“Está en el baño del fondo, fui yo”: la brutal confesión del joven que mató a su suegra y ocultó el cadáver


“Está en el baño del fondo, fui yo”. Esa fue la frase que un joven usó para revelarle a su pareja que dos días antes había matado a la madre de ella, con quien mantenía una relación conflictiva.
El hecho ocurrió el barrio 15 de Agosto, Chacra 101, en la zona oeste de la ciudad misionera de Posadas, donde asesino fue detenido inmediatamente y puesto a disposición del juez de Instrucción Fernando Verón.
Liliana Beatriz Acuña (50) había desaparecido este lunes al anochecer. Desde entonces, su hija comenzó a buscarla por la casa de familiares y amigos, sin que nadie pudiera aportarle datos certeros sobre su paradero.
Este miércoles a la tarde, un olor nauseabundo invadió la vivienda de la calle Semilla casi 82 A, por lo que la hija de Acuña le insistió a su pareja, Alexander Dionel Arrieta (22), que fuera a ver qué estaba generando ese hedor que también había llamado la atención del vecindario.
El joven primero buscó excusas, pero finalmente se quebró y terminó confesando que la fetidez provenía de una letrina en desuso ubicada en la parte posterior del terreno.
“Está en el baño del fondo, fui yo”, admitió el ahora acusado, tras lo cual, la joven se dirigió hasta la letrina donde el cuerpo de su madre estaba envuelto en mantas y un plástico. Apenas corroboró el crimen, la hija de la víctima llamó a la Policía y el sospechoso fue detenido inmediatamente.
Fuentes vinculadas a la investigación dijeron que las discusiones entre Arrieta y Cabrera eran constantes y estaban vinculadas principalmente a las adicciones del primero.
En la vivienda donde ocurrió el crimen, a su vez, vivía la hija de Liliana junto al ahora detenido y una hija de de ambos, de dos años.
En tanto, equipos especiales de la Bomberos y de la Policía de Misiones retiraron el cuerpo del sanitario y lo trasladaron a la Morgue Judicial. El informe preliminar de los forenses determinó que Cabrera fue asesinada a golpes, posiblemente con un trozo de madera.
Por su parte, el juez Verón ordenó cerrar la vivienda y mantenerla con custodia policial hasta este jueves a la noche, cuando equipos de la Policía Científica llegaron para realizar una prueba de Luminol.
El hallazgo de sangre en un colchón que fue dado vuelta por Arrieta para ocultar la evidencia, hace suponer que la mujer fue atacada cuando estaba en el dormitorio, posiblemente descansando, ya que no existen señales de defensa y su yerno tampoco presenta lesiones.
Una vez concretado el mortal ataque, Arrieta envolvió el cuerpo con ropa de cama y un plástico y lo arrastró hasta la letrina. Esta mecánica quedó en evidencia a partir de los vestigios de sangre hallados en el piso y el patio. También se encontraron algunas salpicaduras en la pared del cuarto donde se cometió el homicidio.
Sin embargo, el lunes por la noche, cuando la hija de Liliana llegó a la casa, el lugar estaba limpio y no había ningún indicio de que allí se había perpetrado un crimen.
En la vivienda la Policía secuestró un hacha de pequeñas dimensiones que ahora será sometida a pericias para determinar si uno de los elementos con el que Arrieta atacó a Cabrera.
Fuente: www.clarin.com



