Los tres objetivos que puertas adentro se fijó Boca tras vencer a River y clasificar a la Copa :: Olé

“No nos olvidemos de que ya cumplimos el primer objetivo importante, que era entrar a la Copa…”, llega a decir Claudio Úbeda, parado en el medio del vestuario local de la Bombonera, con los futbolistas de Boca sentados cada uno en su lugar. Unos todavía con las camisetas, otros en cueros. “Vaaamos, vaaamos”, grita uno desde el fondo. Todos aplauden. El Sifón levanta la mano para intentar decir algo más, su arenga todavía no termina. Pero el estallido es inevitable. “Quiero la Libertadores…”, arrancan un par de jugadores y todos se prenden inmediatamente. En una fiesta que termina con el DT en el medio del pogo. Sin poder completar su mensaje. ¿Qué mensaje más les quería decir? ¿Qué le faltó decir?

“Sifón masterclass”, destacó Boca en sus redes sociales, después de que el ayudante de campo de Miguel Ángel Russo que quedó confirmado como DT principal hasta fin de año se devorara a Marcelo Gallardo, el de las masterclass de otrora, y dejara a River fuera de la fase de grupos de la Copa Libertadores, aspirando únicamente al repechaje de la fase preliminar. “No hablamos del presente de River, estábamos enfocados en nosotros”, contó, sin misterio, uno de los integrantes del cuerpo técnico.

El Boca de Úbeda acababa de sacar un triunfazo 2-0 que quedará en la historia por el partido de la resurrección del Chango Zeballos y su festejo en el alambrado, la metralleta de Merentiel y el desfile de fantasmas de la B en la tribuna. Para clasificar a la Copa Libertadores y hundir a su rival de toda la vida en su peor crisis de las últimas décadas, aspirando como mucho a alcanzar el repechaje por la tabla anual.

En ese momento, en medio de la locura, el DT quiso poner los objetivos sobre la mesa. Primero, tachó el cumplido el domingo, el doble objetivo conseguido: ganar el superclásico (con autoridad) y clasificar a la Libertadores. Y después, los que en ese momento no pudo decir y le quedaron atragantados en medio de la celebración de sus jugadores. Aunque los diría más tarde sin la luz roja de las cámaras del club encendida. Para que la euforia no los sobrepase y poder seguir enfocados en lo que viene.

Este martes cuando retomen los entrenamientos en Boca Predio, el cuerpo técnico repetirá el mensaje. Para ir de “menor a mayor”, al estilo Russo, y manteniendo los pies sobre la tierra. “Él siempre iba de a poquito a conseguirlo todo y creo que sembró y brotó para que saliera”, explicó el colombiano Juvenal Rodríguez, ayudante de Miguel que sigue al lado de Úbeda.

Los objetivos, entonces, están claros. “Clasificar a la Copa era el principal de la institución, de nosotros, del grupo de jugadores y de todos, pero no el único. Nos quedan dos objetivos importantes en mes de un mes y medio y hay que mentalizarse en buscarlos como corresponde, como buscamos esta clasificación”, bajó línea Úbeda en la conferencia de prensa, muy consciente de lo que es el Mundo Boca pese a no haberlo vivido nunca como jugador.

“Boca nunca está más suelto, ja. Los clubes grandes nunca pueden relajarse un segundo. Vamos a estar pensando en Tigre porque tenemos que jugar y pensar en quedar primeros para poder definir de local cuando empiecen los octavos de final. Y cada partido vamos a tener un objetivo por cumplir, los clubes grandes no te permiten decir me quedo tranquilo el proximo partido. Hay que meterle cabeza al próximo partido y pensar cómo ganarlo”, agregó.

Después de Tigre, siguen las dos metas principales a las que se refirió el Sifón sin detallarlas en público. Ni frente a las cámaras del club ni en la conferencia. Avanzar en los playoffs para salir campeón después de tres años, desde aquella Liga Profesional 2022 con Hugo Ibarra como entrenador. Y, de conseguirlo, ganarle a Platense en el Trofeo de Campeones. Esos dos objetivos está marcados, en la mira. Una vez conseguida la tranquilidad de estar en la Libertadores.

Siempre bajo las reglas de Russo, según cuenta su cuerpo técnico: “Como diría Miguel, tranquilitos, paso a paso”.