Juicio abreviado a la superbanda que asaltó la casa de Arturo Puig: por qué podrían cumplir la condena fuera de la cárcel

Los ocho integrantes de una banda que ingresaba a robar en casas de la zona norte de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, y que entre las víctimas estuvo el matrimonio de los actores Arturo Puig (81) y Selva Alemán (80), pidieron ser condenados en un juicio abreviado, en el que reconocen ser culpables de al menos 11 robos.

El acuerdo fue presentado por el fiscal de juicio Dante Morosi, de la Fiscalía General N° 8, ante el Tribunal Oral en lo Criminal y Correccional (TOCC) N° 18. En el dictamen, el representante del Ministerio Público solicitó que los ocho imputados sean condenados a una pena única de seis años de prisión domiciliaria.

Solo en el caso de Cristian Robledo (33), uno de los acusados, el fiscal solicitó una pena más alta, de siete años y medio porque ya tenía una condena previa de dos años y diez meses por una causa del 2022.

El pedido de juicio abreviado es un acuerdo entre la fiscalía, los abogados defensores y debe tener la aceptación de la víctima. Significa que el acusado acepta la culpabilidad en el delito que se lo imputó y cumple una pena menor a la establecida por el Código Penal. Este proceso no puede ser elegido por autores de delitos graves.

Tras el pedido, realizado el pasado 11 de noviembre, los jueces del TOCC N° 18 deberán responder si aceptan el acuerdo o bien, si los ocho son llevado a un debate oral.

El fiscal José María Campagnoli y su equipo a cargo de la Fiscalía del distrito de Saavedra y Núñez investigaron al menos 11 robos llevados a cabo por esta banda.

Los asaltos se realizaron en distintos barrios porteños, aunque las características eran similares. Los ladrones se manejaban en grupos de mínimo tres personas –llegaron a ser hasta ocho-, vestidos con ropas oscuras, sus rostros tapados y guantes. Llevaban precintos plásticos, por si se topaban con las víctimas.

“Principalmente, el obrar de esta organización se orientó hacia la concreción de delitos contra la propiedad, las personas, la administración y la fe pública, en tanto se documentó su intervención en más de una decena de gravísimos asaltos perpetrados en horas de la madrugada en casas particulares habitadas, que lucen una apreciable tipología común”, sostuvo el fiscal en su dictamen de elevación a juicio.

Llegaban en autos de alta gama como un Citroën C4 Cactus, Peugeot 208, Fiat 500, Jeep Renegade, Ford Ranger Raptor o Audi A1. “Contaban con una onerosa flota automotor”, sostuvo la justicia. Ingresaban tras forzar las rejas, romper cerraduras o levantar portones.

“Esta banda demostraba el despliegue de un elevado grado de organización previa y un accionar común, coordinado, que se dirigía a aumentar sus probabilidades de éxito tanto en el desapoderamiento como en su impunidad posterior, pues adoptaba múltiples recaudos con el propósito de no dejar rastros directos de su intervención en cada hecho”, describió la Fiscalía.

Uno de los datos más importantes que pudo recopilar la investigación es que antes de cometer los ilícitos, la banda utilizaba dos “puntos de encuentro”, lejos de las casas de sus víctimas. Estos lugares eran en el cruce de avenida Alberdi y Saladillo, en Mataderos; y Zuviría y Viel, en Parque Chacabuco.

Mientras que los barrios elegidos para los ataques fueron Belgrano, Colegiales, Núñez, Caballito, Villa del Parque, Coghlan, Villa Devoto y Villa Urquiza.

“Los investigadores se dieron cuenta de que la banda marcaba las casas por sus diseños. Además buscaban que tuviesen garage para ingresar con más facilidad”; sostuvo a Clarín un detective.

Fue un robo relámpago, en plena madrugada, en el barrio de Belgrano. En apenas 10 minutos, los ladrones estacionaron su vehículo, treparon las rejas, forzaron un ventanal, ingresaron a la casa y, aprovechando que no estaban sus ocupantes, se hicieron con un botín que incluía dólares, joyas y relojes. Las víctimas, Arturo Puig y Selva Alemán, fallecida en septiembre del año pasado.

Los sospechosos –se cree que eran al menos tres- llevaron a cabo el plan el último 29 de marzo de 2024, cuando el actor y director, reconocido por varios éxitos televisivos como “Grande Pá”, estaba internado por un cuadro de dengue en la Clínica Zabala al cuidado de su esposa, también protagonista de varias telenovelas y obras teatrales.

En los pocos minutos que estuvieron dentro de la propiedad lograron recoger dos pares de aros Swarovski, color ámbar con piedras plateadas; cinco relojes de marca Chronograph, Victorinox, Emporio Armani y Tag Heuer; tres mil dólares; un collar enchapado en oro; siete pulseras de plata; un collar de la casa de joyas Belgiorno e indumentaria. Para escapar utilizaron al menos un vehículo, un Citroën C4 Cactus.

Entre los otros robos de la banda, cometidos entre marzo y agosto de 2024, está el de una propiedad de Colegiales donde se llevaron el motín más oneroso: 70 mil dólares.

En otro de los hechos el botín también fue importante: seis pistolas semiautomáticas, 13 millones de pesos y otros miles de dólares. Tras este robo, uno de los imputados pagó en efectivo con dólar billete un pasaje a España.

Luego de un arduo trabajo de investigación por parte de la fiscalía y detectives de la División de Extracción y Análisis de Imágenes, del Departamento de Monitoreo, y de la División Investigaciones Comunales (DIC) N°13 de la Policía de la Ciudad, a fines de agosto de 2024 se logró la detención de ocho de los sospechosos. Y todavía hay otros tres prófugos.

“Era una superbanda. Tenían un nivel de vida de la hostia, todo generado por una vida vinculada a los ilícitos. Uno de los detenidos pagaba 3.400 dólares cash por mes el alquiler de un dos ambientes en Puerto Madero”, confió una fuente consultada.

Durante la investigación se determinó que algunos de los acusados formaban parte de la denominada “Banda de los Impostores”, que en 2021 fueron detenidos por hacerse pasar por operarios de un servicio de Internet para engañar a los clientes y así ingresar a sobar a sus casas.

Las detenciones se efectuaron en distintos departamentos y propiedades en Puerto Madero y exclusivos barrios privados. Un investigador relató que entre los vehículos secuestrados hay un a Ranger Raptor valuada en casi 130 mil dólares; un BMW 135i, cotizado en 100 mil “verdes”, igual valor que otro de los autos incautados, un Mercedes Benz GLC 300, además de motos de alta gama y los utilitarios UTV.

Un detalle particular: no se halló ni un dólar, ni un peso, ni joyas o relojes robados.