¿Insistís en acariciar a tu gato cuando no quiere?: la psicología explica qué dice de vos

Toda persona que tenga o haya tenido un gato sabe que no todos son fanáticos de los mimos. El problema está en que muchos no aceptan cuando el felino está incómodo y no quiere que lo toquen.
Si bien puede parecer una escena tierna acariciar a un gato callejero que huye o a su propio felino, la psicología tiene otro punto de vista acerca de este tipo de comportamiento.
Según los expertos, detrás de la insistencia en acariciar a tu gato cuando está incómodo y no quiere, puede haber comportamientos psicológicos más profundos.
La revista estadounidense Psychology Today asegura: “La forma en la que tocamos a los gatos, sobre todo si lo hacemos incluso cuando ellos no quieren, puede reflejar la necesidad de controlar el entorno o de recibir validación emocional“.
Puede que esta interpretación no sea del agrado de quien se sienta representado con ella, pero es de ayuda para comenzar a plantearse la forma en que gestionamos el afecto, los límites y su propia vulnerabilidad.
Acariciar a un gato tiene múltiples beneficios para la ciencia, como liberar endorfinas, reducir la presión arterial y disminuir el estrés. Sin embargo, esto se puede llegar a dar en situaciones en las que el gato permita que lo toquen.
Estos felinos no piden afecto de forma directa, ni te acercan un juguete al igual que hacen los perros, por ejemplo. Suelen comunicarlo con un ronroneo, frotándose contra las personas o solamente acurrucándose cerca.
Está comprobado que acariciar a tu gato cuando él quiere tiene beneficios reales. Desde la Universidad Autónoma de Aguascalientes, ubicada en México, informan algunos de ellos:
Sin embargo, es importante tener en cuenta y respetar las señales que dan los gatos: no se trata sólo de acariciar porque sí, sino de saber en qué momento hacerlo y que tu gato no se sienta incómodo.
En síntesis, según la psicología, cuando una persona a toda costa insiste en acariciar a un gato quiere decir que:
Fuente: www.clarin.com