Mató a su amante y no le dieron perpetua porque no eran pareja: decide la Corte


Julieta González tenía 21 años y fue el Día de la Primavera de 2016 el último en el que la vieron viva. El principal sospechoso era Andrés Di Césare (26), hijo de un reconocido empresario del transporte de Mendoza. Se cree que mató a la joven cuando se enteró de que estaba embarazada. Ahora, el caso llegó a la Corte Suprema de Justicia de la Nación que debe definir si fue o no un femicidio. El fallo puede sentar jurisprudencia a nivel nacional y se anticipa un debate dividido. Por eso convocaron a dos conjueces para tomar la decisión.

Di Césare declaró enero de 2018 y dijo que era inocente. Reconoció haberse peleado con Julieta, dijo que ella lo arañó para justificar los restos de ADN debajo de sus uñas y confesó que él respondió pegándole en la cara. Pero lejos de reconocer el crimen, dijo que la llevó en su auto, que la joven se bajó a pocas cuadras y que no la vio más.

El cuerpo de Julieta, atado de pies y manos, fue encontrado al día siguiente de su desaparición en en medio de la montaña mendocina, en Cacheuta, una localidad del departamento de Luján de Cuyo, a pocos metros del penal de máxima seguridad de Almafuerte.

El caso tomó relevancia nacional luego del juicio: las muestras de ADN debajo de las uñas de Julieta probaban la defensa, había sangre de la joven en el auto del acusado y el día de la desaparición las antenas de los celulares coincidieron a la misma hora y en el mismo lugar. Además, Di Césare había buscado en Internet información sobre pruebas de ADN “sobre el feto de un cadáver” y “¿cómo deshacerse de un cuerpo?”.

En septiembre de 2019 fue condenado a 18 años de cárcel por homicidio simple. Para los jueces Mauricio Juan, María Alejandra Ratto y Jorge Coussirat no había pruebas suficientes para considerar un vínculo de pareja porque mantenían oculta la relación. Eran amantes. Con esa justificación dijeron que no fue un femicidio porque no había una relación violenta.

“Yo lo veía a Andresito, mi hermana lo saludaba con respeto porque es hijo de mi padrino”, había dicho Marcos González, el hermano de Julieta a Noticiero 7 de Mendoza al momento de la detención.

“Mi mamá sabía algo pero no me contaba a mí. Sabía que se conocían, que fueron a comer un día. Pido justicia por mi hermana para que descanse en paz, y por mi mamá que hace seis días que no puede dormir por este tema”, pedía.

Los jueces de primera instancia no tuvieron en cuenta el posible embarazo ni el relato de la familia de Julieta a quien ella le había confiado que estaban saliendo. Tampoco los mensajes en los celulares ni la conveniente confesión de Di Césare.

Susana González, la mamá de Julieta, fue la principal impulsora del reclamo que tuvo el acompañamiento de organizaciones feministas de todo el país.

Finalmente, en 2021, la Sala Segunda de la Suprema Corte de Mendoza modificó la calificación y consideró que el homicidio se había cometido en un contexto de violencia de género. Así, la pena de prisión de Di Césare cambió a prisión perpetua.

La defensa de Di Césare, en manos de Fernando Lúquez y Pablo Cazabán, apeló a la decisión y la respuesta fue igual. La misma sala pero con otra confirmación, en lo que se conoce como “Casación horizontal”, volvió a confirmar el agravante de violencia de género.

En el fallo establecieron que “no debe tenerse por acreditada, necesariamente, la existencia de una relación de violencia de género anterior a los hechos”.

Y agrega: “Este es el caso del femicidio de Julieta González. Su muerte encuentra razón en el vínculo de poder asimétrico existente entre ella y Andrés Di Césare, más allá de la ausencia del historial de violencias, tanto a la brutalidad de la específica forma de ejecución del homicidio, así como en la discusión que los enfrentara dentro del automóvil momentos previos al hecho, la cual, como permiten deducir las búsquedas del autor posteriores al hecho en diversos portales de internet, posiblemente se debería a un supuesto embarazo”.

Susana González, la mamá de Julieta, murió sin saber si la condena quedaría firme. Es que otra vez volvieron a apelar y el caso está ahora en manos del máximo tribunal de la Nación.

La mamá de Julieta murió el 8 de marzo de 2024, el mismo día que se conmemora el Día Internacional de la Mujer. La homenajearon en el Memorial en homenaje a las víctimas de femicidios de la provincia de Mendoza en el Parque Carnota, que había sido inaugurado en 2021 por iniciativa de Susana.

¿Por qué el femicidio de Julieta González divide a la Corte Suprema de la Nación y por qué podría sentar jurisprudencia?

Los ministros Horacio Rosatti, Carlos Rosenkrantz y Ricardo Lorenzetti convocaron a dos conjueces para resolver el debate sobre la aplicación del agravante en el femicidio de Julieta.

Su decisión, que ya se anticipó está dividida, podría sentar las bases para otros casos como este.

La definición parece estar peleada: por eso la Corte decidió por sorteo incorporar a los jueces federales Rocío Alcalá, de Resistencia, y Gustavo Castiñeira, de Mendoza, el lugar donde se produjo el crimen para dirimir la cuestión.

Fuente: www.clarin.com

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