“Marcha de honor”: La emotiva despedida a una estudiante que fue baleada en una fiesta y donó sus órganos


Kimber Mills, animadora y atleta de Cleveland High School, fue víctima de un tiroteo que conmocionó a todo el estado de Alabama. Tenía 18 años y un futuro lleno de energía, pero una pelea en la noche del 18 de octubre en una fogata en Pinson terminó con su vida.

El ataque, ocurrido en un evento escolar conocido como “The Pit”, la dejó con heridas irreversibles: una bala en la cabeza y otra en la pierna. A los pocos días, los médicos le comunicaron a su familia que la lesión cerebral era irreversible. “Ninguna cirugía le daría una vida digna”, explicó su hermana, Ashley para AL.

Kimber había manifestado su deseo de ser donante de órganos, y su familia decidió cumplirlo. Su partida se transformó en un acto de esperanza, “Ella también estaba ayudando a alguien”, sumó a sus declaraciones.

El tiroteo ocurrió en una reunión estudiantil en “The Pit”, un área en medio del bosque cercana a Pinson en donde estudiantes suelen organizar fogones los fines de semana. Según los presentes, la fiesta transcurría con regularidad hasta que tomó lugar una discusión que cambió la vibra de la reunión.

En medio del disturbio apareció Steven Tyler Whitehead, un hombre de 27 años que no pertenecía al grupo. De acuerdo con los reportes policiales, el sospechoso sacó un arma y disparó varias veces. Tres adolescentes fueron heridos, y Kimber recibió los impactos más graves.

Los amigos de la joven llamaron a emergencias mientras intentaban asistirla. Fue trasladada en helicóptero al Hospital Universitario de Birmingham, donde los médicos confirmaron que tenía una lesión cerebral irreversible.

Días después, su familia fue informada de que no había posibilidades de recuperación.

Cuando los médicos confirmaron la muerte cerebral, el pasillo del hospital se llenó de silencio. Decenas de amigos, familiares y desconocidos participaron de la “Honor Walk” (“Caminata de Honor”), un recorrido simbólico para acompañar a Kimber al quirófano donde cumpliría su último deseo: donar sus órganos.

Entre carteles, flores y aplausos, los presentes repitieron su nombre. Muchos vestían los colores de su escuela y llevaron moños rojos, su color favorito. “Ella amaba la vida, amaba a todos. No merecía este final, pero quiso que otros tuvieran la oportunidad”, dijo su hermana Ashley.

Los médicos confirmaron que su corazón, pulmones y otros órganos fueron trasplantados a pacientes que esperaban donaciones en distintos estados. “Es el regalo más grande que alguien puede dar”, expresó un médico del hospital.

En Cleveland High School, la noticia dejó en shock a los docentes y estudiantes. Las clases se suspendieron y el gimnasio fue transformado en un altar improvisado lleno de velas y mensajes. “Su energía era contagiosa. Siempre llegaba con una sonrisa, sin importar el día”, contaron sus compañeros de equipo.

Vecinos de distintas zonas se acercaron para acompañar a la familia Mills. Las redes sociales se llenaron de mensajes con el hashtag #ForKimber, con fotos de la joven en distintos eventos.

“Kimber dejó una huella en todos nosotros. Convirtió su tragedia en una oportunidad para otros”, dijo el Pastor durante la ceremonia.

El sospechoso del tiroteo fue identificado como Steven Tyler Whitehead, de 27 años, y fue detenido horas después del ataque. Las autoridades informaron que el hombre abrió fuego a raíz de una discusión en el fogón, sin conocer a las víctimas. Hirió a 4 personas en total.

Whitehead enfrenta cargos por homicidio y múltiples intentos de asesinato. Un juez fijó su fianza mientras continúa el proceso judicial. La fiscalía evalúa presentar cargos agravantes por uso de arma en un evento público y por haber causado lesiones adicionales.

Fuente: www.clarin.com

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