Movidas, rupturas y reapariciones: una cumbre secreta reaviva la pelea por el control de la CGT

Con un inesperado revival del grupo de “Los Gordos” -sector que agrupó a los grandes gremios de servicios y fue muy influyente en la CGT hasta hace un puñado de años-, se recalienta la interna por la sucesión en la conducción de la central obrera peronista, que empezaría a encaminarse. En el medio asoman heridos.

Este jueves hubo en el gremio de Sanidad una cumbre entre un puñado de popes sindicales: el anfitrión Héctor Daer y su antecesor en el sindicato, Carlos West Ocampo, el líder mercantil Armando Cavalieri, el gastronómico Luis Barrionuevo, los colectiveros Roberto Fernández y Mario Calegari, y Rodolfo Daer, del gremio de Alimentación.

Todos integran la mesa chica de la CGT.

Los otros tres miembros habituales de esa mesa, los independientes Gerardo Martínez (UOCRA), Andrés Rodríguez (UPCN) y José Luis Lingeri (Obras Sanitarias), no fueron invitados a la reunión. Eso, en sí mismo, resulta un dato clave.

La cumbre se organizó de manera secreta. Lo que unió a los históricos dirigentes fue evitar que el sindicalista del Vidrio Cristian Gerónimo llegase a la conducción de la CGT. Como contó Clarín, a Gerónimo -impulsado por los Independientes-, había recibido bolilla negra del gremio de los Colectiveros (UTA) por el ataque que sufrió la sede de ese sindicato en diciembre de 2019.

Luis Barrionuevo. Foto: Guillermo Rodriguez Adami.Luis Barrionuevo. Foto: Guillermo Rodriguez Adami.

Aquella vez, una violenta facción disidente tomó por asalto la sede de la UTA y Roberto Fernández debió escapar por los techos para salvar su vida.

A Gerónimo lo cuestionan porque en ese momento actuaba como aliado de Pablo Moyano. Y la facción disidente de la UTA que invadió el gremio contaba con el respaldo del jefe camionero.

“No es así lo de Cristian, no tiene ningún sentido la acusación”, dijo a Clarín Gerardo Martínez, quien mantiene su respaldo para que el dirigente del Vidrio llegue a la conducción cegetista.

Además del ataque, detrás de la resistencia a Gerónimo habría una cuestión de plata. Es que el grupo empresario que administra las líneas de colectivos en donde trabaja el sector disidente de la UTA deriva los aportes a la obra social del Vidrio en vez de a la de Colectiveros.

La reunión en Sanidad fue a las 15 del jueves. Hubo café, sandwiches de miga y masas secas. Hubo consenso en que se debe mantener el esquema de conducción actual de la CGT, es decir un triunvirato. Se descartó la idea de un jefe único.

Tiraron, incluso, tres nombres para co-secretarios generales. Jorge Sola, del gremio del Seguro, Maia Volcovinsky, de Judiciales, y Gustavo Vila, un abogado que es hijo de Daniel Vila, titular del gremio de Carga y Descarga. A Sola, aunque no está en campaña, le han escuchado decir que se ofrece como prenda de unidad.

De acuerdo con dos gremios que estuvieron en ese encuentro, el sector cuenta con la cantidad de congresales como para imponerse en el congreso de elección de autoridades del próximo 5 de noviembre. Una fuente de otro sindicato dijo que eso sería cierto, pero que creía que habrá una negociación antes de ese congreso, con lo que el final aún está abierto.

Del lado de los Independientes ponen en duda que los que estuvieron en Sanidad tengan el número. Además de los delegados propios dijeron que cuentan con los de UATRE -el gremio de los trabajadores rurales tiene arriba de 150 congresales- y con los de infinidad de gremios medianos.

“Cada uno capaz tiene 30 congresales, pero entre todos suman bastantes”, dijeron. José Voytenko, líder de UATRE, se juntó a cenar con Gerardo Martínez, Cristian Gerónimo y otros sindicalistas de ese espacio el miércoles a la noche.

El cegetista Gerardo Martínez, de campera marrón, abraza a Voytenko, el miércoles. A su lado está Cristian Gerónimo.El cegetista Gerardo Martínez, de campera marrón, abraza a Voytenko, el miércoles. A su lado está Cristian Gerónimo.

Según Barrionuevo, el sector que se reunió el jueves sumaría unos 850 congresales. Sus rivales dicen que el cálculo está inflado. Del congreso de elección de autoridades de 2021 participaron 1.300 delegados.

Lo que asoma es una fractura en la sociedad que existía en la interna cegetista entre los Independientes y Héctor Daer. “Llama la atención la actitud disruptiva de Héctor y su necesidad de diferenciarse de sus compañeros”, apuntaron en un sindicato que rivaliza en la interna de la CGT.

En ese gremio también se preguntaron, con malicia, acerca de lo que se habría acordado en Sanidad: “¿Camioneros aceptó?”.

Es que con el esquema que se puso sobre la mesa, el sindicato de Hugo Moyano perdería un asiento que tiene en la actual conducción de la CGT (el triunvirato Octavio Argüello). Aparte, llegaría a la jefatura un hombre de Carga y Descarga, gremio que rivaliza con Camioneros.

Los cortocircuitos de los Independientes con Daer vienen desde hace tiempo. Se incrementaron con el llamado al paro general del pasado 10 de abril, que no tenía consenso interno. También hubo malestar -dicen- porque se habría adueñado del vínculo de la CGT con el gobernador Axel Kicillof.

“La relación se rompió”, asegura un dirigente de la mesa chica cegetista, quien considera que Daer tiene una “sed de protagonismo exacerbada”. Otro pone en duda que esté roto el vínculo: “Héctor estuvo en UPCN con nosotros hace unos días”.

Hugo Moyano y Héctor Daer, en el acto por el Día de la Lealtad. Foto: Cristina Sille.Hugo Moyano y Héctor Daer, en el acto por el Día de la Lealtad. Foto: Cristina Sille.

En un sindicato clave que no fue invitado a Sanidad dijeron: “Aún falta para el congreso y puede pasar cualquier cosa, hasta que haya dos listas. La idea es privilegiar la unidad”.

Otro dirigente no se aguantó la chicana: “Que los dinosaurios no nos digan cómo ser modernos”, en referencia a que se busca una renovación generacional en la conducción de la CGT.

Fuente: www.clarin.com

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