La trastienda de los cambios en el Ministerio de Salud y la salida de Loccisano


El día después de la renuncia de Cecilia Loccisano a los cargos de viceministra y secretaria de Gestión Administrativa del Ministerio de Salud de la Nación, algunas voces influyentes del sector agregaron información a las primeras versiones que, desde el lunes a la noche, explicaban su salida del Gobierno y el inmediato ingreso del ingeniero químico y ex funcionario del PAMI Guido Giana.

La versión inicial más fuerte vinculaba la salida de Loccisano a su relación con el recientemente renunciado Guillermo Francos, ex jefe de Gabinete. Ahora, otras fuentes suman un escenario de diferencias en la gestión puertas adentro del Ministerio de Salud.

“Esto es una interna entre ellos”, afirmó a este medio una alta fuente relacionada con los vaivenes nacionales que atraviesa la cartera de Salud, conducida por Mario Lugones. El “ellos” de la frase no alude al conflicto vinculado a la figura de Francos (o lo que haya quedado de él en el Poder Ejecutivo), ni a las pujas internas que la ciudadanía está teniendo la costumbre de ver entre -por un lado- la dupla que componen la secretaria general de la Presidencia, Karina Milei, y el presidente de la Cámara de Diputados, Martín Menem, y -por el otro- el influyente asesor presidencial Santiago Caputo, amigo de Rodrigo Lugones, hijo del actual ministro de Salud.

La frase refiere ahora a un cortocircuito al interior de la cartera sanitaria, más allá del paso al costado de la ex viceministra Loccisano en los términos de un proceso “natural” atado a la salida de Francos.

La distribución de ravioles en el Ministerio de Salud

“El ministerio ya era de Caputo y sigue siendo de Caputo”, compartió una voz zambullida en los ribetes de la trastienda sanitaria nacional. “No sé por qué ligan a Cecilia con Guillermo”, se preguntaron el día después otras dos fuentes de talla en el sector consultadas por este medio. Son voces que, analizando el desenlace de lo que podría llamarse “la crónica Loccisano”, recuerdan muy bien el comienzo y el nudo de su paso por la actual gestión.

De la mano directa de Santiago Caputo y bajo la tutela de un Mario Lugones que todavía no era ministro, la abogada especializada en derecho internacional y gestión de salud (esposa del ex ministro de Trabajo de Mauricio Macri, Jorge Triaca) había sido uno de los nombres fuertes que circuló en diciembre de 2023.

Entonces trascendió que podría quedar al mando de la Superintendencia de Servicios de Salud, un área administrativa desde la que se proyecta tal grado de injerencia en los asuntos nacionales de salud, que resulta de sideral importancia para todas las gestiones sanitarias.

Aunque la ahora ex viceministra pasó de largo en ese momento, no tardó mucho en reaparecer. En mayo de 2024 y, en un contexto de mucho recambio de funcionarios, el apellido Loccisano aterrizó en el Boletín Oficial. Había sido designada para tomar el mando de un asunto nodal para la gestión libertaria: recortar y reordenar el gasto en Salud.

Los chispazos en la cartera, entonces conducida por Mario Russo, fueron inmediatos, una historia que vale recordar, precisamente por el papel que entonces intentó jugar Guillermo Francos.

De acuerdo a información de fuentes reservadas del sector, Russo intentó correr a Loccisano de su puesto, por diferencias importantes en la cuestión del gasto. La resistencia desde los Caputo-Lugones por mantenerla no se hizo esperar, lo que derivó en la renuncia de Russo, que ocurrió en septiembre de 2024. Todo ocurrió en un contexto en el que Francos hacía intentos por poner paños fríos. Accionó ese gesto doblemente motivado.

Por un lado, por el conocido distanciamiento que él mismo tenía respecto del estilo o método Caputo. Por otro, por el presunto pedido del presidente Javier Milei, quien entonces (y también ahora) sostenía un vínculo fluido con su ministro de Salud, postura ahora gravitante en un escenario sin Francos.

La salud en Argentina, entre Cecilia Loccisano y Guido Giana

Loccisano fue funcionaria de casi todas las gestiones nacionales de Salud de las dos últimas décadas, empezando por las de Néstor y Cristina Kirchner y finalizando -al menos por ahora- con Javier Milei.

Cuando en mayo de 2024 la designaron secretaria administrativa de Salud, una fuente oficial le explicó a este medio que se había tomado una decisión “natural” porque “ella, en realidad, ya venía trabajando” con la cartera.

Loccisano sobrevolaba el ministerio sin tener un cargo formal. En una medida distinta (pero el gesto es parecido), el mecanismo de primero sobrevolar y luego formalizar se replica, ahora, con Guido Giana.

El nuevo viceministro fue gerente del PAMI durante el macrismo, un gobierno para el que Loccisano también trabajó, pero con el rango de subsecretaria del Ministerio de Salud. No puede decirse que sean iguales o parecidos, pero Loccisano y Giana vienen del mismo lugar y aterrizan en la gestión de la mano de las mismas personas, aseguran fuentes muy diversas del sector.

Muchos se preguntan qué desacuerdo puntual habrá provocado el recambio de este lunes. Hay quienes tienen sus hipótesis.

La más amable recuerda que, tal como en su momento hizo Mario Russo (pero entonces no tuvo aprobación alguna), el Gobierno está dando aumentos a los profesionales de la salud del Hospital Garrahan. Es un conflicto que se manejó con poca cintura y al Ministerio le costó lo suyo. Se cree que Loccisano quedó particularmente expuesta y desgastada por este y otros choques, como los causados por los recortes en discapacidad.

Otra fuente leyó el recambio de funcionarios de un modo diferente. Afirmó que Giana es una figura externa pero influyente y que su ingreso al Gobierno debería leerse como un refuerzo de las políticas de salud impulsadas desde el ala de Santiago Caputo. Esto es, achicar lo más posible las responsabilidades de financiamiento que recaen en el Poder Ejecutivo y derivarlas a las provincias. Sean hospitales o los contados programas nacionales de salud que todavía hay en pie.

Fuente: www.clarin.com

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