El regreso de Pity Álvarez en Córdoba, emotivo, exultante y provocador: “Sólo el universo puede juzgarme”

Mucha agua corrió bajo el puente para que Pity Álvarez vuelva a tener una fecha propia en un escenario. Este sábado lo hizo en el Mario Alberto Kempes, ante más de 40 mil personas que llegaron a Córdoba desde todo el país.
El exlíder de Viejas Locas e Intoxicados debutó como solista en medio de la incertidumbre por fechas postergadas y, por supuesto, por la suspensión de su juicio por el homicidio de Cristian Díaz.
Pity Álvarez, en su show de este sábado por la noche en el estadio Mario Alberto Kempes, de Córdoba.Antes de las 21, la hora pactada del show, nadie sabía en qué condiciones estaba el querido artista ni cómo iba a subir a cantar.
Pero cuando su guitarra comenzó a sonar y la banda lo acompañó, disipó todas las dudas: salió con una energía y una entereza envidiables, a pesar de todo lo vivido, sufrido y atravesado, incluidas sus adicciones y los problemas de salud mental.
Si de mitos se trata, así como Diego, cuando agarraba la pelota y gambeteaba, volvía a ser feliz, Pity tomó la guitarra y demostró su oficio y su talento para brindar un show contundente, exultante e histórico.
La lealtad del público
Pity Álvarez dio un show de tres horas y se mostró en buena forma.Basado en hechos reales. No fue solo un eslogan de campaña para el retorno de Pity Álvarez a la música y a los escenarios, sino también la mejor forma de explicar que una estrella de rock vuelve después de sus problemas personales (de salud mental y judiciales) y con el antecedente de que su último show, hace siete años en Tucumán, fue un caos.
Sin embargo, en la previa del ingreso todo se vivió con un clima de celebración. Gran parte del público estuvo conformado por adolescentes y jóvenes de hasta 25 años que no tuvieron la oportunidad de verlo anteriormente en las dos bandas con las que marcó a la generación del rock barrial de los ’90 y de los primeros 2000.
La gente lo quiere a Cristian y su música le dio mucho a la cultura rock del país. Por eso elegió fingir demencia ante lo que hizo y demostrarle lealtad. Más de 40 mil personas así lo sintieron.
Hay que decirlo: su obra envejeció bien. Por eso cautivó y cautiva a distintas generaciones, incluso a quienes lo vieron por primera vez este sábado.
Actitud innegociable de rockstar
A las 21, aún con la gente ingresando al campo desde la popular Artime, se activó una cuenta regresiva que anunciaba que el show arrancaba puntual. Los últimos diez segundos fueron coreados por todo el estadio como si fuera Año Nuevo.
Pity Álvarez volvió a los escenarios en el Kempes y ante más de 40 mil personas.Con las luces apagadas, Pity hizo su estreno triunfal con un dejo de polémica e ironía. En su mano llevaba una correa atada a una mujer. Al llegar al micrófono, ella, casi desnuda, le sirvió un vaso y le encendió un cigarrillo.
Del mismo modo que salta de la genialidad a la locura, esa performance sadomasoquista tan banal y cancelable en estos tiempos contrastó con una de las canciones más sensibles e introspectivas de su carrera: El Rey.
“De vez en cuando, la vida te juega mal. Y estás colgando de una soga. Tu chica dice que no te aguanta más y en tu cabeza pasan cosas… locas”, cantó antes del estallido que propuso con Intoxicado, primera canción del primer disco de Viejas Locas.
El pogo desatado fue tal que el público que ingresó desde atrás avanzó de un empujón hasta las cercanías de las vallas. Nena, me gustás así fue la segunda canción. En ese momento muchos caímos en la cuenta de que Pity estaba en un gran momento: con buenos toques de guitarra en sus riffs y con una voz que sonó casi como en la etapa posterior a Otro día en el Planeta Tierra (2005).
Pity Álvarez, en su show de este sábado por la noche en el estadio Mario Alberto Kempes, de Córdoba.Luego sonó el himno del obrero y trabajador barrial, Homero, mucha gente del público se dio cuenta de que estaba viendo a su referente musical y rompió en llanto. “Este tema se lo hice a mi papá y lo alcanzó a escuchar antes de morir”, lanzó de manera conmovedora.
El rocanrol Tirado en la estación sirvió para que la banda de sesionistas se presentara y se luciera tocando para él. “Hoy tenemos la misma jerarquía; más adelante, en otra presentación, seré todo yo-yo-yo”, bromeó Cristian.
Los laderos fueron Matías Mango (teclados), Gabriel Prajsnar (bajo), Juan Colonna (batería), Hernán Salas (guitarra) y Bárbara Corvalán (coros).
También estuvieron Peri Rodríguez (armónica desde los tiempos de Viejas Locas) y el fundamentalista Miguel Tallarita en trompeta.
La puesta en escena lo tuvo siempre en el centro. La sección de vientos estuvo elevada sobre la derecha, con luces propias. Del mismo modo se ubicó Juan Colonna detrás, y la corista, a la izquierda.
Todos ellos fueron rociados con brillos por Pity, quien salió a escena con botas, pantalón rayado y una remera cuya estampa continuaba el diseño del pantalón; también vistió una campera de cuero. Luego se cambió por una remera rayada punk roja y, finalmente, se puso calzas y una remera que decía: “Cualquier parecido a Pity Álvarez es pura coincidencia”.
En otro de sus chistes, proyectó en las pantallas una intro de Mirtha Legrand con Yiya Murano como invitada. Al finalizar, dejó que la gente cantara Reggae para Mirtha.
Pity Álvarez se mostró irónico durante todo el show en el estadio cordobés Mario Alberto Kempes.Hacerse cargo
Habrá sido complejo armar el setlist con tantas canciones insertas en el cancionero popular y tantos buenos temas, desde el disco homónimo de Viejas Locas hasta los que hizo con Intoxicados.
Si bien hubo lugar para sencillos como Te entiendo y el recientemente lanzado No sé cuánto, la euforia del público escaló con temas como No tengo ganas, Árbol de la vida, Me gustas mucho (en una versión más rockera que la blusera original), Se fue al cielo y Volver a casa.
En línea con el humor que mostró durante toda la noche, al parecer el tema del homicidio es insoslayable. “Vamos con un tema que hice cuando era chiquito y era tan insolvente. Me tengo que hacer cargo de las cosas que hice, ¿no?”, lanzó antes de una gran versión extendida de Te empezás a chorrear, con la banda luciéndose nuevamente.
Con Hermanos de sangre y Las cosas que no se tocan, los riff se pusieron ásperos y pesados como AC/DC. El pogo se puso de la misma manera y la gente llegó con más fuerza hasta el vallado, donde flameaban muchas banderas. Estas son el último vestigio de lo que fue la cultura del aguante. Más allá de algún que otro detractor por la restricción de visión, siempre están y estarán en un recital de rock. En un momento se encendió una bengala verde, pero la gente no se prendió en la gilada.
Tras un intervalo de unos minutos, apareció un invitado muy especial: Felipe Barrozo. “No saben lo bien que toca la guitarra, pero hoy no va a tocar”, dijo Pity antes de Una Vela. Por supuesto, Felipe cantó la parte rapeada.
En una necesaria bajada de intensidad, lanzaron al hilo Fuiste lo mejor, con el aplauso de Pity a Vale, la encargada del acordeón, Balada para otra mujer, Caminando con las piedras y el cover Hojas Vacías de Blues Motel.
El gran final. Pity Álvarez y toda su banda.“Sólo el universo puede juzgarme”
Más allá de sospechas y suspicacias, Pity se mostró pleno. El comentario común entre la gente en el campo era lo bien que sonaba todo y lo bien que estaba cantando.
Hubo pocas pausas. Cada tanto aparecía la mujer de la correa, que en varias oportunidades le sirvió tragos y le prendió puchos.
El cantante y guitarrista agradeció a En Vivo, a las 1.200 personas de las técnicas que armaron la “monstruosidad” del escenario, a “Josesito” Palazzo y a la gente que copó el Kempes.
A ellos les regaló un final histórico e inolvidable: ¿Qué vas a hacer tan sola hoy?, Fuego, Nunca quise, Lo artesanal, Perra y Quieren rock. Todas muy bien logradas, con un Pity cansado pero que respondió súper bien y con un público que aguantó casi tres horas de fiesta y pogo.
“¿Quién me va a juzgar? ¿Dios? ¿A mí, que soy Dios? Solo el universo me puede juzgar”, expresó en un momento. Como decía líneas arriba, para Cristian Álvarez su situación judicial es ineludible. Deberá hacerse cargo, como bien dijo este sábado.
Ojalá siga tocando, en plena vigencia, y siendo feliz arriba del escenario. El público, debajo, lo fue.
La voz del Interior y Clarín
Fuente: www.clarin.com



