La trama de la primera interna en el frente de los gobernadores: ruido por Lousteau y versiones cruzadas sobre Larreta y Macri

Desde que el 30 de julio se puso la piedra fundacional, Provincias Unidas, el frente que surgió como una iniciativa política de cinco gobernadores para patentar una vía alternativa al mileísmo y al kirchnerismo, se convirtió en un espacio novedoso desde lo electoral pero variopinto por sus integrantes y el internismo.
Tras la conformación y un comunicado que firmaron los integrantes iniciales del frente, en septiembre se sumó Gustavo Valdés, gobernador de Corrientes, y se empezó a trabajar en invitar a referentes de provincias dialoguistas, incluidos Ciudad y PBA.
La mesa federal, así, quedó armada por el artífice del espacio, el ex gobernador cordobés Juan Schiaretti, su sucesor Martín Llaryora, el santafesino Maximiliano Pullaro, el chubutense Ignacio Torres, el santacruceño Claudio Vidal y el jujeño Carlos Sadir, además del mencionado Valdés.
Un armado federal con diferencias
Desde el principio, más allá de las negociaciones abiertas, cerca de los gobernadores buscaron tomar distancia en público de las aventuras electorales que surgieran en frentes comunes en la Ciudad y en la Provincia. Pero Schiaretti pensó diferente.
El ahora candidato a diputado en Córdoba se acercó a Emilio Monzó y Miguel Pichetto, entre otros, para diagramar un armado bonaerense bajo el sello de Provincias Unidas que el 26 de octubre tendrá a Florencio Randazzo como cabeza de lista.

Si bien quieren diferenciarlo, vendría a ocupar el lugar que tuvo en la reciente elección legislativa local Somos Buenos Aires, una experiencia muy frustrante, que terminó con un 5% de votos peleando mano a mano con la izquierda, lejísimos de disputar los primeros lugares en la Primera Sección e incluso por debajo del FIT en la determinante Tercera Sección.
Los gobernadores tomaron distancia por completo de ese armado e incluso hoy reniegan de la construcción que propició Schiaretti en territorio bonaerense de cara a la elección que viene. “Vamos a estar lejos de eso, Randazzo no es lo nuevo”, se queja uno de los referentes que construyó la alianza electoral.
Lo mismo sucede con Lousteau, la opción porteña del espacio, que cuenta no sólo con el respaldo de Schiaretti sino también de Pullaro, su correligionario radical y que pertenece a Evolución, el espacio que creó el actual senador nacional. No fue Pullaro, aseguran fuentes santafesinas, quien invitó al armado a Lousteau y su socio Emiliano Yacobitti. Aunque lo une una amistad de años.
Sin posibilidades de llevar el mismo sello -por una cuestión de estrategia federal-, en el ámbito porteño competirán bajo el nombre de Ciudadanos Unidos. No todos están conformes con el eventual ingreso de Lousteau a un armado que, esperaban, fuera territorial.
Lousteau construyó un vínculo de último momento con Graciela Ocaña, de Confianza Pública, que estuvo a punto de acordar competir con la Coalición Cívica de Elisa Carrió, pero que viene trabajando cerca de Horacio Rodríguez Larreta desde hace tiempo. Por eso, el nombre del ex jefe de Gobierno porteño también suena cerca de ese armado.
Un nexo común entre la mayoría de los actores de Provincias Unidas es Guillermo Seita, un operador político de larga data con conexiones en casi todo el círculo rojo. Hace unos días, en el evento en el Teatro Colón por los 80 años de Clarín, se vio conversar e incluso fotografiarse a Seita y a su esposa Ivonne Cikurel, con Valdés, Pullaro y Rodríguez Larreta.
El operativo seducción al PRO
No encaja allí Mauricio Macri, a quien habrían invitado también a sumarse, sobre todo por su afinidad natural con Torres, que pertenece al PRO. Macri tuvo reuniones con Lousteau en los últimos meses y un encuentro reciente con Rodríguez Larreta, casual, en el café Tabac.
También se habría visto con otros referentes del incipiente espacio, pero su vínculo electoral con Javier Milei sigue firme y estará vigente en las próximas elecciones, en las que el PRO fue absorbido en Provincia y Ciudad por La Libertad Avanza.

Tal como contó Clarín, el próximo objetivo de esos gobernadores, si es que su deseo se cumple, es juntar a buena parte de los senadores del PRO, y a un sector de los diputados de ese mismo partido, para que anuncien que arman un interbloque que seguirá los lineamientos de los gobernadores más que los del Gobierno.
Muchos de ellos, como por ejemplo Silvia Lospennato, ya no responden directamente a Macri. Sí lo hace todavía María Eugenia Vidal, más allá de haberse negado a ser parte de la alianza que se cerró con los libertarios para octubre.
Fuente: www.clarin.com