Más allá de las lágrimas, el Sub 17 es tiempo de aprender :: Olé

Muchos deciden quedarse con el resultado final y si solo se mira eso, el Mundial Sub 17 de la Selección Argentina no fue bueno, más allá de haberse despedido de la competencia sin perder un partido. Pero no estamos hablando de jugadores mayores, sino de etapas formativas, donde lo más importante es aprender, para que los que hoy son pibes lleguen fogueados a la Mayor. Y la desilusión que hoy sienten los jóvenes de este plantel será seguramente el mayor aprendizaje que tendrán en esta etapa.

Siempre es más lindo y más marketinero el triunfo. Pero en general, un deportista pierde más de lo que gana en su carrera. Lo importante en estos procesos es analizar cómo están las Selecciones Juveniles de la AFA. Y la respuesta es que muy bien. Se está trabajando como en las épocas de Pekerman y Tocalli, se está respetando una idea de juego y de comportamiento. Todos lineamientos que siguen un formato: el de la Mayor.

Seguramente a Diego Placente, la nueva cabeza de los Sub, y al coordinador Bernardo Romeo, les costará conciliar el sueño en el avión de vuelta desde Qatar. Pero más allá de la bronca, entienden que el camino es el correcto. Aunque esta vez tocó irse antes de lo previsto (la idea era estar entre los cuatro mejores), como hace menos de un mes se llegó a la final del Mundial Sub 20, con un equipo que volvió a poner a las Juveniles en el centro de la escena.

Con la Sub 17 habrá que seguir insistiendo. Es una categoría en la que Argentina nunca fue campeón ni llegó a la final. Y eso que han pasado enormes jugadores, como seguramente serán denominados en el futuro muchos de los chicos que hoy terminaron llorando una derrota injusta (la diferencia en el juego en el primer tiempo fue tremenda).

Pero el fútbol, muchas veces, tiene razones que la razón no entiende…