Qué pasa en el cerebro cuando eliminás el azúcar por 30 días

El cerebro es el centro de recompensa que primero nota la ausencia de alimentos dulces; bastan unos pocos días de abstinencia para que disminuya la liberación de dopamina que genera la “subida” rápida del azúcar.
Ese ajuste inicial puede provocar irritabilidad, antojos y cansancio, signos clásicos de withdrawal parecidos a la retirada de otras sustancias placenteras.
Al cabo de la primera semana las neuronas comienzan a recuperar la sensibilidad a la glucosa y la señal de saciedad vuelve a funcionar con más precisión, fenómeno descrito en estudios de resonancia funcional.
Hacia la cuarta semana, quienes completan el reto de “eliminar el azúcar por 30 días” reportan mejor concentración, sueño más profundo y menos niebla mental, beneficios que confirman revisiones clínicas recientes.
Durante los primeros días de restricción, el sistema mesolímbico reduce la sobre-estimulación y se reequilibra el circuito dopamina-acetilcolina que regula el impulso por comer. Esa normalización baja la hiper-reactividad ante alimentos ultraprocesados, facilitando elecciones más nutritivas sin tanto esfuerzo de voluntad.
En paralelo, los marcadores de neuroinflamación ligados a dietas ricas en azúcar —como la activación microglial y el exceso de citocinas— descienden, protegiendo la memoria y aprendizaje.
También mejora el eje microbiota-intestino-cerebro: al reducir el sustrato azucarado para bacterias oportunistas, se restablece la producción de metabolitos antiinflamatorios que favorecen el estado de ánimo.
Eliminar azúcares añadidos durante un mes no es una moda pasajera sino una estrategia sencilla y respaldada por evidencia que protege cerebro, metabolismo y piel. Los estudios coinciden en que, tras la fase inicial de antojos, se recupera la sensibilidad dopaminérgica y bajan los marcadores inflamatorios.
Sumado a un plan de alimentación tradicional —basado en frutas, verduras, granos y carnes magras—, este hábito ayuda a mantener un peso saludable, mejora el ánimo y prolonga la salud cardiovascular.
Si tenés condiciones médicas, consultá a un profesional antes de iniciar el desafío, pero recordá que reducir el azúcar añadido siempre juega a favor de tu bienestar integral.
Fuente: www.clarin.com