Miles de flores nacieron en el desierto más seco del mundo

Una inusual floración en el desierto de Atacama, en Chile, ha transformado brevemente uno de los lugares más secos del mundo en una deslumbrante alfombra de flores silvestres de color fucsia.
La árida región, considerada el desierto no polar más seco de la Tierra, con un promedio de alrededor de 2 milímetros de lluvia al año, se convirtió en un estallido de color esta semana tras las inusuales lluvias ocurridas durante los meses de invierno del hemisferio sur que empaparon las estribaciones y las tierras altas del desierto.
Los expertos describen 2025 como uno de los años más húmedos del Atacama en los últimos tiempos, ya que en algunas zonas fronterizas de gran altitud cayeron hasta 60 milímetros de lluvia en julio y agosto.
Semillas de más de 200 especies de flores permanecen durante todo el año en el suelo rojo y rocoso del desierto de Atacama, en espera de las lluvias invernales, dijo Víctor Ardiles, curador del área botánica del Museo Nacional de Historia Natural de Chile.
La humedad de la cuenca del Amazonas llega a los bordes orientales del desierto en forma de una modesta lluvia, y desde el océano Pacífico a su costa como una densa niebla. Las semillas latentes deben acumular al menos 15 milímetros de agua para germinar.
“Bajo ciertos umbrales de humedad se van a activar y la planta va a incrementar su crecimiento y luego viene la floración”, dijo Ardiles.
Sin embargo, incluso entonces no hay garantía de que los bulbos de colores brillantes logren germinar a través del suelo.
“Son aproximadamente cuatro factores que son determinantes para que este proceso continúe su trayectoria y llegue hasta la semilla de la planta: agua, temperatura, horas de luz y humedad”, añadió el experto.
“No todas las semillas van a germinar, algunas van a quedar esperando… hay un porcentaje que sí va a llegar a la siguiente generación y otras que van a quedar en el camino de la vida”.
Los hilos principales en la alfombra floral son el rosa y el púrpura. Pero también surgen hilos amarillos, rojos, azules y blancos.
Una multitud de turistas acudió al desierto del norte en los últimos días para maravillarse con el breve espectáculo floral. Algunos incluso viajan desde Santiago, la capital de Chile, a 800 kilómetros al sur de la región de Copiapó.
La mayoría de las flores habrán desaparecido para noviembre, cuando llegue el verano. Pero las especies más resistentes a la sequía pueden permanecer hasta enero.
“Es de esas cosas raras que hay que aprovechar”, dijo Maritza Barrera, de 44 años, quien se lanzó a la carretera con sus dos hijos durante casi seis horas para ver la floración del desierto en el Parque Nacional Llanos de Challe la semana pasada. “Es más impresionante de lo que me imaginaba”.
Al reconocer las efímeras flores del desierto como una prioridad de conservación, el presidente chileno Gabriel Boric creó un nuevo parque nacional más hacia el interior en 2023, convirtiendo alrededor de 570 kilómetros cuadrados de campos de flores a lo largo de la Carretera Panamericana en el Parque Nacional Desierto Florido.
“No hay ninguna otra parte del mundo donde este fenómeno se dé como aquí en Chile”, señaló Ardiles.
Fuente: www.clarin.com