Mató a su pareja y obligó a la hija de 9 años a armarle el bolso antes de escapar


Una mujer fue asesinada por su pareja de un balazo en la cabeza en la localidad de Bernardo de Irigoyen, en Misiones. Tras cometer el hecho, el femicida obligó a la hija de la víctima, de 9 años, a prepararle un bolso con ropa y elementos personales antes de escapar.

Noelia Luciana Fonseca de Almeida tenía 29 años, trabajaba como niñera y desde mediados de año estaba en pareja con Tomás Emerson Gómez, un joven de 24 años que no demoró en mostrar su costado más violento.

Los familiares de la víctima relataron al menos tres hechos de violencia, dos de los cuales derivaron en golpes y un aislamiento cada vez mayor.

El domingo a la madrugada, la hija de Luciana se despertó sobresaltada por un estampido. La nena vio que su mamá estaba tirada en la cama y un hilo de sangre corría por su rostro.

El femicida buscó tranquilizarla diciéndole que iba a estar bien. Sin dar mayores explicaciones, Gómez le pidió que armara un bolso con algunas prendas y otros elementos porque se iba de la casa.

En la madrugada del domingo, el joven llevó a la nena hasta la casa de la empleadora de Luciana para que la cuidara un rato y desapareció. La pequeña, apenas superó el estado de shock y recuperó seguridad, reveló lo que había sucedido en su casa del barrio Obrero.

La mujer no dudó, tomó de la mano a la nena y salió rumbo a la seccional. En el camino, cerca de la zona aduanera, se cruzó con una patrulla de la Comisaría de la Mujer y les avisó a los policías que la niñera de sus hijos podría haber sido víctima de un femicidio.

Los agentes, junto a la mujer, se dirigieron a la casa, donde hallaron a Luciana tendida en la cama, con un impacto de bala que ingresó por el ojo izquierdo y salió por la nuca. El médico policial estimó que el crimen ocurrió entre la medianoche y las 2 del domingo.

En forma inmediata, la Policía comenzó con la búsqueda del femicida y alertó a sus pares de Brasil, ya que Bernardo de Irigoyen está en una zona de frontera seca y existen numerosos pasos clandestinos. Posteriormente se estableció que el criminal escapó hacia una localidad vecina.

Susana Padilla, prima de la víctima, reveló que Gómez tenía al menos dos denuncias por violencia de género y que la víctima les contó que había tenido sufrido varias agresiones por parte del joven, que era muy celoso y posesivo. Y que el nivel de violencia se incrementaba cuando consumía bebidas alcohólicas.

Padilla contó que, una vez consumado el crimen, “Tomás le pidió a la nena que le arregle el bolso porque él se iba. Le dijo que la mamá iba a quedar bien”.

“Cuando él tomaba se ponía agresivo. Hubo unas tres peleas fuertes y en dos ocasiones él le pegó”, reveló Padilla. Para ese entonces, Gómez ya había comenzado a aislar a la víctima de su familia y amigos y, a fuerza de amenazas, logró que Luciana no revelara el calvario que estaba viviendo.

El femicida fue detenido este lunes en el municipio de Dos Hermanas, cerca de Bernardo de Irigoyen. El joven, que se desempeñaba como obrero rural, estaba en compañía de su patrón. En su poder todavía tenía el revólver calibre 32 con el que le disparó a Luciana.

El chacarero les dijo a los policías que estaba llevando a Gómez a la comisaría para entregarse, pero los investigadores sospechan que le brindó alojamiento mientras estuvo prófugo.

El domingo a la mañana, los agentes se habían entrevistado con el hombre y éste les aseguró que la última vez que había visto al femicida fue el viernes, cuando finalizó su jornada laboral.

Fuente: www.clarin.com

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