Revelaron detalles de un papiro de hace más de 2.000 años sobre Zenón, el fundador del estoicismo


Avances tecnológicos permitieron conocer algo más de lo que pensaba el filósofo estoico Zenón de Citio hace más de 2.200 años. Fue a raíz de la lectura de un papiro que había sido carbonizado durante la erupción del Monte Vesubio en el año 79 d.C.

De aquel milenario episodio -ocurrido en la antigua ciudad romana de Herculano, ubicada en la bahía de Nápoles al pie del volcán-, se salvó este valioso documento histórico, escrito por el filósofo Filodemo de Gadara (110 a.C. – 40 a.C.).

Pero no es el único: es uno de los tantos que se encontraron durante excavaciones en la década de 1750 en la Villa de los Papiros de la mencionada ciudad. Actualmente se encuentran en la Biblioteca Nacional Vittorio Emanuele III de Nápoles.

Valiéndose de una nueva técnica de imagen, investigadores de la Universidad de Pisa y el Consejo Nacional de Investigación de Italia pudieron descifrar el contenido, según salió publicado en la revista Scientific Reports.

De esta manera, de la erupción del volcán Vesubio –que enterró la ciudad de Pompeya y a miles de sus habitantes- se salvaron detalles sobre la vida del fundador del estoicismo.

El proyecto fue coordinado por Graziano Ranocchia, el mismo que el año pasado descubrió el lugar exacto de la tumba de Platón. El papirólogo logró aquella hazaña con tecnología sofisticada, basada en el uso de Inteligencia Artificial, tomografía computarizada, imágenes infrarrojas, y microscopía digital de alta resolución.

En esta ocasión, la técnica empleada fue termografía pulsada en trozos de papiro ya desenrollados, una fascinante manera de descubrir el pasado sin dañar los antiguos registros.

Funciona con un destello de luz de una fracción de segundo que calienta el papiro unos pocos grados, mientras que una cámara térmica mide la rapidez con la que se enfría cada área. De esta manera aparecen trazos brillantes que hacen visibles letras ocultas, dado que la tinta y el material liberan calor a diferentes velocidades.

“El diagnóstico no invasivo del patrimonio cultural se está enriqueciendo con nuevos métodos avanzados, cada vez más aplicados de forma integrada, que permiten visualizar características de los materiales que de otro modo serían inaccesibles, explicó Costanza Miliani del Consiglio Nazionale delle Ricerche.

Apoyado en una vida en consonancia con la naturaleza y el control constante de las pasiones, Zenón de Citio basó sus enseñanzas en la razón y el autodominio emocional. La stoa poikilē, un pórtico colorido de Atenas donde expresaba su conocimiento, se convirtió en el nombre de su escuela.

De ella se nutrieron figuras romanas como Cicerón, Séneca y Marco Aurelio. Ahora se conocen -gracias a la técnica de imagen térmica utilizada por los científicos italianos- algunas precisiones de estos pasajes, escritos por el epicúreo Filodemo de Gadara aproximadamente entre el 75 y el 50 a. C.

En aquel contenido se retrata a Zenón (334 a.C. – 262 a.C.) con debilidad física, probablemente por su dieta escasa; solitario con tendencia al aislamiento -al punto de que rehuía a los banquetes-; y objeto de burla por su acento extranjero (era un emigrante fenicio en Atenas).

También se burlaban de su supuesta incapacidad para proporcionar un simple caldero de agua caliente, y se lo acusaba de molestar a los jóvenes con su parloteo y sus regaños.

Además, en el papiro sus ideas se califican “moralmente cuestionables”, las cuales eran nada menos que la igualdad entre hombres y mujeres; la tolerancia de las relaciones homosexuales mantenidas abiertamente; compartir las parejas, y el rechazo al matrimonio privado y la vida familiar.

Este pensamiento sobre cómo debía ser la comunidad era considerado “indecente” en la Atenas del siglo IV a.C. A la vez, su concepción de un gobierno guiado por la razón, sin tribunales, dinero ni propiedades, fue luego suprimida discretamente por los estoicos.

A pesar de tales rechazos, Zenón de Citio no dejó de tener una importante fama. De hecho, al morir fue honrado con un funeral público, algo poco común para un extranjero en la época.

Fuente: www.clarin.com

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