El ex juez federal Raúl Reynoso podría volver a la cárcel: confirman la condena por coimas para proteger a un narco

El juez federal de Orán Raúl Reynoso (66) no era un juez más. Era el luchador número uno contra el tráfico de cocaína en la frontera salteño-boliviana. Estaba muy alto en la consideración de la gente y del poder. Y de allí cayó: en 2019 fue condenado a 13 años de prisión por proteger narcos, pena por la que ya consiguió la libertad condicional. Y ahora su panorama vuelve a ser complicado.
En un fallo de 65 paginas los jueces Gustavo Hornos, Juan Carlos Gemignani y Alejandro Slokar –de la Sala IV de Casación– confirmaron una segunda condena contra Reynoso dictada en agosto de 2024: cinco años de prisión por cobrarle una coima a uno de los narcos mas poderosos del noroeste argentino, Delfín Castedo.
Como no hay dos sin tres. Reynoso aun tiene pendiente un juicio por cobrarle coimas al narco René Antonio Arancibia (56). En esta causa aportó datos como arrepentido, el narcotraficante Barakat Barakat, que confesó el pago de 150 mil dólares.
“Seguramente ahora la defensa del señor Reynoso intentará ir a la Corte Suprema de Justicia de la Nación a través de un recurso extraordinario. Ni bien quede firme la sentencia voy a pedir la unificación de las de condenas y seguramente va a tener que volver a la cárcel“, explicó el fiscal federal Carlos Amad y agregó que “este año va a ser elevada a juicio un tercer proceso contra el ex juez”.
Luego de pasar 8 años preso –entre su alojamiento en la cárcel de Güemes y el arresto domiciliario– el ex juez Raúl Reynoso está en libertad desde 2024. Hoy puede moverse por donde quiera pero no salir del país.
La historia detrás de la segunda condena suma detalles increíbles y un capítulo central que tuvo como escenario el Juzgado Federal de Orán el 5 de diciembre de 2013.
Ese día, un falso Delfín Castedo se presentó espontáneamente en el juzgado de Reynoso, declaró en indagatoria y logró que luego el juez ordenara su eximición de prisión para el verdadero Castedo, aunque sobre él pesara un pedido de captura por un homicidio narco, el de Liliana Ledesma, ocurrido en septiembre de 2006.
Todo fue irregular hasta el ridículo. Antes de que el falso Castedo llegara al juzgado, prácticamente hubo un éxodo de funcionarios (incluido Reynoso) por lo que la indagatoria debió ser tomada por un empleado con escasa experiencia. Acompañado por su abogado, Luciano Ciscato (también con condena firme), el supuesto Castedo ni siquiera pudo contestar cómo se llamaban sus padres (requisito habitual al inicio del acta de indagatorio). Así de burdo fue todo.
El hombre terminó de hablar y firmó el acta. Las pericias caligráficas determinarían luego que la firma no pertenecía a Castedo, sino a un NN aun no identificado. Alguien había suplantado al narco número uno de Salta cuya foto ya había salido en los diarios locales.
Para Castedo, la movida tuvo una razón muy comprensible: a diciembre de 2013 tenía un pedido de captura vigente por el homicidio de Liliana Ledesma, quien lo había denunciado como narco. Esta captura recién pudo hacerse efectiva en julio de 2016 porque cuando Reynoso firmó la eximición en 2013, Castedo desapareció sin dejar rastros. Por el crimen de Ledesma terminó condenado a prisión perpetua.
“La orden de detención de la Justicia provincial se encontraba vigente y era obligación del juez hacerla efectiva cuando lo tuviera a Castedo sentado en su juzgado para ser indagado. Pero a pesar de ello no lo detuvo ya que nunca tuvo intención de hacerlo, de todo lo cual estimo que el entonces magistrado tenía un pacto espurio con el imputado para mantener su impunidad, lo cual se fortalece a partir de que Castedo jamás se hizo presente en el juzgado para ser indagado (tal como surge de la pericia y consecuente nulidad del acta indagatoria)”, sostuvo el juez federal de Salta Julio Bavio en la resolución por la que procesó a Reynoso y a Ciscato.
¿Cuánto se pagó para armar la maniobra del “doble? Aunque negó haber concretado el pago, el propio Castedo dio los números: “Ciscato primero me pidió 20 mil pesos para ver la causa y después me dijo que se iba a encargar y solucionar el tema. Después me pidió 200 mil pesos (40 mil dólares) para solucionarme el problema”, contó Castedo en su indagatoria.
Según Castedo, nunca entregó el dinero, porque sobre él pesaban dos capturas, la de Reynoso y la del caso Ledesma, y el pago no le solucionaba la causa del homicidio. Según la Justicia, fue entonces donde apareció el “doble de riesgo”, alguien a quién presentar espontáneamente sin correr el peligro de quedar detenido.
Fuente: www.clarin.com