se vienen más malas noticias y el Gobierno las agita

En el Gobierno nacional están convencidos de que en los últimos ochos años, que coinciden con la asunción de Claudio “Chiqui” Tapia como presidente, la Asociación del Fútbol Argentino, administró fondos multimillonarios con severas inconsistencias. Fuentes oficiales adelantaron a Clarín que la Inspección General de Justicia quiere saber en qué se gastaron, desde marzo de 2017, ciento once millones novecientos cuarenta y siete mil dólares. Preguntaron varias veces en la AFA y nunca obtuvieron respuesta. Si fuera necesario, el organismo está decidido a nombrar un veedor que abra los números de la entidad futbolística y a pedirles explicaciones a los auditores que firmaron los balances. Las mismas medidas serían tomadas con la Superliga, donde la falta de explicaciones ascendería a más de 300 millones de dólares.

Estas denuncias se suman a otros tres hechos fuertes que salpican a Tapia y Pablo Toviggino y a varios de sus socios y presuntos testaferros. El viernes, la Justicia allanó una mansión en Pilar que cuenta con caballeriza, canchas deportivas y helipuerto -que se les atribuye a Tapia y Toviggino-, en la que secuestraron 54 vehículos de lujo y de colección que, según estiman los especialistas, podrían sumar entre 3 y 5 millones de dólares.

El mismo día, la Dirección General Impositiva presentó una denuncia penal contra la AFA por apropiación indebida de tributos y retenciones de aportes previsionales por más de siete mil millones de pesos. En la denuncia, el organismo gubernamental remarca que la AFA “conocía su calidad de agente de retención de impuestos y de los recursos de la seguridad social (habiendo efectivamente practicado tales retenciones) y podía cumplir con dichas obligaciones”. La DGI pide que se actúe contra “los autores, coautores, cómplices, encubridores o instigadores de los hechos”. Las penas previstas por el Código Penal van de los dos a los seis años de prisión.

La tormenta perfecta contra la conducción de la AFA se completa con la detención de la tesorera de Sur Finanzas, Micaela Sánchez, de su chofer y de otra mujer que trabajaban en la financiera de Ariel Vallejo, un hombre muy vinculado a Tapia, que pasó de tener una oficina en Adrogué a abrir sucursales en distintas partes del país e, incluso, en Miami, donde tenía seis, que decidió cerrar cuando estalló el escándalo. La AFIP denunció que Sur Finanzas movió 820 mil millones de pesos en posibles sobornos y lavado de dinero.

El Gobierno, por un lado, y la Justicia, por otro, cuentan con papeles, documentos, testimonios y archivos secretos que podrían revelar un impresionante circuito de manejo irregular de millones de pesos y dólares por parte de la AFA. Fuentes de ambos sectores aseguran que vendrían más noticias de alto impacto. Muy pronto. Tal vez, en los próximos días.

En la última semana, Tapia entró en estado de shock. Cree que existe una operación en su contra pensada hace mucho tiempo y que faltaba una excusa para que se pusiera en marcha. Muy a su pesar admite que fue un grave error haber promovido el campeonato para Rosario Central. También estaría arrepentido de su pelea con Estudiantes de La Plata y, en especial, con Sebastián Verón, el titular del club, al que sancionaron de manera inédita por seis meses. Esas situaciones lo pusieron en el ojo de la tormenta y despertaron una ola de criticas hacia él en las redes y en las conversaciones cotidianas que, acaso, no hubieran sido posibles, tan solo, si se hubiera tratado de la investigación de un acto de corrupción. El titular de un equipo grande, encolumnado en el bando de Tapia, afirma: “El Chiqui se fue de mambo. Se creía intocable y ahora se quiere matar y pide ayuda”.

Esos pedidos de auxilio habrían llegado hasta el mismísimo Lionel Messi, con el que Tapia mantuvo siempre una excelente relación, que los catapultó a ambos a la gloria futbolística en el Mundial pasado. Pero Messi es Messi: su sonrisa angelical no le impide gambetear dentro y fuera de la cancha. Siempre es difícil adivinar sus intenciones. Tapia procuró una foto con el astro en medio de las balas judiciales que lo alcanzan por primera vez y Messi la eludió. Si el capitán elude, el resto de los jugadores de la Selección hace lo mismo. Primero ellos, después Tapia. Es dura la caída.

Hay quienes elucubran que el camino hacia el Mundial del año próximo que se jugará en Estados Unidos podría volverse tortuoso, aun cuando los elegidos por Scaloni asomen como uno de los favoritos. El clima se enrareció en un abrir y cerrar de ojos. Pensar que ya había mucha gente -entre ellos jueces y sectores de la familia judicial que integran los Tribunales de Disciplina, Ética y aplicaciones de la AFA- que reclamaba entradas y palcos para asistir a la primera ronda.

El acorralamiento del mandamás del fútbol y el despliegue mediático montado sobre la máxima pasión argentina le abrieron una fabulosa oportunidad de distracción social al Gobierno, que por estos días empuja un paquete de iniciativas en el Congreso que tiene como eje la reforma laboral, resistida por la CGT y el peronismo. “Ganar tiempo y que la atención se la lleve otro siempre es bueno”, admiten los cerebros de la comunicación de La Libertad Avanza.

No es solo el paquete de leyes. El Ejecutivo acumula problemas frente a la escasez de dólares -un permanente reclamo del FMI- y ante una economía que arroja algunos datos preocupantes. No se estaría frente a un crecimiento como “pedo de buzo”, como prometió el Presidente en abril de este año. En los últimos veintidós meses cerraron casi 20 mil empresas y unos 260 mil trabajadores perdieron su puesto. Son datos de la subsecretaría de Riesgos de Trabajo.

La inflación podría convertirse en una luz amarilla para el futuro inmediato de Milei. La baja permanente del índice que registró el Indec durante el primer año y medio de administración -de aquel escalofriante 211 por ciento que dejó la gestión de Alberto Fernández- siempre fue vista como el principal logro libertario y uno de los motivos que posibilitó su victoria electoral. Sin embargo, en el último medio año la tendencia tendió a la suba. En noviembre se registraron saltos del 2.5%, lo que marcó el mayor incremento de los últimos siete meses. Las voces más optimistas del Gobierno habían especulado con una inflación que arrancara con uno en este mes del año o, incluso, con un cero. Milei venía diciendo que en agosto de 2026 la inflación habrá sido aniquilada. Dicen que dejó de decirlo.

La reaparición de Cristina, casualmente para hablar de inflación y mostrar una foto vieja de Patricia Bullrich, le dio un motivo extra al Gobierno para tomar aire. Cada vez que aparece Cristina, el oficialismo sonríe y el peronismo sufre. El espejo con el pasado es una tabla de salvación. Más cuando, día a día, el juicio por la causa de los Cuadernos de las coimas arroja nuevos testimonios sobre cómo funcionaba el reparto de plata negra de la obra pública que terminaba en la casa de los Kirchner y hasta en la Residencia Presidencial de Olivos.

Con esas y otras ayudas invalorables, Milei comienza a instalar, de a poco, su plan reeleccionista. Así como en 2021 se presentó como diputado y, al otro día, avisó que iría por la presidencia en 2023, ahora no oculta que tiene un proyecto que va hasta 2031. Lo dice y lo repiten sus colaboradores más adictos en conversaciones con empresarios y periodistas. Afirman que el camino luce allanado y ruegan que la oposición siga como hasta hoy, a los tumbos, y sin dar señales de entender el nuevo mundo.