Le dicen el CR7 marroquí: la historia de Maamma, el verdugo de la Selección Sub 20 :: Olé

Pararse en el escenario, frente a las cámaras, y levantar el premio individual con el que te reconocen como el mejor jugador de un Mundial Sub 20 es, en cierto modo, estar exhibido en una vidriera. O como cuando cualquier laburante de oficina común y corriente acumula muchos “likes” en Linkedin: su buen trabajo se hace visible para mucha más gente. El éxito se exhibe ante potenciales interesados en contar con los servicios del involucrado. Ese mismo Balón de Oro que alguna vez levantaron el Diego en 1979, Saviola en 2001, Messi en 2005 o Agüero en 2007, esta vez fue alzado por el marroquí Othmane Maamma en Chile 2025, tras vencer 2-0 a la Argentina. Y, al levantar ese trofeo, se muestra al mundo: exhibe su enorme talento. Un talento que destaca por su explosiva combinación de velocidad, atrevimiento y potencia. No por nada, y con cierta ironía, lo apodaron el “CR7 marroquí”.
Sin embargo, el extremo que hoy deslumbra al mundo con la 7 nació a 1.791 kilómetros al noreste del país que representa: en Alès, Francia, dentro de una familia de deportistas oriunda de Khémisset (en el noroeste de Marruecos). Su padre, Omar, fue jugador del club Ittihad Zemmouri de Khémisset en los 80, antes de emigrar a Francia. Allí, le transmitió su pasión por el fútbol a un joven Othmane que, aunque empezó a patear desde que tuvo uso de razón, también siente una gran fascinación por la Tbourida, un espectáculo ecuestre marroquí (también conocido como “fantasía”) que recrea los ataques de las caballerías.
Y tiene sentido, porque hay un punto en común entre el pibe de oro y los caballos marroquíes: la potencia. Miles de caballos de fuerza que hoy sorprenden al mundo. Una energía que se combina con la escuela europea y da como resultado una mezcla perfecta. Othmane creció absorbiendo el aprendizaje de competir en grandes ligas: tras formarse en las Inferiores del Montpellier, debutó en la Ligue 1 en mayo de 2024. En su estreno, tuvo cinco remates al arco y una rebeldía que dejó a todos boquiabiertos. Con el tiempo, marcó 10 goles en 41 partidos y se convirtió en el tercer máximo goleador más joven en la historia del club.
Pero el fútbol le tenía preparado algo aún más grande: después de brillar en la Copa Africana de las Naciones Sub 20 disputada en mayo de este año, el Watford, de la Segunda División inglesa, decidió comprar su pase. Aunque desde su llegada no sumó demasiados minutos, este Mundial Sub 20 podría ser su gran trampolín.
Con un gol y cuatro asistencias (una de ellas en la final ante los argentinos), fue campeón y levantó el Balón de Oro al mejor jugador. El mismo trofeo que alguna vez se llevaron el Diego, Leo, el Kun, Pogba… Ese premio soñado, el que más deslumbra, y que puede marcar el inicio de una carrera enorme. ¡Maamma mía!
Fuente: www.ole.com.ar