¿Qué se necesita para tener fortaleza mental, según la psicología?

Los deportistas olímpicos son citados muchas veces como ejemplos de fortaleza mental, capaces de enfrentar el estrés y la presión de la competencia intensiva y la necesidad de entrenar.

La fortaleza mental implica una actitud que abarca conceptos como autoeficacia, determinación y resiliencia.

Del deporte, el concepto ganó terreno en la psicología, lo que convirtió a la fortaleza mental en una idea en los libros sobre el estrés, siempre relacionada con encontrar una manera de salir adelante de una situación, sin importar cuán terrible sea.

Claro que, como dice un artículo de Psychology Today, “no es necesario que seas un atleta para beneficiarte de las formas en que la fortaleza mental puede hacer que algunos de tus problemas desaparezcan, o al menos que sean más soportables”.

Antes de descubrirlas: las cualidades esenciales para lograr una fortaleza mental inquebrantable

El pensamiento positivo, el establecimiento de metas alcanzables, la visualización y el control de la ansiedad y de la atención son algunos de los mojones del camino para llegar a la fortaleza mental.

Además de desarrollar las cualidades citadas, la fortaleza mental o emocional puede lograrse mediante una serie de ejercicios que propone el sitio Psicología y Mente.

Evaluar las prioridades personales. Por ejemplo, ¿queremos explorar otras posibilidades de trabajo que nos apasionen? Foto: Pexels.Evaluar las prioridades personales. Por ejemplo, ¿queremos explorar otras posibilidades de trabajo que nos apasionen? Foto: Pexels.

1) Dedicar tiempo a pensar en las prioridades personales. Hay que saber tomar distancia de los hechos cuando estos se convierten en una carga emocional muy pesada. “Por ejemplo, ante el estrés por falta de tiempo, ¿queremos organizarnos mejor o explorar otras posibilidades de trabajo que nos apasionen? Es imprescindible reflexionar acerca de cuáles son nuestras prioridades, y se puede hacer en cualquier momento”.

Desdramatizar. “Aquello que no es como nos gustaría y no se puede cambiar no debe tener el poder de frenarnos", aconsejan los expertos. Foto: Pexels.Desdramatizar. “Aquello que no es como nos gustaría y no se puede cambiar no debe tener el poder de frenarnos”, aconsejan los expertos. Foto: Pexels.

3) Hacer un recuento de fortalezas personales. Aunque parezca mentira, muchas personas no son conscientes de sus fortalezas y creen que son “perdedoras natas”. Pero si tienen conocimiento de aquello en lo que se desenvuelven mejor, podrán enfrentar los problemas con mayor seguridad al identificar de manera correcta los “puntos de apoyo”, para usarlos a su favor.

4) Comprometerse. Muchas veces, los proyectos se pierden en la postergación infinita, porque siempre quedan “para mañana”. De impedir esta actitud y encarar las actividades que realmente generan ilusión, se ganará un valioso sentido de propósito. Porque cuando está claro qué es lo que importa, será más difícil ceder a las vulnerabilidades y a la manipulación.

6) Razonar con frialdad. Hay que renunciar a cualquier pretensión de llegar a una conclusión preestablecida, tomar distancia y valorar lo que realmente ocurre. Si la persona llega a la misma conclusión de siempre deberá plantearse qué está haciendo mal y repetir el proceso. Poco a poco, se debe elevar el nivel de dificultad y usar esta estrategia con aspectos de la vida que toquen muy de cerca.

Fuente: www.clarin.com

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