La interna oficialista: Villarruel y Bullrich bajan las tensiones en medio de la pelea para sacar el Presupuesto

Después de un comienzo con algunos chispazos, la vicepresidenta Victoria Villarruel y la jefa del bloque de La Libertad Avanza, Patricia Bullrich, bajaron las tensiones internas en momentos que el Senado se prepara para aprobar el Presupuesto 2026, tras postergar para febrero el debate sobre la reforma laboral.
Con este cuadro de situación, la ex ministra de Seguridad vivió una semana más que agitada, con reuniones de urgencia en la Casa Rosada, encuentros con aliados que terminaron en catarsis y una conducción del plenario de comisiones que, pese a la bronca del peronismo porque les sacaron algunos lugares, terminó siendo ordenado.
Bullrich estuvo más de dos semanas conversando con los radicales y el PRO para avanzar con las reformas que impulsa la Casa Rosada. Escuchó y aceptó cambios propuestos por los dialoguistas, manejando incluso cierta autonomía que no se le suele ver ni a Martín Menem.
Pero cuando la jefa del oficialismo creía que tenía las firmas para sacar un dictamen favorable de la reforma laboral detonó la bomba en Diputados, donde la oposición juntó los votos para ratificar la emergencia en discapacidad y el financiamiento universitario volteando el capítulo XI del Presupuesto, que incluía no sólo la derogación de ambas leyes sino también el acuerdo por la coparticipación de la Ciudad de Buenos Aires.
Para completar, el oficialismo cerró un acuerdo con los K para el reparto de los lugares en la Auditoría General de la Nación (AGN).
Con estos datos y la amenaza de Milei de vetar su propio presupuesto, Bullrich fue a medir la temperatura de la oposición, que ya tenía varias modificaciones anotadas al proyecto de modernización laboral del Gobierno. “Así no firmamos nada. Vuelve a pasar lo de siempre”, se plantó un aliado antes del plenario de comisiones del jueves pasado.
Patricia Bullrich y Ezequiel Atauche durante el plenario de comisiones sobre la reforma laboral. Foto: Federico López Claro.En medio del tembladeral, Bullrich tuvo que ir a la Casa Rosada justo cuando la CGT llegaba a la Plaza de Mayo para protestar contra la reforma. Ante la Mesa Política, la ex ministra resumió el estado de situación y se volvió al Senado, donde Villarruel la esperaba para definir la agenda.
La vicepresidenta pidió que la llamen y la jefa del oficialismo no tardó ni 5 minutos en llegar a la oficina de la Presidencia del Senado. Allí, la senadora recordó lo que días antes le había dicho Villarruel: “Patricia, yo ya estuve ahí. No te inmoles”.
La frase fue como un aviso de lo que vino después. Desde presiones de Karina Milei para que la reforma laboral tenga media sanción antes de fin de año hasta maniobras torpes que alimentan las suspicacias que circulan por los pasillos del Congreso y que aventuran que el Gobierno quiere bajar a la exministra de una futura competencia electoral que pueda tocar al armado violeta.
“A la Bullrich la cagaron”, sintetizaba a Clarín un senador no dialoguista cuando la ex ministra de Seguridad le bajaba el telón al debate por la reforma laboral a la espera de reunir los apoyos en enero con la intención de aprobarla en febrero con los senadores y diputados descansados.
Para fundamentar su sentencia, el legislador aportaba: “¿Por qué a la ministra que consideran más exitosa la sacan del Gobierno y la mandan al Senado para controlar qué? Ni siquiera está dentro del rango de sucesión porque le niegan la posibilidad de ser presidenta provisional y la conforman con la presidencia de bloque”, se preguntaba y se respondía.
La bronca de Cristian Ritondo por el acuerdo del Gobierno con los K para designar a los auditores de la AGN. Foto: Federico López Claro.A eso se suma, que el oficialismo puso en crisis la relación con el PRO para sostener un acuerdo con el gobernador de Salta, Gustavo Sáenz, y designar a la ex diputada Pamela Calletti como auditora de la AGN. Un acuerdo que cuestionan porque el salteño sólo le puede aportar el apoyo de 3 diputados y una senadora contra los más de 30 legisladores que puede sumar entre el PRO y la UCR.
Pero más allá de las especulaciones, Bullrich se encontró con otra realidad al llegar al Senado. En los primeros días le pidió a Villarruel incorporar personal a su despacho y la vice le respondió que iba a tener que administrar sus módulos, que para que se entienda es como el presupuesto que tiene cada legislador.
En esa conversación de los primeros días de diciembre, se planteó la posibilidad de incorporar personal que trabajaba con la ex ministra en la cartera de Seguridad, pero al parecer a Bullrich le cercaron el ministerio y no puede llevar gente con sueldos pagados desde esa área. Mientras tanto crece la hipótesis en el Senado de que la nueva ministra Alejandra Monteoliva terminará olvidando a su antecesora.
“Patricia, lo que necesites pedilo que en lo posible te lo vamos a facilitar”, le dijo la vicepresidenta. Pero lo cierto es que Karina ordenó un fuerte ajuste en el presupuesto del Senado, con cero peso para los bienes de uso. Es decir que si se rompe un auto oficial no podrá ser reparado en los próximos meses, al menos.
A eso se suma que se caen los pasajes para vuelos de cabotaje, lo que ya se le avisó a Bullrich si tiene que garantizar que estén todos los senadores el 26 de diciembre cuando el Senado se reunirá para tratar el Presupuesto.
La ex ministra prometió hablar con el jefe de Gabinete para que autorice partidas adicionales para la Cámara alta, algo que entre los villarruelines ven poco probable que prospere.
La vicepresidenta desdramatizó la maniobra del Gobierno y avisó que si tiene que ir en su auto a un acto en el interior, como parte de su rol de titular del Senado, lo hará. “Vamos a hacer como hizo Menem, vamos a recorrer pueblito por pueblito”, arengaron desde su entorno.
Por ahora lo concreto es que la vicepresidenta y la jefa del oficialismo buscan afianzar la relación. Al menos eso dejó un tuit de Villarruel en el que destacó que con Bullrich viene “trabajando muy bien”. “Estoy muy conforme con su ingreso al Senado de la Nación y nuestra relación de trabajo y colaboración es mutua y valorada por ambas”, agregó.
Fuente: www.clarin.com



