Gimnasia ganó un partido durísimo frente a Tristán

Siempre los triunfos se festejan. Poco importa si se jugó bien, regular o mal. Al momento de sumar de a tres, el simpatizante infla el pecho y disfruta. Pero a esta teoría habría que agregarle otro punto para saborear más una victoria: cuando es superior a un rival, busca por todos lados y la pelota no quiere entrar hasta que desde el banco de los suplentes se encuentra la “fórmula del éxito”, rompiendo la paridad.

Así sucedió ayer en el estadio “23 de Agosto”. Gimnasia era muy superior a Tristán Suárez. Sin embargo, no tenía claridad en los últimos metros. Tenía la pelota en sus pies, generaba las chances -muchas de veces a puro centros- y desplegaba actitud para buscar siempre el arco rival.

Pasaban los minutos y nada. También es cierto que el “lechero” supo defenderse al principio lejos de su arquero y después en su campo, pero con mucho orden en las dos líneas de cuatro.

En la etapa inicial un cabezazo del incansable Menéndez y un tiro del tucumano Juárez, la figura de la cancha por su atrevimiento permanente por romper líneas y esforzarse al máximo para recuperar la pelota, fue lo más peligroso.

La visita estaba conforme con el cero y más aún a medida que pasaban los minutos.

EN CASA | EL “LOBO” VOLVIÓ A SUMAR DE TRES EN JUJUY Y SE ILUSIONA.

Entonces, en el complemento, pareció verse la misma historia. Tristán Suárez metió un contragolpe con González, que hubiese sido tremendamente injusto que terminara en festejo.

El “lobo” continuó yendo al frente, pero con más corazón que fútbol. Hasta que el técnico Matías Módolo decidió los ingresos del paraguayo Elías Ayala y Alex Abet. Y acertó. Porque el delantero aguantó en el área, se dio media vuelta y estrella su disparo en el palo. En el rebote, el eficiente volante no perdonó y marcó el único gol de la tarde.

El reducto del barrio Luján estalló de felicidad. Es que un grito de satisfacción por haber vuelto a sumar de a tres en casa, mantener la levantada y seguir en los puestos de vanguardia en la Zona A de la Primera Nacional. No. Fue un grito de desahogo total.

“Oh…, vamos a volver, a volver, a volver, vamos a volver”, cantaron desde los cuatro costado cuando el árbitro Yamil Possi decretó el cierre.

Gimnasia ganó un encuentro durísimo, que “pintaba” para cero a cero, pero el hecho de ir en pos del triunfo siempre, con errores y virtudes, tuvo su premio a diez minutos del final. Obviamente, tal cual reconocen los protagonistas, falta mucho por andar en este campeonato, pero lo importante es continuar haciéndose fuerte en casa y también cosechar de visitante para justificar la ilusión de los simpatizantes después de varias temporadas sin alegrías.

 

 

Fuente: eltribunodejujuy.com

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