La psicología explica por qué algunas personas se quitan las zapatillas sin desatar los cordones


Todo simple gesto, por más cotidiano que sea, puede tener detrás una explicación o significado. Tal es el caso de quitarse las zapatillas sin desatar los cordones, que puede explicar mucho de la personalidad de una personas.
La realidad es que no importa el momento del día, o si quien lo hace está o no apurado, solo sucede. Quien experimentó esto alguna vez, sabrá del placer que trae quitarse rápido los zapatos, simplemente pisando el talón de una y otra zapatilla y luego disfrutar del estar descalzo. El problema llegará después, cuando uno se quiera calzar nuevamente.
Según expertos, esto tendría que ver con una lucha interna (e interminable) por hacer cada vez más cosas en menos tiempo. Los cardiólogos Meyer Friedman y Ray Rosenman describieron esa conducta como la “enfermedad de la prisa” o “Hurry Sickness”.
La definieron como “un patrón de comportamiento caracterizado por una lucha continua y un intento incesante de lograr hacer más y más cosas en cada vez menos tiempo”. Es la mezcla de ansiedad, estrés y sentimientos continuos de urgencia que forman un ciclo vicioso adictivo.
Quienes poseen esta prisa viven en un constante estado de nervios o ansiedad. Por lo general son personas ocupadas, que siempre tienen algo que hacer y cuya lista de tareas, ya sean laborales, de estudios o, incluso de ocio, no terminan nunca.
Estas personas sienten que estar sin hacer nada o tomarse más tiempo para hacer determinada tarea es perder horas en el día, por lo que siempre están aceleradas, intentado ser productivas e incluso llegan a hacer varias tareas a la vez.
En este sentio, la psicóloga Olga Abadejo habló con la Web CuerpoMente, especializada en divulgación sobre salud, alimentación y psicología, entre otros, y aseguró que los hábitos cotidianos “hablan de nosotros más de lo que imaginamos”.
“Quitarse las zapatillas sin desatar los cordones no es solo cuestión de comodidad; es un pequeño reflejo de nuestra forma de relacionarnos con el esfuerzo, el autocuidado y los límites”, añadió la especialista.
Abadejo dio varias posibles explicaciones desde la psicología. La primera es que el gesto habla de una “Economía mental y fatiga de decisión“. “El cerebro humano está diseñado para ahorrar energía. Aproximadamente el 40% de las acciones que realizamos cada día no son decisiones conscientes, sino hábitos automáticos”, detalló la psicóloga.
Otra explicación es estar en “piloto automático“. Tiene que ver con un estado de vivir desconectado de las acciones del presente, cuando actuamos “sin atención plena”, indica Abadejo. “El gesto se ejecuta, pero no hay una participación consciente en él”, indica.
Por último, también habló de la “cultura de la inmediatez“, el ritmo de la sociedad que prioriza “la velocidad por encima de casi todo”. Bajo esta mirada, algunas personas se quitan las zapatillas sin desatar los cordones porque priorizan la eficacia inmediata frente a la secuencia completa, “incluso si a largo plazo deteriora el calzado”, concluye.
Fuente: www.clarin.com



