas como relojes epigenéticos, que sostuvo en un estudio de 2013 que el envejecimiento sigue una curva pronunciada desde la primera infancia hasta la pubertad, pero se vuelve lineal a partir de los 20 años.

También, según el Times, existen datos preliminares según los cuales algunos órganos, como el corazón y el cerebro, pueden envejecer más deprisa que otros.