Misterio en Netflix: qué hay de cierto detrás de la miniserie “El cuco de cristal”

La miniserie “El cuco de cristal”, el nuevo thriller español estrenado por Netflix, cuenta la historia de Clara Merlo, una médica residente que sobrevive a un ataque cardíaco fulminante y recibe un trasplante de corazón cuyos orígenes la llevan hasta un pequeño pueblo del norte de España repleto de misterios. Filmada en locaciones como Béjar, el Valle del Ambroz y los Estudios Auriga de Hervás, la ficción se convirtió rápidamente en una de las producciones más vistas de la plataforma.
Dirigida por Laura Alvea y Juan Miguel del Castillo, y con un elenco encabezado por Catalina Sopelana, Álex García, Itziar Ituño e Iván Massagué, la serie de seis episodios despliega un relato que mezcla suspenso psicológico, drama y una investigación cargada de secretos familiares, desapariciones y un pasado que la comunidad intentó ocultar por décadas.
La historia arranca con el colapso repentino de Clara, interpretada por Sopelana, y su recuperación tras recibir un nuevo corazón. Decidida a descubrir quién fue su donante, emprende un viaje que la conduce hasta la familia del joven fallecido y a un pueblo sacudido por tragedias sin resolver, entre ellas la desaparición de un bebé que coincide con su llegada.
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¿“El cuco de cristal” está inspirada en una historia real?
Si bien “El cuco de cristal” no está basada en una historia real, se trata de una adaptación de la novela homónima de Javier Castillo, autor también de otros títulos llevados a Netflix como “La chica de nieve” y “El juego del alma”. La propia plataforma y los actores lo confirmaron al explicar que se trata de una obra de ficción que utiliza elementos de suspenso psicológico y drama para construir su universo narrativo.
A diferencia de las historias protagonizadas por Milena Smit, esta producción no transcurre en la Málaga natal de Castillo ni en Estados Unidos -la ubicación original del libro es en Steelville, Misuri-, sino en un ficticio pueblo del norte de España. En la serie, ese lugar se llama Yesques, a cuatro horas de Madrid, según se menciona en un diálogo.
El rodaje, sin embargo, se realizó en escenarios reales de la región de Extremadura. “Hervás es maravilloso y su gente es espectacular. Fue muy triste lo que pasó con los incendios”, contó Catalina Sopelana sobre el impacto emocional de filmar en una zona perjudicada por el fuego. Y destacó que la serie se convirtió en un “bonito homenaje” al lugar.

Sopelana también habló del desafío de encarnar a Clara, un personaje ya imaginado por millones de lectores: “Hacer un personaje que tanta gente se ha imaginado en su cabeza leyendo, algo que impone mucho… Clara es una joven aparentemente frágil, está muy rota. Fue un reto y también una motivación”.
Otra diferencia clave entre el libro y la adaptación es quién inicia la búsqueda. En la novela, es la madre del donante -Margaret, renombrada Marta en la serie- quien busca a la receptora del corazón. En la ficción de Netflix ocurre lo contrario, es Clara quien viaja a conocer a la familia de Carlos, el joven muerto en un accidente.
Además, la serie elimina elementos esotéricos presentes en el libro, modifica el pasado de varios personajes, cambia nombres y altera el final. “Aun así, conserva el espíritu original”, destacó Castillo, quien afirmó que la adaptación le parece “una historia de amor puro y duro”.
Las claves de la historia y los cambios entre la novela y la serie
La trama toma impulso cuando Clara descubre que su donante se llamaba Carlos, un joven rodeado de tragedias y misterios sin resolver. Al llegar al pueblo conoce a su madre, Marta, interpretada por Itziar Ituño, y se ve envuelta en la investigación por la desaparición de un bebé. No es el primer caso, ya que las desapariciones, especialmente de mujeres, se repiten desde hace décadas y la comunidad guarda silencios profundos.
El título de la serie se debe a que el “cuco” es un ave parásita que deposita sus huevos en nidos ajenos para que otras aves críen a sus crías. La propia producción lo menciona en un diálogo inicial y lo retoma como metáfora de su trama con identidades intercambiadas, invasión del espacio íntimo, manipulación emocional y secretos que se guardan donde no deberían.
Uno de los aspectos más celebrados es su construcción del suspenso, lejos del golpe de efecto inmediato y más cercana a un misterio que se cocina “a fuego lento”, según los críticos. Cada episodio revela una capa nueva del pasado del pueblo y profundiza en personajes marcados por la culpa, la violencia y la pérdida.

La serie también aborda temas sociales sensibles, especialmente la violencia contra las mujeres. Sobre este punto, la actriz Irene Rojo explicó: “Hay veces que se romantizan los crímenes y la violencia. Aquí no se sexualiza nada. Lo que le ocurre a mi personaje no es por lo que lleva puesto ni por su comportamiento, sino por ser ella”.
Entre las diferencias notorias con el libro, la adaptación elimina la línea argumental sobre la bebé perdida de Marta, incorpora eventos que no estaban en la novela -como una fiesta del pueblo con máscaras- y desplaza la historia de Estados Unidos a España. También modifica el desenlace, en el que aparece “un depredador inesperado” responsable de desapariciones durante décadas.
Fuente: www.perfil.com



