Diputados aprobó la ley de DNU, pero tiene que volver al Senado y Milei gana tiempo

A pesar de las presiones del Ejecutivo, la oposición consiguió quórum y el número necesario para aprobar en general la modificación a la ley de DNU que limita el poder del presidente Javier Milei. Sin embargo, en la votación en particular un artículo clave no alcanzó la mayoría necesaria y el proyecto ahora debe volver al Senado.
Por manda constitucional la aprobación del proyecto necesitaba mayoría absoluta: 129 votos afirmativos. Obtuvo 140 votos a favor, 80 en contra y 17 abstenciones en general.
Pero el artículo 3, corazón de la norma, tuvo 127 afirmativos. Le faltaron dos votos para quedar aprobado. Ese artículo es el que planteaba que los artículos de necesidad y urgencia debían tener el aval de ambas cámaras del Congreso para quedar aprobados y que eso debía ocurrir en el plazo de 90 días.

Qué cambiaba de la ley
La Ley 26.122, promovida por la entonces senadora Cristina Kirchner, durante el gobierno de su marido Néstor Kirchner fue aprobada en 2006. Desde entonces, todo decreto de necesidad y urgencia entra en vigor desde el momento de su firma y queda vigente, a menos que sea rechazado expresamente por ambas Cámaras del Congreso.
El nuevo proyecto, redactado en el Senado, plantea todo lo contrario: estipula que para quedar aprobado un DNU tiene que tener el aval de ambas Cámaras, por mayoría absoluta de los presentes, y fija para eso un plazo de 90 días. De lo contrario, el DNU cae. A su vez, si una sola cámara lo rechaza se cae. Al igual que ocurre con una ley.
El punto del plazo es el que se cayó. Como las leyes para quedar aprobadas deben tener todos sus artículos aprobados, la norma quedó modificada y ahora debe volver al Senado, donde deben insistir con la norma original.
“Golpismo” o “gobernabilidad”
El debate giró en torno a dos conceptos: el oficialismo planteó que el proyecto es “golpista”, “desestabilizante”, “destituyente”, mientras que la oposición se defendió planteando que históricamente hubo un “abuso” del uso de los DNU y que con esta modificación pretenden reencauzar la negociación política y la “gobernabilidad”
“No es una iniciativa contra su Gobierno ni contra el Presidente. Hemos actuado siempre con responsabilidad pero este modelo de DNU está agotado. El cambio es positivo para construir gobernabilidad”, sentenció Miguel Pichetto, quien reconoció que él había votado a favor de la ley original en 2006 y que fue en un “marco de la emergencia” que vivía el país.

Foto Guillermo Rodriguez Adami.
En la misma línea se inclinó Nicolás Massot: “Esta reforma sirve para que el Gobierno entienda que no se puede gobernar con un tercio de legisladores en una de las cámaras y que necesita formar mayorías. Si no lo hace, no hay tercio que los salve”.
“Nadie puede creer que realmente quieran mejorar las instituciones, quieren desestabilizar al Gobierno, generar inseguridad jurídica”, se quejó el libertario y presidente de Asuntos Constitucionales, Nicolás Mayoraz.
“El Gobierno se desestabiliza solo cuando va contra las universidades, contra los jubilados, contra la discapacidad”, retrucó Diego Giuliano de Unión por la Patria.
El tema incomodó al PRO y a la UCR que históricamente batallaron para cambiar esta ley del kirchnerismo pero ahora consideran que es oportunista y peligrosa, porque La Libertad Avanza gobierna en minoría.
“En 2006 esto era una escribanía”, recordó Silvana Giudici (PRO), quien consideró que la nueva ley es “inconstitucional”. “De la sanción ficta van a pasar al rechazo ficto. Un agujero a la seguridad jurídica y la previsibilidad que tiene que tener una norma”, señaló por el plazo de 90 días que fija el proyecto, tiempo en el cual el decreto puede ser aprobado o caer.
La UCR de Rodrigo De Loredo optó por plantear una medida intermedia: modificar la ley pero que empieza a regir a partir de 2027. Es decir, con el próximo gobierno. “Los argentinos de vuelta con 2 opciones: o se desestabiliza un gobierno o se continúa con vetocracia y DNU”, se quejó el cordobés.
El jefe de bancada de la Coalición Cívica, Juan Manuel López, disparó contra el kirchnerismo y contra sus ex socios de Juntos por el Cambio: “Sé que hoy hay oportunistas y advenedizos, pero también sé que hay republicanos intermitentes y de ocasión”. A la par que también planteó diferencias respecto al plazo de los 90 días.
El quórum se consiguió con 132 presentes: 96 de los 98 diputados de Unión por la Patria; el grueso de Encuentro Federal, incluidos los cordobeses del gobernador Martín Llaryora; la mayoría de Democracia para Siempre; la Coalición Cívica; la Izquierda; tres legisladores de la UCR (Fabio Quetglas, Julio Cobos y Roberto Sánchez) y dos de Coherencia: Lourdes Arrieta y Marcela Pagano.

Foto Guillermo Rodriguez
El flamante interbloque de ex libertarios, Desarrollo y Coherencia, ya tuvo su primera diferenciación porque los otros cuatro miembros (Carlos D’Alessandro, Oscar Zago, Gerardo González y Eduardo Falcone) no bajaron. Aunque no tienen gobernadores propios estaban pendientes de qué hacían los mandatarios porque no querían quedar “pegados” al impulso kirchnerista.
Fuente: www.clarin.com