Emoción y un festejo interminable: así se vivió el sexto título de Matías Rossi en el TC2000 :: Olé

Lágrimas incontenibles, abrazos eternos y más de un grito de desahogo marcaron un festejo que parecía no terminar nunca. Y bien justificado estaba: en el Autódromo Eusebio Marcilla de Junín, Matías Rossi acababa de sellar su sexto campeonato argentino de TC2000, en una definición inolvidable que tuvo de todo y que lo dejó a las puertas de la historia grande del automovilismo argentino.
A la carrera de la fecha 12 del campeonato, el Gran Premio Coronación, le brotaba el suspenso por todas partes: Rossi, piloto del Toyota Gazoo Racing YPF INFINIA, llegaba con una ventaja mínima sobre uno de sus compañeros de equipo, el joven Emiliano Stang, que estaba cerrando su primera temporada en un equipo oficial. El primero necesitaba apenas un punto para asegurarse el título; el segundo, en cambio, debía ganar y esperar que el piloto de Del Viso no sumara nada.
STC2000 –
Emoción y un festejo interminable
Así se vivió el sexto título de Matías Rossi en el TC2000
Se cerraba un campeonato especial para el TC2000, que en 2025 introdujo un cambio significativo en su parque automotor: incorporó los SUV para mantener el espíritu que siempre tuvo la categoría, con los autos que más se ven en las calles transformados a un esquema de competición ultra tecnológico.
Una carrera cargada de tensión
Stang, de 20 años, largaba en la pole position; Rossi, ya con 41, tercero. El Misil necesitaba tan sólo un punto para llevarse el título. El joven piloto santafesino, en tanto, debía ganar y esperar que su compañero de equipo no sumara. Visto así, se trataba de una misión casi imposible para uno y de un trámite para el otro. Aun así, la carrera se vivió con una fuerte carga de tensión por lo que había en juego y porque, en definitiva, hasta que no se baja la bandera a cuadros todo puede pasar.
Cuando se apagó el semáforo, Stang salió decidido a cumplir con su parte. Aunque largó sexto, el entrerriano tuvo un gran arranque y lideró la carrera hasta la cuarta vuelta, cuando un problema en el neumático delantero izquierdo (que tuvo a maltraer a muchos pilotos) lo obligó a pasarse en la curva 1. Se fue de pista, y de ahí como pudo a boxes, quedando en el fondo del pelotón y con sus aspiraciones prácticamente dilapidadas. Aun así, batalló de tal manera que llegó cuarto.
Ese golpe de escena modificó por completo el desarrollo de la final y despejó el camino para que Rossi se quedara con el campeonato. Pero tampoco es que fue fácil ponerle el broche a la historia: el piso abrasivo del autódromo juninense castigó duramente los neumáticos, lo que generó un desgaste extremo que obligó a todos los pilotos a cuidar su material. Se trataba, entonces, de sobrevivir hasta el final. Ni más ni menos.
Así, y sabiendo que simplemente alcanzaba con sumar, Rossi eligió no arriesgar y rodó en la tercera posición durante gran parte de la competencia, detrás del local Gabriel Ponce de León (que terminó ganando) y Franco Vivian. El abandono del tetracampeón Leonel Pernía le había permitido ganar una posición sin esfuerzos, pero la tensión no cedió hasta que completó los 22 giros y apareció la tan esperada bandera a cuadros.
El propio Rossi le puso palabras a lo que sufre un piloto arriba del auto cuando un objetivo está tan cerca, una sensación que ni la edad ni la experiencia, al menos en su caso, lo pueden alivianar: “Una vez obtenido el título se siente un alivio y un disfrute por haber logrado el objetivo. Es una actividad tan competitiva que decir ‘tarea cumplida’ tiene mucha carga emotiva, porque mientras estás corriendo puede pasar de todo“, subrayó Rossi.
La definición en Junín fue un ejemplo perfecto de eso. “En este caso Emiliano (Stang) presionó mucho, él tenía que ganar, y encima en una carrera muy loca por la rotura de los neumáticos”, dijo el campeón, haciendo hincapié en el problema que terminó siendo decisivo. “ Eso también me podía pasar a mí. Estaba en el bolillero. Por eso el alivio llega recién cuando todo termina”, concluyó.
El equipo Toyota Gazoo Racing YPF INFINIA y un año histórico
Con todo eso en mente, no es extraño que la fiesta no haya sido breve ni tranquila. Apenas terminó todo, el Corolla Cross GR-S subió a la rampa y allí lo esperaba todo el equipo. Hubo abrazos, nieve de carnaval y una emoción profunda: Rossi lloró, golpeó el techo del auto en señal de agradecimiento y se dejó envolver por un festejo que se extendió durante varios minutos.
La escena se repitió más tarde, en la zona mixta, cuando apareció su padre, Norberto. El abrazo fue instantáneo y las lágrimas volvieron a brotar, en una imagen que sintetizó el valor emocional de una consagración que llegó cinco años después de su último título, aquel de 2020 marcado por la pandemia de Covid-19, todavía con barbijos y signado por la incertidumbre de una época muy dura.
Por primera vez en 14 años, el TC2000 definió su campeonato en el Gran Premio Coronación con dos pilotos de un mismo equipo: Toyota Gazoo Racing YPF INFINIA. Una situación inédita en tiempos recientes que generó tensiones internas, por supuesto, pero también mostró la solidez de la estructura dirigida por Darío Ramonda.
“Somos parte de un equipo. Arriba del auto estás solo, pero atrás hay mucha gente trabajando”, explicó Rossi. Y destacó el rol de ingenieros y mecánicos, además del respaldo de Toyota y de una marca con el peso específico de YPF: “Representar a una compañía así es muy importante y me llena de prestigio. Espero seguir haciéndolo por muchos años más”.
Fue el cierre de otro gran año para YPF en el contexto del TC2000. Además de ser con INFINIA el combustible oficial de la categoría, la petrolera les dio apoyo a tres equipos: además del Toyota Gazoo Racing YPF INFINIA, el Honda YPF Racing y el YPF ELAION AURO Pro Racing.
Y ocho de los diez pilotos más encumbrados del campeonato salieron de estas estructuras: Matías Rossi, Emiliano Stang y Marcelo Ciarrocchi (Toyota Gazoo Racing YPF INFINIA), Leonel y Thiago Pernía (Honda YPF Racing), Franco Vivian y Facundo Aldrighetti (YPF ELAION AURO Pro Racing).
Matías Rossi, a un paso de un logro impactante
El camino hacia la consagración estuvo a punto de resolverse el sábado. Durante la clasificación (que en el TC2000 también otorga puntos), Rossi llegó a ubicarse primero momentáneamente. Si terminaba tercero en esa sesión, con una diferencia de cuatro puntos sobre Stang, se proclamaba campeón de manera anticipada.
Sin embargo, para sorpresa de todos, su otro compañero de equipo, Marcelo Ciarrocchi, se metió segundo sobre el final del último intento, relegando a Rossi al cuarto lugar. Esa maniobra dejó la distancia con Stang en apenas tres puntos, y estiró así la definición hasta el domingo, donde pasó lo que pasó y el Misil por fin pudo gritar campeón.
“Este título tiene un sabor especial. Estoy muy feliz por Toyota, por YPF y por todo el equipo”, resumió Rossi. Y, con dos victorias, cinco podios y tres poles en el año, ponderó: “Hoy miro hacia atrás y le doy valor a mantenerse en buen nivel y a lograr cosas que te generan una emoción impresionante, como ganar un título”.
¿Qué le queda por delante ahora, entonces? Nada menos que igualar a un tal Juan María Traverso: con su sexta corona en el TC2000 quedó a una del Flaco, que es el máximo ganador de la categoría con siete consagraciones. Así, con 41 años, el de Del Viso, entonces, está a un solo título de alcanzar a una leyenda.
Del otro lado del box, con la mitad de la edad que Rossi, Stang tenía claro que cerró un 2025 destacado pese al desenlace. “Estoy súper contento y agradecido por la oportunidad de llegar hasta acá con chances”, señaló el que más carreras ganó en el año (cuatro) y que, aunque no le alcanzó para el título (terminó con 186 puntos, 22 menos que el campeón), se quedó con la Copa Rookie Latam que premia al novato de la temporada.
Por eso, lejos del lamento, el joven valoró el proceso y la convivencia interna con un ganador nato como su compañero estrella: “Haber peleado con Matías fue algo muy especial. Siempre hubo respeto y trabajamos juntos para hacer el auto más competitivo. Hicimos un gran equipo”, destacó en el cierre.
Su rival en esta ocasión es una referencia para seguir en muchos aspectos, incluso para entender que lo que acaba de hacer es muy meritorio. Matías Rossi obtuvo su primer título de TC2000 en 2006, a los 22 años. Después siguieron campeonatos en 2007, 2011, 2013, 2020 y este que acaba de ganar en medio de una emoción muy fuerte.
YPF y Toyota, una alianza estratégica que potencia resultados
La consagración de Matías Rossi es también el reflejo del trabajo conjunto entre YPF y Toyota, una alianza estratégica basada en la innovación, la tecnología y la excelencia, que se extiende a múltiples proyectos en la Argentina. En el automovilismo, y particularmente en el TC2000, este vínculo se traduce en desarrollos técnicos de alto nivel, equipos competitivos y resultados concretos.
El éxito obtenido en la temporada 2025 confirma que el compromiso compartido entre YPF y Toyota en cada desafío que encaran juntos —dentro y fuera de las pistas— continúa dando frutos. Una sociedad que apuesta al rendimiento, la sustentabilidad y el futuro, y que encuentra en el automovilismo un espacio clave para seguir demostrando su liderazgo.
Fuente: www.ole.com.ar












