Murió tras meterse en la jaula de una leona: la historia del joven que quería ser domador


Este último domingo se registraron impactantes imágenes en el zoológico de la ciudad de João Pessoa, en Brasil. Allí Gerson do Melo Machado fue atacado por una leona. Había eludido deliberadamente las medidas de seguridad del lugar para llegar al animal.
El joven de 19 años escaló un muro de más de seis metros de altura, burló las vallas de seguridad, y finalmente descendió por un árbol hasta ingresar al recinto de la leona. Las heridas provocadas por el ataque del felino fueron letales y el brasileño murió ese 30 de noviembre.
Al momento del hecho ya se había informado que el fallecido tenía problemas de salud mental. Pocas horas después, Verônica Oliveira, una consejera de bienestar infantil que lo conoció de cerca, contó la dolorosa historia de Machado.
Diagnosticado con esquizofrenia y declarado legalmente incapaz -según aseguró O Globo, que accedió a informes médicos-, la mujer dijo que se trató de “una muerte anunciada”.
Machado había estado detenido en la penitenciaría Desembargador Flósculo da Nóbrega, en el estado brasileño de Paraíba. Luego fue trasladado al Centro de Atención Psicosocial (CAPS), del que se había escapado la semana pasada, informó el mismo medio brasilero.
Los padecimientos de Gerson do Melo Machado, el joven que murió en manos de una leona
Oliveira conocía al joven desde que este tenía diez años. “Gerson fue un niño que sufrió todo tipo de violaciones de sus derechos. Hijo de una madre esquizofrénica y de abuelos con problemas de salud mental, vivía en extrema pobreza”, afirmó al medio Correio Braziliense.
A la madre de Gerson le quitaron la custodia sobre él y sus otros cuatro hijos. Gerson -apodado como Vaqueirinho- fue el único de los hermanos que no fue adoptado y pasó a vivir en un albergue. Pero en el lugar en el que se sentía “más seguro” era en un hospital psiquiátrico.
“Pidió vivir allí (en el Complejo Psiquiátrico Juliano Moreira), algo inusual para un adolescente. […] Estuvo diez veces en el sistema de justicia juvenil y al salir, hizo todo lo posible por regresar. Necesitaba sentirse seguro, y por alguna razón solo se sentía seguro cuando estaba enjaulado”, aseveró la consejera.
Es que Gerson tuvo varios encontronazos con la policía, entre ellos, le había lanzado un adoquín a un coche patrulla. Calificado con una “salud mental sumamente frágil”, el muchacho también presentaba un deterioro cognitivo. “Tenía 19 años, pero cuando hablaba, creo que su capacidad cognitiva no superaba la de un niño de 5 años“, dijo Oliveira.
Gerson tenía seguimiento psiquiátrico desde los 7 años. “Presencia de delirios interpretativos, alucinaciones, pensamiento desorganizado, afecto superficial y habla vaga, consistentes con esquizofrenia”, se deslinda en un informe adjunto al expediente radicado en el Tribunal del Estado de Paraíba.
Su muerte fue calificada como una “tragedia anunciada” por parte de Edmilson Alves, el director de la mencionada cárcel en la que el joven había estado detenido.
Por su parte, la consejera denunció que “sus derechos habían sido vulnerados”, al ser calificado como alguien con “problemas de conducta” en los centros donde fue atendido. “Gerson necesitaba un tratamiento que no se le ofreció”, denunció con indignación en un video.
La mujer que lo conoció desde hace nueve años contó otra de las situaciones límite a las que llegó Gerson: con el deseo de domar leones en un safari de África, se coló en un tren de aterrizaje de un avión. Las cámaras del aeropuerto lo captaron luego de que este atravesara unas vallas y “evitaron una tragedia”, cerró con dolor Oliveira.
Fuente: www.clarin.com



