En el documental, cuenta su trayecto y la historia de su amiga la música

Ella tiene en su cuerpo y en su memoria, en su corazón y desde su infancia, la música, el canto, el ejemplo, y entonces su voz fue, es y será un caudal de belleza y sentimiento.
Cada vez que canta, encanta, emociona, abraza, y era necesario registrar, su arte, su imagen y su historia.
Este jueves en el Centro Cultural “Héctor Tizón”, se presentó el documental que habla de ella, Mónica Pacheco y de su historia musical. Se titula “Orfebre del tiempo” y está escrito y dirigido por Gonzalo Morales, con la dirección musical de Miguel Vilca, quien además acompaña a Mónica con Manu Estrada.
Y CANTÓ PARA TODOS, ACOMPAÑADA DE LOS MÚSICOS QUE HICIERON LA BANDA SONORA (FOTOS FEDERICO ALBARRACÍN- EL TRIBUNO DE JUJUY)
Viene de recibir hace pocos días el Premio San Salvador por labor cultural, que otorga la Municipalidad de San Salvador de Jujuy, y lo puso en la mesa de presentación muy orgullosa; y además aprovechó la oportunidad para anunciar la presentación y lanzamiento de su primer trabajo discográfico, “La Ollera”, que se realizará el 7 de septiembre próximo, en al anfiteatro Las Lavanderas, producido por Engualichao Producciones, de José Simón.
Tuvo las influencias más caras, puesto que siempre contó y vuelve hacerlo esta vez para una película (que por suerte quedará a disposición de todos quienes quieran conocerla), que creció entre próceres de la música popular argentina de la talla Manuel J. Catilla, quien fue testigo de su nacimiento; la tan nombrada Niña Yolanda, su madrina; por mencionar los más cercanos quizás. Pero lo cierto es que en su casa de Salta, donde nació y en la Casa de la Niña Yolanda, donde pasó mucho tiempo de su infancia, traída por sus padres en cada verano, también prácticamente convivió con la bohemia y los encuentros entre Jaime Dávalos, “un ser humano muy especial, muy amigo de mis padres” -dice-; Cuchi Leguizamón, de quien recuerda cómo se sentaba al piano, y cómo había que sacar el instrumento a la galería para que lo escuchara mucha gente; Eduardo Falú; Atahualpa Yupanqui; Ariel Ramírez; Julia Elena Dávalos; etc.
¿Cómo una niña que juega en esa gran casa, en medio de tantos maestros, no iba a cantar?
Mónica, tan pequeña físicamente, es tan gigante cuando canta, porque aprendió que no estaba bien cantar sin sentir, se lo dijo Jaime Dávalos cuando era jovencita, y esa es su ley.
Ella fue testigo del cumpleaños de la Niña Yolanda, cuando todos (los grandes antes mencionados) llegaron de sorpresa a su casa, y le regalaron “La Zamba de Lozano”. ¿Un privilegio? ¿Un premio? ¿Un tesoro?, si un momento que es un tesoro, como tantos otros que cuenta en el filme, y otro muchos más que como explicó el director Morales, no entraron en esta producción.
Y con todo esto, ella dice: “Estos referentes hicieron de mí, un canto… Yo canto”.
Y casi como respondiendo la pregunta fácil de por qué siempre se dedicó a cantar, y las condiciones de trascendencia y económicas para el arte musical independiente, siempre fueron cuesta arriba, ella dice en la película, “la música es una amiga, que siempre está”.
Tras la proyección del filme, se abrió la charla con Mónica, Gonzalo Morales y Miguel Vilca.
Morales explicó que la idea de hacer este documental nació en una guitarreada y de un deseo de Miguel y Manu, jóvenes músicos, de gran talento y formación, proyección y generosidad.
Miguel por su parte definió a Mónica como una “cultora”, porque se levanta cada día a cultivar el espíritu de un pueblo”.
Ella, cerró la ronda de testimonios, con un profundo agradecimiento a quienes hicieron posible este trabajo, y a quienes la acompañaron y abrazaron a lo largo de toda si vida. Además, anunció la presentación de su primer disco, sí el primero, que se realizará el 7 de septiembre y que fue realizado por José Simón, quien también estuvo presente y a quien también agradeció con su corazón.
Todos los que la conocen, hablan de su generosidad, que es enorme como su voz.
Y para finalizar este encuentro mañanero para ver la luz de semejante producción, valiosa por su contenido y porque da perdurabilidad a esta historia, ella cantó, como no podía ser de otra manera.
Y cantó “La Ollera”, esa canción que escribió Jaime Dávalos para una ollera real, Bartola Alancay, quien quedó inmortalizada es esta letra. Es, sin dudas, el tema que parece hecho para que lo cante Mónica. Ella hizo de esta, su canción, porque vibra cada vez que la entona y cada vez que la siente.
Es una bella poesía con ritmo de huayno, tan vibrante y emocionante como la historia verdadera de Bartola, y como ese tono que le da Mónica.
La acompañó musicalmente Miguel Vilca, en este momento en vivo, pero ella le pidió también a Manu Estrada que la acompañe en el escenario, abrazándola, y es que entre ellos como entre todos los que trabajaron por la película y el disco de Mónica, hay una conexión de respeto, admiración y generosidad, que se nota con solo llegar a este encuentro.
En el público presente para este lanzamiento del documental que se hizo simultáneamente con este sencillo acto, estaban también acompañándola con el mismo cariño, el Chango Pantaleón (de Dúo Tacta), el cantautor Pucho González, Isabel Simón (de las Hermanas Simón), Hebe Simón, José Simón, etc., todos grandes artistas que la miran y la ovacionan.
Fuente: eltribunodejujuy.com