Patricia Bullrich desembarca en el Senado con poder propio y abre una incógnita sobre su futuro rol político


El enorme triunfo de Patricia Bullrich en la Ciudad como candidata a senadora -cosechó 50,32% de los votos, 20 puntos por arriba del camporista Mariano Recalde– le abre las puertas a la actual ministra de Seguridad para tener un destacado protagonismo en la Cámara alta. Eso sí, su rol aún no está definido.

Es más: la propia Bullrich dijo a Clarín que no quiso entrar en esa conversación antes de tiempo, es decir previo a la elección, porque debía ser una decisión a tomar junto a otros protagonistas del oficialismo. También es cierto que existía mucho barullo en la Libertad Avanza y mantener esa conversación de manera anticipada podía tensar más la interna.

Pero algo es seguro. A la actual ministra le espera uno sobre dos roles posibles:

“Son dos cargos diferentes, pero muy relevantes”, señalan en el entorno de la ministra.

La función de jefa de bloque seduce a Bullrich. Le resulta atractivo ser parte activa en el ordenamiento de los temas de las sesiones, ser la cara visible de la defensa de los colores del oficialismo y también quedar a cargo de los cierres de los debates en el recinto.

En la actualidad el jefe de LLA es el jujeño Ezequiel Atauche, un terminal de Karina Milei.

“Más allá del rol que ocupe, mi función será construir una mayoría en el Senado”, señaló a Clarín Bullrich. Algunos especulan que también apuntará a recomponer la relación de La Libertad Avanza con Victoria Villarruel.

Bullrich desembarcará en el Senado con cuatro prioridades que forman parte de la agenda de la Casa Rosada: la ley de Presupuesto 2026, las reformas impositivas y laboral y un nuevo Código Penal.

Con el triunfo, y por eso es central el papel que cumpla a partir de diciembre en el Senado, Bullrich queda posicionada para pelear por la Ciudad en 2027.

Su victoria, y el cambio en el escenario político más la reducción de la bancada de Unión por la Patria, hizo abortar un plan en el que trabajaba un sector del peronismo, que amenazaba con impedir que jurara como senadora.

La posición de esos senadores era que Bullrich no debía asumir por ser “indigna” de ocupar una banca por, entre otros puntos, no haber cumplido -“ni ella ni el Presidente”- con leyes sancionadas por el Congreso. La referencia es a las normas de emergencia en Discapacidad, financiamiento universitario y la del Garrahan.

Casi no existen antecedentes de algo así. El procedimiento para la asunción de un senador es que el propio cuerpo -primero en la comisión de Asuntos Constitucionales y luego en el recinto- deben validar los títulos del legislador electo.

La amenaza sonaba a chicana política porque era sumamente difícil que prosperara. Ahora asoma directamente imposible, por lo que la idea fue descartada por quienes la impulsaban.

“Si empezamos así, estamos jodidos”, había contestado a Clarín Patricia Bullrich al enterarse de que un sector clave del bloque de Unión por la Patria trabaja para impedir que asuma como legisladora.

“No creo que el kirchnerismo lo haga. No me pueden endilgar nada, únicamente les puede no gustar las cosas que hago”, había agregado la actual funcionaria.

Fuente: www.clarin.com

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