José Sánchez, neurocientífico: “Nosotros vivimos una simulación de la realidad, el cerebro hace una predicción en base a los datos que recibe”

¿Y si lo que percibimos no fuera la realidad tal y como es, sino una interpretación proyectada por nuestro cerebro? Así lo plantea el neurocientífico José Sánchez en su paso por el podcast El Sentido de la Birra, donde explica de forma clara y didáctica cómo nuestro cerebro genera una simulación constante del entorno que nos rodea.
“Nosotros vivimos una simulación de la realidad”, afirma Sánchez en los primeros segundos de la entrevista. Aunque, admite, la afirmación “queda un poco peliculera”, rápidamente la respalda con argumentos científicos sólidos: “El cerebro, en base a los datos que tiene y que ha adquirido o que ha interpretado, hace una predicción de qué me voy a encontrar mañana, qué me voy a encontrar cuando salga a la calle”.
Según el experto, el cerebro no espera pasivamente a recibir estímulos del exterior. Al contrario: actúa como una máquina predictiva, anticipando constantemente lo que va a suceder en función de la experiencia previa. “¿Cuál es el escenario más probable?”, se pregunta Sánchez.
Esa anticipación, explica, se basa en patrones aprendidos, en recuerdos y en la información almacenada, aunque no siempre sea exacta o real. “Sospecha que esa información entrante se parece mucho a entornos del pasado”, matiza.
Error de predicción: cuando la realidad no encaja. El neurocientífico detalla que este sistema no es infalible. Cuando los estímulos que llegan no coinciden con lo que el cerebro esperaba, se activa un sistema de corrección: “Hay unas neuronas que se llaman neuronas de detección del error de predicción”, explica. Estas neuronas señalan la discrepancia entre lo que se esperaba y lo que realmente ocurre, y entonces el cerebro ajusta su predicción para próximas veces.
Este mecanismo es esencial para la adaptación al entorno, y permite que vayamos afinando nuestra percepción de la realidad, aunque siempre dentro de una construcción subjetiva. Es decir, lo que vemos y sentimos no es una representación objetiva, sino una versión simplificada y predecible diseñada por nuestro cerebro para ahorrar energía y reaccionar rápidamente.
Lejos de ser una simple curiosidad científica, lo que propone José Sánchez tiene implicaciones profundas en cómo entendemos nuestra relación con el mundo. Si la realidad que experimentamos es una construcción predictiva, nuestra forma de percibir, recordar y tomar decisiones está inevitablemente condicionada por lo que creemos que va a suceder.
Este enfoque, cada vez más respaldado por la neurociencia moderna, pone sobre la mesa una nueva forma de entender la mente humana: no como una cámara que registra el mundo exterior tal y como es, sino como un simulador que, a partir de fragmentos de información, crea una narrativa continua que llamamos “realidad”.
Fuente: www.clarin.com