Reggaetón y muerte en Las Toninas: asesinó a su patrón y lo dejó enterrado en el patio durante casi un mes

“Como a un USB a vos te desconecté, bebé”, cantaban con ritmo de reggaetón Aarón González Rodríguez (46) y Blas Maximiliano Sosa (35). Además de compartir el proyecto musical “Dandys”, eran amigos y trabajaban juntos en la fábrica de pastas “El Raviolito”, propiedad del mayor, ubicada en Las Toninas, partido de La Costa.
La calma de esa pequeña localidad costera se vio alterada en las últimas horas con el descubrimiento del cuerpo de González Rodríguez, enterrado en el patio del fondo de su casa, ubicada a metros de su local.
El que indicó donde se encontraban los restos fue su propio amigo, empleado y compañero de dúo musical. Si, Sosa fue quien junto a su pareja confesó el crimen y el lugar donde había enterrado el cuerpo, hace unas tres semanas, según la data de muerte indicada en la autopsia.
Los detectives de la Delegación Departamental de Investigaciones (DDI) de Dolores, la SubDDI de La Costa y el fiscal Martín Prieto llegaron al principal acusado gracias a la denuncia de un amigo de la víctima, quien dijo que hacía varios días solo le respondía mensajes de texto, le pedía dinero y que evadía atenderle las llamadas.
Esto le pareció extraño al hombre, por lo que radicó la denuncia. Un dato que declaró fue clave para los investigadores: supuestamente, González Rodríguez le confió que había viajado a Brasil y que le había dejado todos sus bienes a su amigo y empleado Sosa.
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Crimen en Las Toninas
Con dos órdenes de allanamientos firmadas por el juez de Garantías Diego Zapiola, la Policía fue hasta la casa de Sosa, quien es oriundo de Tigre y se había radicado en Las Toninas hace aproximadamente un año. Cuando los oficiales llegaron fueron recibidos por el hombre y su esposa. Allí descubrieron la verdad.
La mujer dijo que él le había reconocido que había matado a su amigo, pero no le creía porque “estaba drogado”. Sosa confesó el crimen ante la Policía y señaló el lugar donde había enterrado el cuerpo.
Con esa información, el fiscal Prieto solicitó la presencia de perros rastreadores especializados en restos humanos del Cuerpo de Bomberos de La Costa. Fue el can “Tango” quien marcó un punto específico en el patio de la casa de González Rodríguez.
Personal de Defensa Civil comenzó el trabajo de excavación y, finalmente, a casi un metro y medio de profundidad, el miércoles por la noche encontraron el cuerpo de la víctima, en avanzado estado de descomposición.
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Crimen en Las Toninas
Dentro de la casa, la Policía Científica halló presuntas manchas de sangre en el baño y bajo una escalera.
La autopsia se realizó este jueves por la tarde en la Morgue Judicial de Dolores. Según el informe preliminar, el cuerpo de González Rodríguez presentaba una data de muerte de alrededor de 20 días, un único trauma de la fractura de hueso temporal derecho con hundimiento de cráneo y por las características que presentaba, la muerte se produjo de manera instantánea.

Sosa será indagado este viernes por el homicidio, al tiempo que se investiga si su pareja estuvo involucrada en la venta reciente de un Volkswagen Vento propiedad de González Rodríguez, por lo que podría ser imputada del delito de encubrimiento.
Qué alertó a un amigo de la víctima
A Daniel le parecía raro que hacía aproximadamente un mes que su amigo Aaron no le respondía las llamadas, que el único contacto que tenía era a través de mensajes de texto vía WhatsApp y le ponía como excusa que el celular estaba roto por eso no podía llamarlo ni enviarle audios.
“Le pedía que le transfiera plata de a 15 mil pesos. ‘Plata tiene, no sé por qué me pide a mi’, nos dijo el amigo. González Rodríguez no tenía problemas de dinero, era dueño de una fábrica de pastas”, dijo a Clarín un investigador.
Lo que más le extrañó a Daniel fue que su amigo le dijo que se encontraba en Brasil y que le había dejado al cuidado de Sosa su casa, sus autos y sus pertenencias. Con la idea de que un tercero estaba utilizando su teléfono celular, el hombre realizó la denuncia.

Mientras que el caso era investigado por el Áreas de Cibercrimen, el Departamento de Análisis en Investigación de las Comunicaciones (DAIC) de Castelli e Inteligencia Criminal de la Policía bonaerense, el fiscal solicitó un informe a la Dirección Nacional de Migraciones con las salidas del país de González Rodríguez.
El resultado del informe dio que el hombre no salió del país en el último año, por lo que los investigadores comenzaron a tener como principal sospechoso a Sosa y el presunto móvil, quedarse con las pertenencias de su amigo y compañero de reggaeton.
Con la investigación avanzada se realizó una falsa compra de un dron, que era ofrecido por el sospechoso. Mientras tanto, Sosa seguía respondiéndole al amigo de González Rodríguez enviándoles fotos de Brasil, para poder continuar con su mentira.
“Nunca le hablaba ni le enviaba audios. Ponía fotos estando en Brasil, pero que eran inventadas. Al principio usaba la línea y el teléfono de la víctima, pero luego cambió el chip, pero siguió usando el mismo aparato que sirvió para rastrearlo, encontrarlo, y así, detenerlo”, concluyó una fuente.

Los detectives comprobaron que Sosa había vendido un Volkswagen Vento de la víctima a un hombre del partido de La Costa y, a su vez, las cámaras de seguridad captaron el momento en que utilizó el Jeep Renegade propiedad de González Rodríguez.
Fuente: www.clarin.com