Leonel Chiarella, nuevo jefe de la UCR: “No es lo mismo un gobierno radical que uno peronista porque cuando no se roba, la plata alcanza”


-¿Con qué expectativa llega a la presidencia de la UCR?
-En primer lugar estoy muy agradecido con todos los delegados que nos han confiado esta posibilidad, con los gobernadores por este fuerte respaldo a esta conducción nacional de la Unión Cívica Radical. A la mesa saliente y al presidente, Martín Lousteau, y particularmente al gobernador Maximiliano Pullaro. Tenemos la posibilidad de poder contar y de poder mostrar el gobierno de 5 gobernadores y de más de 500 intendentes, lo que implica poder hablarle a la sociedad de los temas que realmente le importan y ese es el principal desafío que asumimos. Demostramos que se puede gobernar con honestidad, con superávit y también haciendo obra pública, porque el superávit por sí solo no sirve. El principal desafío de poder que tiene el radicalismo es retomar esa agenda de diálogo con la ciudadanía.
– ¿Cómo será la relación entre el radicalismo y el Gobierno?
-Este proceso será de mucha madurez y mucho diálogo con los bloques legislativos, con los gobernadores, con mucha militancia recorriendo las diferentes provincias. Tiene que primar el sentido común. Hay que entender que no queremos volver atrás porque el kirchnerismo es un ciclo que está agotado y que le hizo mucho daño al país. Y que tiene como principal símbolo a la expresidenta Cristina Kirchner que está presa. Planteamos poder acompañar aquello que está bien y marcar las diferencias y aportar desde los bloques legislativos una a mirada federal, las necesidades de las provincias, aquellas cosas que entendemos que tienen que cambiar o que tienen que mejorar.
-¿Será un radicalismo en un rol opositor o más de diálogo y cercano al Gobierno?
-No. Lo que veo es un radicalismo aportando a la construcción de la Argentina que queremos. Ese radicalismo es lo que se representa en el gobierno de las 5 provincias y de los más de 500 intendentes. Hay que terminar con esta cuestión de que es blanco o negro, o que es amigo o enemigo. Las cosas que están bien se acompañan y las cosas que no estamos de acuerdo, se marcan las diferencias y se aporta. Eso es lo que vino haciendo el radicalismo en estos dos primeros años del gobierno de Milei.
– ¿Qué le cuestiona hoy al Gobierno?
– Una de las principales cuestiones, lo vivimos en carne propia, es la falta de inversión en infraestructura. No hay país, no hay provincia, no hay ciudad que no se desarrolle sin infraestructura, sin obra. Vengo de una ciudad que está enclavada en el sector productivo de la Argentina, que está atravesada por las rutas 8 y la 33, por donde se transporta el 70% de los gramos. Estas ruta hoy están en pésimas condiciones, es un peligro para la vida poder transitarla. La Argentina tiene que ir hacia un esquema de superar más obra pública, más desarrollo.
-¿Qué análisis hace de las derrotas electorales y la baja presencia del radicalismo en el Congreso?
– Revertir esa situación implica mucho diálogo, madurez política y trabajo entre todos los actores internos del radicalismo. Ese es el camino para revertir esta situación, para tener una estrategia y respetar, sin duda, las estrategias provinciales y locales que cada provincia y que cada municipio genere porque entiende que es lo mejor en su territorio.
-¿Pero cuál fue el factor que hizo que el radicalismo llegue a esta situación?
-Identificar en un solo factor es imposible. Hubo muchos factores desde diferentes contextos. Lo que hacemos es mirar hacia adelante. Esa es la responsabilidad que nos delega hoy el Comité Nacional.
-Pero en estos dos años hubo diferencias entre lo que pensaba Martín Lousteau, como jefe del partido, y los gobernadores. ¿Cómo imagina que será la relación con usted?
-No creo que sea una cuestión personal. Sí una cuestión de lo que hay hacia adelante, de diálogo y de poder respetar obviamente las posiciones, porque son los que gobiernan. De poder trabajar en ese entendimiento para que todos los gobernadores, los bloques legislativos y los intendentes puedan tener una mirada, en la que puede haber diferencias, distintas realidades. El principal desafío es respetar las realidades, pero es un cambio que no se genera de un día para otro, sino que es día a día.
– Insisto, ¿cómo imagina que será la relación con los gobernadores? Porque usted puede tener un vínculo con Pullaro, pero Cornejo o Valdés pueden tener una visión diferente.
-Va a ser una relación muy buena. Porque lo que tenemos en común todos es que somos todos radicales y queremos lo mejor para la Argentina. Todos gestionamos, gobernamos y sabemos lo que es la gestión cotidiana.
– ¿Qué Cornejo y Zdero tengan una relación más cercana al Gobierno lo puede condicionar?
– Respetamos la posición de cada una de las provincias y valoramos las gestiones que llevan adelante cada uno de los gobernadores y cada uno de los intendentes.
– ¿Cómo se va a resolver el tema de las divisiones que hay dentro del Congreso? En Diputados, terminaron el año repartidos en 4 espacios.
– No sé cómo terminará. Nosotros recién estamos asumiendo. Eso es un trabajo que también tienen que hacer los bloques legislativos y quienes tienen la responsabilidad de poder llevar adelante esa tarea. Como siempre, desde nuestro lugar, vamos a pregonar por la unidad y por el diálogo y el consenso.
– ¿Piensa que es posible que se dé ese diálogo y ese consenso?
– Nada se logra solo. No hay un liderazgo mesiánico, sino que lo vamos a construir en equipo. Acá nadie viene a mandar a nadie, vamos a trabajar con mucha humildad, con mucha militancia y con mucha madurez política.
– Está claro que el radicalismo tiene que empezar un proceso de reconstrucción, ¿cómo será y quiénes serán los protagonistas?
– Será con mucha militancia, con recorrido, con trabajo y con el respaldo y el acompañamiento de todos, de los gobernadores, de los intendentes, de los legisladores, de las organizaciones juveniles como la Juventud Radical y la Franja Morada, como es la Organización de Trabajadores Radicales, de Mujeres Radicales, de todos los que conformamos el partido.
– ¿El radicalismo tiene que trabajar hacia el futuro en alianzas o en fortalecerse como partido?
– Las dos cosas. Se necesita fortalecer al partido y poder generar alianzas que le hagan bien a la Argentina.
– ¿Y con quién haría hoy una alianza?
– No es una responsabilidad mía poder definir esa cuestión porque es necesario un análisis profundo, sería muy irresponsable de mi parte poder dar una afirmación de esa característica. Eso es parte de un proyecto colectivo donde hay muchos actores importantes involucrados y creo que tenemos que ser respetuosos de cada una de las personas.
– Habló de la juventud, ¿cuál es el mensaje para acercar a los jóvenes al partido?
– Lo que estamos haciendo. Queremos un partido moderno, innovador, protagonista. Hoy lo hacemos, pero tenemos que poner en valor la gestión de los gobernadores, de los intendentes, la postura de nuestros concejales y de nuestros legisladores. Puedo asegurar que no es lo mismo una ciudad, un pueblo o una provincia que gobierna el radicalismo a una que gobierna el peronismo. No es lo mismo.
– Las comunas o provincias gobernadas por el radicalismo tienen las cuentas ordenadas, se hace obra pública, se garantiza la seguridad. Vivimos en una provincia donde el gobernador Pullaro encabeza una lucha contra el narcotráfico, hemos mejorado los índices de delito y de seguridad como nunca antes en la historia de la provincia. Eso es el radicalismo. Es el coraje para que a los narcos los metamos presos, los denunciemos con nombre y apellido. No miramos ni para el costado ni tampoco somos cómplices. Cuando no se roba, la plata alcanza. Cuando no hay corrupción en el Estado, las obras se pueden hacer.
– ¿Su juventud le puede jugar a favor o en contra en la conducción del partido?
– Más que la edad, lo importante es que tengo ganas y un entusiasmo muy importante. Acá lo más importante es la actitud, no la edad que tengo. Somos dirigentes jóvenes, que gobernamos, que gestionamos, que tomamos decisiones y que queremos lo mejor para cada una de nuestras localidades y lo mejor para la Argentina.
– ¿Cuáles son los puntos fundamentales para identificar al radicalismo como opción de gobierno de cara a 2027?
– En primer lugar, la posición de un Estado eficiente, que acompañe al sector productivo, que defienda y potencie la educación y la salud pública, que desarrolle a través de la infraestructura y de la obra pública el crecimiento del país. Esos son los pilares necesarios para poder llevar adelante el crecimiento de Argentina.
– ¿El radicalismo tiene un candidato o alguien que se perfile como candidato presidencial?
– No. Para eso falta mucho y hay que construirlo y creo que es una tarea muy linda que se va a dar de acá al 2027.
– ¿Con qué figura del radicalismo se identifica?
– Nuestro líder más importante fue el presidente más importante que tuvo la República Argentina, Raúl Alfonsín, un presidente con mucho coraje, con mucha vocación para generar consensos. Convocó a todos los partidos políticos y a todos los sectores políticos a construir la Argentina democrática. Eso es lo más valioso que tenemos los seres humanos.
El nuevo jefe del radicalismo reclamó el Presupuesto y mandó una señal por la reforma laboral
La próxima semana arranca en el Congreso el debate por el Presupuesto 2026 y el proyecto de modernización laboral y el joven Leonel Chiarella, quien acaba de asumir como jefe del Comité Nacional de la UCR, se enfrenta a un doble debate que instaló Javier Milei y que puede redefinir el armado del radicalismo como su vínculo con el Gobierno nacional.
En un contexto de fragmentación del radicalismo, Chiarella advirtió que “la reforma laboral se tiene que analizar”, pero admitió que “el sistema actual fracasó”.
“Hay más gente en la informalidad que en la formalidad”, alertó Chiarella, quien es intendente de Venado Tuerto, Santa Fe y asumió como el presidente más joven en la historia del radicalismo como 36 años.
Sin embargo, el dirigente, quien sucedió a Martín Lousteau en la conducción del partido centenario, advirtió que si bien está a favor de una reforma laboral, “esa modernización tiene que estar planteada para poder generar empleo y no para que una pyme o un comercio no tomen trabajadores por temor a que se pueda fundir o por la carga tributaria o porque peligra siempre la industria”.
Chiarella, quien llegó a la conducción de la UCR con el padrinazgo del gobernador Maximiliano Pullaro más el apoyo del correntino Gustavo Valdés, Gerardo Morales y Emiliano Yacobitti, llamó la atención hacia el interior del partido con una gestión que avanza en su sexto año con superávit y el desarrollo de obra pública. Por eso no dudó en reclamar la aprobación del Presupuesto 2026.
“Siempre es bueno tener presupuesto y sobre todo cuando se respetan todas las leyes que generan asignaciones específicas”, avisó el jefe comunal, deslizando por lo bajo un reiterado reclamo de las provincias por los Adelantos del Tesoro Nacional (ATN).
En este contexto, Chiarella remarcó que el Presupuesto “es una herramienta para el Presidente y también para la oposición, para poder controlar lo que se gasta en el Estado”.
Trayectoria
Leonel Chiarella, tiene 36 años y fue elegido como nuevo jefe de la Unión Cívica Radical (UCR), convirtiéndose en el dirigente más joven en asumir la conducción del partido. Es intendente de Venado Tuerto, Santa Fe, desde 2019 cuando cortó el dominio del peronismo. En 2023 fue reelecto con el 83% de los votos y este año fue seleccionado como uno de los alcaldes más innovadores de América Latina por la Red de Innovación Local (RIL).
Comenzó a militar en la UCR a los 15 años en “El Industrial” de Venado Tuerto, donde participó de la creación del Centro de Estudiantes que luego presidió durante 2006. También fue parte de la Juventud Radical, de la que fue presidente a los 18 años.
Además fue docente y concejal de Venado Tuerto entre 2015 y 2019, cuando asumió como intendente.
Un sueño: Formar una familia
Un desafío: Demostrar que se puede gobernar con honestidad
Un proyecto: Ver crecer al radicalismo en cada punto del país
Un prócer: Raúl Alfonsín
Un recuerdo de la infancia: comer el primer pedacito de asado con mi abuelo
Un libro: Ahora Alfonsín, de Matías Méndez y Rodrigo Estevez Andrade
Una película: El hijo de la novia
Una pasión: La política
Una década: La del ’80 porque gracias a ella, mi generación nació y creció en democracia
Fuente: www.clarin.com



