“Me gusta hacer estos textos que son una provocación”

Mañana a las 21, y el sábado 4 de octubre, en Teatro El Pasillo (José de la Iglesia 1190) se repone “Swift”, la obra que protagoniza Rodolfo Pacheco, quien acaba de regresar de una gira por España con esta producción.

“Swift” es una versión de Elena Bossi de “Una modesta proposición” de Jonathan Swift, y la puesta se estrenó en 2021, dirigida por Cecilia Hopkins y música original de Carmen Baliero.

Conversamos con el actor sobre la actualidad de esta obra que hace desde su juventud, y que toma diferentes versiones en cada momento. La primera vez que la hizo fue en su Rosario natal. “El tema que aborda esta obra es qué se hace con los pobres”, comienza explicando, “que es un tema actual, acá y en todos lados”.

Presentó tres funciones en España, dos en Altea, en una playa del Mediterráneo; y una en Madrid.

“Las funciones fueron muy interesantes porque me encontré con actores argentinos que están viviendo allá y por supuesto locales”, cuenta. Después de las funciones hubo devoluciones y desmontajes que fueron muy movilizadores. “La obra les pega porque es una historia universal, porque si bien es una construcción del teatro argentino independiente, el autor es un inglés, Jonathan Swift, que se pregunta qué se hace con la gente que sobra”, analiza. “En este momento, lo que está ‘sobrando’ en España, son todos los inmigrantes que van de África, y es desesperante la cantidad de gente que se ve durmiendo en las calles”, cuenta.

Cabe recordar que, en la obra original de Jonathan Swift, titulada “Una modesta proposición”, siguiendo los modelos de la sátira clásica como Juvenal o Tertuliano, el autor presenta la difícil situación de las familias irlandesas, y la triste visión de las madres con ‘tres, cuatro o seis niños, todos en harapos e importunando a cada viajero por una limosna’, según reza el guión. Ante esta lamentable situación, Swift propone una original y productiva situación: seleccionar cada año a 100.000 de esos niños mendigos de un año de edad, y utilizarlos como carne para la alimentación de los ricos y los terratenientes. La propuesta es obviamente satírica, pero está presentada con total seriedad, y a través de la ironía se plantea la crítica.

Pacheco estrenó por primera vez esta obra, en la época de la presidencia de Carlos Menem en nuestro país: la segunda vez que tomó este texto para hacerlo suyo considerándolo una obra de repertorio en su carrera, fue en 2020. Eligió a Elena Bossi para que hiciera una adaptación y la estrenó en diciembre de ese año.

RODOLFO PACHECO| “ES UN TEXTO QUE ME PERSIGUE”

Hoy retoma esta puesta, que ya hizo dos giras por el país, la llevó a España, y ahora la vuelve a poner a consideración del público jujeño.

“Allá – en España- hice una puesta especial, he variado el orden de los módulos de la obra, haciendo una presentación de ‘Swift’ y lo que implica en la sociedad. No sé qué impacto habrá tenido el texto, cuando se escribió en 1729. Ya estaba complicado el mundo, después de ese desorden vino la Revolución Francesa. ¿Puede ser que desde el 700 hasta ahora, no hayamos podido considerar eso?”, se pregunta el actor.

“El texto aborda la realidad desde una mirada totalmente materialista, que a diferencia de una humanista que toma como centro al hombre, reduce todo a un cálculo, a un número”, cuenta Pacheco, quien, en octubre, llevará esta puesta a Santiago del Estero.

“Esta obra la dice un tipo muy convencido (el personaje, que es un sastre de esa época), que no es el personaje que yo he creado, sino uno que tiene la voz de los poderosos”, explica. “La relación que yo hago con nuestra actualidad es que en estos momentos, lo discursos se repiten de tal manera, que uno termina creyéndoselos, y entonces, lo que yo propongo en este momento con esta puesta, es ver si se puede abrir una punta para pensar las cosas”, expresa el artista.

“Es un texto que a mí me persigue”, dice. Cuando hizo la obra en tiempos de Menem, “estaba muy claro, que había una clase dominante que decía estas cosas, todas estas barbaridades que yo digo en el texto. En cambio, en la versión más nueva, del 2020, lo que digo es otra cosa, el tema ya no es la clase dominante, sino que es cualquier empleado o persona de clase media, que repite esos textos. Ya no está la voz, en la gente que se ampara en otros portavoces”, detalla el actor.

Y vuelve a hacer foco en el cuidado que hay que tener en relación a “la reiteración del discurso y en distintos ámbitos”.

En las escuelas

Cuenta que las experiencias en distintos ámbitos de esta puesta tiene que ver con que “desata un montón de cuestionamientos. En las escuelas se generan puntas interesantes para trabajar en el aula”, dice.

Y sobre la experiencia de ver la obra, cuenta que “es fuerte. Quedan dos puntas. El goce de ver una obra, y el horror de lo que se dice. También hay conciencia de que después del dolor, no queda otra que la risa”.

“Yo elaboro el personaje con una especia de locura, porque aunque la gente lo reconozca como el loco, dice cosas totalmente coherentes. Los razonamientos son coherentes, se anima a deschavar a cualquiera, a decir lo primero que se le pasa por la cabeza, que son verdades y cosas sentidas. Y a mí, eso me interesa. Uno insiste cuando hay un razonamiento detrás. Me interesa revelar ese tipo de cosas”, asegura el artista.

El personaje es un sastre que se ve obligado a revelar esa verdad que tiene. Porque él encontró la solución para todos. Todos juntos no solucionan nada. La historia es que alguien se decida hacer lo que propone esta obra, que es un tema tabú, el del canibalismo. Es totalmente distinto al canibalismo de Los Andes, que fue por necesidad. En cambio, en este caso, está totalmente dirigido y pensado de esa forma.

“Los estudiantes se hicieron preguntas como ¿Quién define el valor de la vida, la ley o las deudas? ¿Quién define? ¿Lo define Dios?, ¿Y si Dios no participa?”, detalla, y asegura “me gusta hacer estos textos que son una provocación”.

 

Fuente: eltribunodejujuy.com

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