“En la actualidad no tenemos próceres”

Es autor de varios libros, y entre ellos uno, que nos toca de cerca porque habla del general Manuel Belgrano, quien encabezó el Éxodo Jujeño. Se titula “Belgrano: El Gran Patriota Argentino”.

¿Cuáles serían las razones más importantes que hacen que usted titule su libro sobre Belgrano con la calificación “El gran patriota argentino”? ¿Es una categorización, una intención de una lista con orden de mérito?

Lo llamo así porque, aunque hay una serie de factores, él se hacía llamar y se consideraba un gran patriota. Para Belgrano, el título de patriota era el mayor que se podía obtener. Además, él se manifestaba como el primer patriota, el primer soldado, y no por vanidad, sino dando a entender que su entusiasmo lo ponía en la primera fila de patriotismo. A la vez, su trayectoria y su vida, están plagadas de hechos en donde demostró claramente que lo era. Por lo tanto, el título es absolutamente adecuado para una figura de tanto peso en nuestra historia.

¿Qué significa su visita a Jujuy, en esta fecha, teniendo en cuenta que nuestra historia que es también la de la Argentina, es foco importante de su interés?

Jujuy tiene un valor histórico muy grande. Es dentro del conjunto de ciudades de nuestro territorio, una de las primeras que empezó a forjar una historia consolidada camino a los grandes momentos de nuestro pasado, camino a la independencia, y a la integración territorial. De hecho, Jujuy fue protagonista de todos los movimientos militares, de aquel tiempo, de tres campañas, vio y celebró victorias, y padeció derrotas. Por lo tanto, las paginas de historia que nos legaron, son realmente de mucho peso.

También, teniendo en cuenta que ciertas figuras, como es el caso de Manuel Belgrano, pasaron largas temporadas en el norte argentino. Reunimos a escenarios importantes de nuestra historia, con protagonistas, por eso tiene esa combinación tan importante y valorada.

¿Qué valoración hace usted, a partir de sus propias investigaciones y estudios, del pueblo jujeño?

El pueblo jujeño tiene la particularidad de ser uno de los pueblos que terminaron poniéndole el cuerpo a la decisión que se tomó en Buenos Aires en mayo de 1810, porque con generar la revolución del cambio de gobierno para ser autónomos, no alcanzaba. Entonces, ese gran paso que se dio en Buenos Aires, necesitaba concretarse en la práctica, y ahí es donde el pueblo de Jujuy, alzó la mano, con todo lo que implica: por su situación geográfica, está a mitad de camino de las últimas ciudades del Alto Perú y Buenos Aires, y tuvo que hacer aportes económicos, logísticos y de recursos humanos, sobre todo. Hijos, esposos, padres, que fueron a ponerle el pecho a la patria.

¿Qué es lo que más destaca en su propia apreciación y mirada de la gesta del Éxodo Jujeño? ¿Cómo lo cuenta usted?

El Éxodo Jujeño es uno de los momentos claves de la historia argentina. Nosotros jamás podríamos explicar el 24 de septiembre de 1812, sin el 23 de agosto. Dicho en otras palabras, la fundamental victoria de Manuel Belgrano y su Ejército del Norte, en Tucumán, sólo pudo ser posible a partir de esa primera decisión que el general tomó en Jujuy, y en donde el pueblo lo acompañó. Eso habla de un líder, que nos sólo dice, sino que hace lo que dice, y un pueblo al que le tocó hacer el mayor sacrificio que pueda hacerse, abandonar todo, su comodidad, sus raíces, por una necesidad superior. Es un gesto inmenso, de comprender que, en este caso, la libertad y la independencia, exigían un gran sacrificio. Que, en forma masiva, un pueblo decida, una gesta como al que ocurrió en agosto del 1812, es algo digno de mencionar, como uno de los grandes hitos de la Argentina.

El Éxodo Jujeño, además, tiene como particularidad, un aspecto muy destacable. Quienes partieron, tomaron un largo y doloroso camino hacia la incertidumbre, porque no es que sabían cuando les tocaba volver, no sabían incluso dónde iban a terminar. Es realmente admirable, el hecho de que un pueblo parta con un destino impreciso, y ese es un acto de amor a la patria inmenso.

¿Podría hacer un paralelismo o una comparación con la actualidad, acerca de los objetivos de Belgrano, que no iban de la mano con la retribución económica, y la actitud de acompañamiento del pueblo en ese tiempo; y los propósitos de nuestros actuales “próceres” (si los hay) y la respuesta que logran de la gente?

Me cuesta hacer un paralelismo del pasado y del presente, en todos los aspectos, principalmente porque soy un estudioso e investigador del pasado y no del presente.

Lo que veo de la actualidad, para los ojos del historiador está muy encima. El historiador necesita un espacio temporal para poder hacer estos análisis. Por lo tanto, no estoy en condiciones de dar una opinión, o hacer una comparación.

Lo que sí estoy convencido es de que ya no tenemos próceres. Los próceres son los forjadores de la patria, y siempre van a ser aquellos hombres de aquel tiempo, y por alguna circunstancia, los actuales o los del futuro superaran a aquellos hombres, no serían de todas maneras próceres.

No, no, no. Los grandes son aquellos, a los demás sólo nos queda imitarlos, o tratar de imitarlos lo mejor posible.

 

Fuente: eltribunodejujuy.com

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