“Queríamos un adiós sin nostalgia”


Pete Wiggs, tecladista y productor de Saint Etienne, ha sido el motor creativo detrás del trío desde su formación en 1990. Con un oído siempre atento a la melodía y la experimentación sonora, Wiggs ha trabajado con colaboradores icónicos Sarah Cracknell y Bob Stanley y ha explorado géneros que van del pop sofisticado al dance electrónico. Su enfoque para International fue unir décadas de experiencias musicales en un álbum que no suene a despedida, sino a celebración. Pero es, no tengan dudas, una despedida. En la entrevista, Wiggs enfatiza que la decisión de cerrar la banda no fue impulsiva: “Queríamos que fuera un adiós consciente, preservando la alegría que siempre sentimos al crear música”. La elección de colaboradores como Vince Clarke o Tom Rowlands no es casual; representa un puente entre la historia de Saint Etienne y sus influencias más recientes.

Wiggs también destaca la importancia de la independencia creativa: rescatar demos olvidadas, experimentar con sintetizadores y mantener la frescura sin recrear éxitos pasados. Para él, la banda siempre fue “sobre la conexión con quienes nos escuchan”, e International busca consolidar ese vínculo. Aunque Saint Etienne como banda llega a su fin, Wiggs anticipa nuevos proyectos personales que continuarán explorando la música desde diferentes perspectivas.

—¿Por qué decidieron que “International” fuera el álbum final de Saint Etienne?

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—Después de tantas décadas, sentimos que era el momento adecuado para cerrar este capítulo. No queríamos que fuera un disco de despedida melancólica; queríamos que celebrara lo que hemos hecho y a quienes hemos acompañado en este recorrido. Durante 35 años hemos explorado sonidos, colaboraciones y estilos distintos. International condensa esa historia en un solo disco, como un reflejo de lo que Saint Etienne siempre representó: amor por la melodía, el pop elegante y la experimentación constante. Muchas ideas aparecieron de manera espontánea. Nos encanta trabajar con músicos que admiramos. Colaboraciones con Vince Clarke, Nick Heyward o Tom Rowlands aportaron nuevas capas que enriquecen cada pista. No era un listado de nombres, sino buscar la esencia de la música que nos inspira desde nuestros primeros discos. Todo se hizo pensando en mantener la frescura y la autenticidad de Saint Etienne.

—¿Fue difícil decidir que la banda se disolviera?

—Sí, pero también es liberador. Hemos tenido tiempo para reflexionar y asegurarnos de que esta despedida sea consciente, no impulsiva. Saint Etienne siempre fue un proyecto basado en la alegría de crear música pop, y cerrar el ciclo de esta manera permite que esa alegría permanezca intacta. No hay tristeza, sino gratitud por todo lo que vivimos juntos y por los fans que nos acompañaron.

—¿Qué significa “International” en la historia de Saint Etienne?

—Es como un collage de nuestra trayectoria: sintetizadores, cuerdas, voces que recuerdan nuestros primeros días y a la vez innovan. No es solo un álbum más; es un homenaje a lo que fuimos y seguimos siendo como músicos. También es un puente entre nuestro pasado y los artistas que admiramos hoy, mostrando que Saint Etienne siempre ha buscado el equilibrio entre nostalgia y modernidad.

—¿Hubo algún riesgo creativo al producir este disco final?

—Siempre existe la tentación de recrear éxitos antiguos, pero queríamos avanzar. Algunas canciones nacieron de improvisaciones electrónicas, otras de demos que encontramos y rescatamos para darles nueva vida. Mantener la frescura y la identidad sin caer en la repetición fue nuestro desafío más grande. Este álbum tiene capas, texturas y momentos inesperados que reflejan nuestra evolución.

—¿Cómo espera que los fans recuerden a Saint Etienne?

—Espero que recuerden la sensación de descubrimiento y alegría que intentamos transmitir. Que nuestras canciones puedan acompañarlos en cualquier momento de sus vidas, sin necesidad de explicaciones. La conexión con los oyentes siempre fue más importante que cualquier éxito comercial. Quiero que sientan que las canciones de Saint Etienne son parte de ellos, tanto como lo son de nosotros.

—¿Habrá proyectos futuros, aunque no sea bajo el nombre de Saint Etienne?

—Sí, cada uno de nosotros seguirá explorando la música. Para mí, significa nuevas producciones, colaboraciones y tal vez bandas sonoras. Saint Etienne termina, pero la música continúa. Esto es emocionante: el fin de un ciclo abre posibilidades creativas que antes no existían. International es nuestro adiós consciente, y a la vez, un inicio para nuevas exploraciones individuales que seguirán siendo parte de la herencia de la banda.

“Queríamos un adiós consciente”

J.M.D.

Pete Wiggs, tecladista y productor de Saint Etienne, ha sido el motor creativo detrás del trío desde su formación en 1990. Su oído atento y su pasión por la melodía y la experimentación sonora definieron la identidad del grupo. Con International, Wiggs buscó unir décadas de historia musical en un disco que celebra colaboraciones icónicas y sonidos que van del pop sofisticado al dance electrónico.

En la entrevista, Wiggs subraya que la decisión de cerrar la banda fue deliberada: “Queríamos un adiós consciente, preservando la alegría que sentimos al crear música”. Colaboradores como Vince Clarke y Tom Rowlands no fueron solo nombres; representan puentes entre la trayectoria de Saint Etienne y sus influencias actuales.

El proceso creativo incluyó rescatar demos olvidadas, improvisaciones electrónicas y mantener la frescura sin recrear éxitos del pasado. Wiggs enfatiza que la banda siempre se trató de la conexión con los oyentes, de que la música acompañe momentos de la vida cotidiana. Aunque Saint Etienne como nombre llega a su fin, Wiggs continuará explorando nuevas producciones y colaboraciones que reflejarán su legado y pasión por la música.



Fuente: www.perfil.com

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